Capítulo 3

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En el coche que se dirigía al hotel donde pasarían la noche, Gala y Karime se encontraban en los asientos traseros. Reinaba un incómodo silencio, el tipo que antes había sido uno cómodo, pero que ahora se sentía extraño tras escuchar a más de una persona comentar sobre su supuesto romance. Sin saber muy bien qué decir o hacer, fue Karime quien rompió el silencio.

—Oiga —se dirigió al chofer con confianza—, ¿puede poner la canción "Por el amor a mi madre" de Los Ángeles Azules? —preguntó, intentando suavizar el ambiente.

El chofer asintió y la canción comenzó a sonar. Gala se reacomodó incómoda en su asiento, pero en cuanto Karime empezó a cantar y moverse al ritmo de la música, no pudo evitar sonreír.

—"Ya no beberé, rebelde no seré, y me cuidaré, y vicios no tendré" —cantaba Karime, intentando bailar en su lugar mientras mantenía la mirada fija en Gala—. Yo quiero cambiar...

—"Por ese gran amor que es el de mi madre" —cantaron ambas al unísono, y luego rieron, liberándose por fin de la tensión.

Al llegar al hotel, Karime sintió la necesidad de asegurarse de que todo estuviera bien entre ellas, aunque no sabía bien cómo hacerlo. Gala percibió la incomodidad de Karime y, sin pensarlo demasiado, le tomó la mano para salir del coche. Karime se sorprendió al sentir su mano, pero no la soltó.

Entre gritos, cámaras y flashes, solo podían oír preguntas sobre una supuesta relación entre ellas. Karime intentó soltar la mano de Gala, pensando que tal vez se estaba sintiendo incómoda, pero esta solo la sostuvo con firmeza, dedicándole una mirada de seguridad mientras caminaban hacia el lobby del hotel.

—Somos amigas —repetía Karime a cada persona que preguntaba con insistencia.

Gala, por su parte, solo miraba lo que ocurría sin saber exactamente qué decir. La idea de estar en una relación con Karime le parecía extraña. Sabía que no había ninguna posibilidad real de que estuvieran juntas, ya que, aunque Karime había sido su crush desde que la vio por primera vez en Acapulco Shore, ahora valoraba la bonita amistad que habían formado y no quería arruinarla.

—Dijiste que te quedarías conmigo esta noche, Gala —le dijo Karime cuando llegaron a su habitación.

—Está bien —aceptó Gala tras el tercer intento de Karime de convencerla.

Finalmente estaban solas y sin cámaras, después de todo lo que habían oído. Gala no quería hablar sobre el ship que el público había creado entre ellas, ya que pensaba que solo sería incómodo, pero Karime no parecía opinar lo mismo.

—¿Qué piensas sobre todo eso? —preguntó Karime mientras sacaba de su bolsa su pijama, dispuesta a dirigirse al baño para cambiarse.

—Pues estoy feliz por Mario, qué bueno que ganó, y tú muy buen segundo lugar —respondió Gala, intentando desviar el tema que tanto le incomodaba.

—No de eso —gritó Karime desde el baño—. Hablo de nuestro ship... Garime, creo que se llama.

Gala guardó silencio unos segundos, intentando formular una respuesta.

—¿Tú qué piensas? —le devolvió la pregunta.

Karime salió del baño justo cuando Gala se levantaba para cambiarse a su ropa de dormir.

—Pues está muy padre; no creí que nos vieran de esa forma —confesó Karime.

—¿No te hace sentir incómoda? —preguntó Gala al salir del baño, ahora con su famosa pijama rosa que tantas emociones había causado en Karime durante su estancia en la casa. Karime no pudo evitar recorrerla con la mirada de arriba abajo—. El ship, digo —se excusó Gala, aclarándose la garganta.

Fuera de cámaras || GarimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora