Un paso mas intimo

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La cena había terminado, y en la habitación, Aether y Scaramouche se encontraban juntos, sin necesidad de demasiadas palabras. Scaramouche lo observaba, a veces con esa sonrisa suya, medio retadora, medio despreocupada, y comenzó a molestarlo, dejando algún beso rápido, otros más intensos, dejando que cada instante fuera aumentando esa cercanía.

La intención de Scaramouche era clara, pero no fue hasta que Aether asintió suavemente que dejó de contenerse. Cada momento se volvió más intenso, cada beso y cada caricia más insistente, y finalmente ambos se entregaron al instante. Aether confió completamente, sin dudar, permitiéndole a Scaramouche cada gesto y cada acercamiento, seguro de que nada en esa noche cambiaría lo que sentían.

Más tarde, la habitación estaba en calma. Aether, agotado, descansaba de lado, sintiendo aún los efectos de la noche en su cuerpo. Las caderas y las piernas le recordaban los momentos intensos que habían compartido, y algunos mordiscos marcaban su piel, señal de lo que había surgido entre ambos.

Mientras tanto, Scaramouche permanecía despierto, revisando su teléfono, aunque de vez en cuando levantaba la vista para observar a Aether, estudiándolo en silencio. Tras un rato, dejó el celular a un lado y se recostó junto a él, permitiéndose el mismo descanso.

Para Aether, aquello había sido algo profundamente significativo, algo íntimo y único.

Eso del amanecer...

Aether fue el primero en abrir los ojos, aún sintiendo el peso de la noche anterior en cada músculo. Miró a su lado, notando cómo Scaramouche seguía profundamente dormido, con el rostro apoyado en la almohada y su cuerpo boca abajo. La espalda de Scaramouche, bien definida, captaba la luz suave de la tarde, y Aether sonrió, apenas un gesto para sí mismo, disfrutando de aquel instante tranquilo.

Sin hacer ruido, se levantó de la cama y se dirigió al baño. Sabía que necesitaba despejarse, así que abrió la ducha, permitiendo que el agua caliente le ayudara a relajar el cuerpo. Sentía el cansancio en cada fibra, recordatorio de la intensidad con que habían compartido la noche, y aunque el dolor en sus caderas le recordaba ciertos momentos, no pudo evitar que la sonrisa volviera a sus labios.

Al salir del baño, el ruido de la puerta al abrirse pareció despertar a Scaramouche. Aether notó cómo abría lentamente los ojos, parpadeando un par de veces antes de enfocarse en él. Al ver su silueta acercándose, Scaramouche se incorporó, sentándose al borde de la cama, aunque su expresión dejaba ver que seguía medio dormido.

Aether se acercó, sin decir nada, y le dejó un beso en la mejilla. No era algo que hicieran seguido, pero la noche anterior había cambiado algo en él, algo que lo hacía sentir esa cercanía de una manera distinta.

Scaramouche se quedó quieto por un segundo, mirándolo de reojo y asintiendo, como quien acepta el gesto en silencio. Ni uno de los dos se movió para decir mucho más; solo se quedaron así, cada uno procesando, en su manera única, todo lo que la noche había significado.

Scaramouche se apartó lentamente, lanzando una última mirada a Aether antes de levantarse para ir al baño. Sin mucha ceremonia, cerró la puerta tras de sí y dejó correr el agua de la ducha, dejándose envolver por la calidez del agua mientras sus pensamientos se mezclaban entre lo que había sido la noche anterior y el día que apenas empezaba.

Mientras tanto, Aether, se vistió rápidamente y bajó a la cocina, Se movía con ligereza, sacando los ingredientes, tarareando mientras preparaba el desayuno. Había algo nuevo y distinto en la manera en que se sentía; quizás una seguridad tranquila, un sentimiento de conexión que hacía que la mañana le pareciera especial.

Poco después, Scaramouche bajó, ya vestido, y encontró a Aether concentrado frente a la estufa. Sin perder tiempo, se acercó y, sin decir nada, comenzó a preparar algunas cosas a su lado, en silencio, pero con la misma comodidad de siempre.

—te lo diré siempre,cocinas demasiado bien, —comentó Scaramouche, rompiendo el silencio mientras revisaba los ingredientes que Aether tenía sobre la encimera.

—¿Solo demasiado bien? —Aether respondió, lanzándole una sonrisa breve antes de volver la atención a los huevos que estaba batiendo.

Scaramouche sonrió apenas, inclinándose contra la encimera mientras lo observaba cocinar.

—Por lo menos suficiente para que quiera repetir, —replicó con ese tono despreocupado, y aunque Aether rodó los ojos, su sonrisa no desapareció.

La conversación giraba de un tema a otro, sobre cosas triviales de la semana, algún plan pendiente, hasta que Scaramouche, como quien no da demasiadas vueltas, soltó un comentario sobre la noche anterior.

—Bueno, anoche fue... diferente, ¿no? —dijo él, sin darle demasiada formalidad pero mirando a Aether de reojo.

Aether, que estaba sirviendo los platos, se detuvo un segundo, sin responder de inmediato. Sabía que para él había significado algo más, pero simplemente asintió, dejando que la respuesta hablara por sí sola.

Ambos tomaron asiento, compartiendo el desayuno.

Scaramouche continuaba hablando sin parar, tocando un tema tras otro, pasando de bromas ligeras a recuerdos recientes. Aether le seguía la conversación con interés, disfrutando de cada momento, dejándose llevar por la compañía, sin pensar en nada más que el presente. Para él, la mañana no podía haber sido mejor.

Finalmente, cuando terminaron de comer, Scaramouche recogió los platos, caminando hacia el fregadero con una naturalidad que dejaba ver la comodidad de su relación.

—Deja, yo lavo, —dijo con tono relajado, encendiendo el agua mientras miraba de reojo a Aether—. Pero en unos minutos tengo que irme, —añadió—. Si puedo, vendré de nuevo esta noche.

Aether asintió, apoyándose en el marco de la puerta de la cocina mientras lo miraba lavar. Sabía que Scaramouche tenía que irse, pero aún así había algo en la manera en que lo decía, esa misma confianza que siempre le había atraído. No hicieron una despedida dramática ni nada parecido; simplemente compartieron una última sonrisa antes de que Scaramouche terminara con los platos y se girara hacia él.

Con un gesto breve, Scaramouche se acercó y le dejó un beso rápido en la mejilla antes de girarse y dirigirse hacia la puerta. Aether lo observó salir, y cuando la puerta se cerró, el silencio llenó la casa.

Golden Hour[Scaraether][Xiaoaether]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora