Golden Hour[Scaraether][Xiaoaether]

La tentacion

El teléfono de Aether vibraba en la mesa. Scaramouche estaba junto a él, y al notar la pantalla encendida, le avisó con un leve empujón en el hombro.

—Oye, alguien te llama. —Aether miró el teléfono, y Scaramouche no pudo evitar girarlo un poco para ver el nombre del contacto que parpadeaba en la pantalla. "Xiao."

Scaramouche frunció el ceño de inmediato. Sabía perfectamente quién era Xiao y qué lugar había ocupado en la vida de Aether. Ese chico que no lo supera, que sigue rondando, que no entiende que Aether es su novio ahora, no el de Xiao.

Aether se acercó, algo confundido al ver el nombre en la pantalla. —¿Xiao? —dijo en voz baja, como si no creyera que en realidad lo estuviera llamando.

Los ojos de Scaramouche brillaron con una mezcla de celos e irritación. No hacía falta que dijera nada; su expresión lo decía todo. Sabía que Xiao era alguien del pasado, pero los celos no se iban fácilmente, y mucho menos en un momento como este.

—¿Por qué te llama ese tipo? —preguntó Scaramouche, cruzando los brazos mientras observaba a Aether con una ceja levantada, esperando una explicación.

Aether se encogió de hombros, igual de desconcertado. —No lo sé. —Dejó que el teléfono siguiera sonando, ignorándolo, mientras observaba la expresión de Scaramouche volverse cada vez más molesta.

—Ni idea de por qué sigue insistiendo, —murmuró Aether, intentando restarle importancia, aunque sabía perfectamente que Xiao no lo superaba. Y eso era algo que molestaba a Scaramouche más que a nadie.

—Es que no lo entiende, ¿verdad? —Scaramouche resopló, cruzándose de brazos—.Eres mi novio ahora —Lo dijo más para sí mismo que para Aether, pero el tono poseído de sus palabras dejó claro lo que sentía.

Aether no pudo evitar sonreír un poco ante la reacción de Scaramouche y dejó que el teléfono se apagara, sin contestar la llamada. No iba a darle el gusto a Xiao de darle una respuesta.

—Ya, no te preocupes, —dijo, acercándose para acariciarle suavemente el brazo—. Eso ya no importa.

Scaramouche no respondió al principio, pero su expresión se suavizó cuando Aether se inclinó y le dio un beso en la mejilla. A pesar de sus celos, sabía que Aether estaba siendo honesto con él.

La madre de Scaramouche ya le había recordado que tenía que estar en casa a esa hora, así que, con cierta reticencia, Scaramouche se levantó de la cama y miró a Aether.

—Bueno, debo irme, —dijo en voz baja, pero antes de dar el último paso hacia la puerta, se inclinó y le dio a Aether un beso largo, un beso que no dejaba lugar a dudas de su frustración y sus celos. Cuando se separaron, Aether respiraba entrecortado, mirándolo con una mezcla de sorpresa y cariño.

—Nos vemos mañana, —dijo Scaramouche, lanzándole una última mirada antes de salir de la habitación.

Mientras tanto, en la fiesta, Venti soltó una carcajada al ver que Xiao no recibía respuesta en su llamada.

—Se nota que le gustas—exclamó, riéndose mientras le daba un empujón amistoso a su hermano—. Te hizo el vacío de una, loco.

Xiao frunció el ceño, pero estaba demasiado borracho para dejar que el comentario le afectara. Solo hizo una mueca de frustración y guardó el teléfono en su bolsillo.

—Cállate, Venti, no jodas, —respondió, aunque su tono no era tan firme como pretendía. El rechazo de Aether seguía doliéndole, y el hecho de que ahora su hermano se burlara solo empeoraba las cosas.

Venti, sin embargo, no parecía dispuesto a dejar el tema en paz. Con una sonrisa traviesa, se inclinó hacia Xiao, como si le estuviera contando un secreto.