Capítulo #9

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Advertencia: incluye contenido+21

La rubia acostó suavemente a Jennie en el centro de la cama. Se quitó su sudadera y su camiseta, al instante se despojó del sostén quedando solo en su pants.

El cuerpo intersexual de Lisa se mostraba listo para amar a la coreana, sus piel ahora un poco pálida por las quimios, que antes era un poco bronceada, gateo hasta quedar encima de la coreana sin aplastarla. Besó la mejilla, sin ir más allá de lo que la coreana deseaba.

Jennie miró a Lisa con amor y admiración, su cuerpo respondiendo al calor y la pasión que emanaba de la rubia. Acarició suavemente el rostro de Lisa, sintiendo la suavidad de su piel.

— Eres hermosa, Lisa —susurró Jennie—. Siempre lo has sido.

Lisa sonrió y besó suavemente los labios de Jennie, sin profundizar, respetando los límites de la coreana. Su cuerpo se ajustó al de Jennie, sintiendo la calidez y la suavidad de su piel.

— Te amo, Ruby —dijo Lisa, su voz llena de emoción—. Te amo por quién eres, por tu belleza interior y exterior.

Jennie se sintió envuelta por el amor y la pasión de Lisa, y su corazón latió con fuerza. Acarició suavemente la espalda de Lisa, sintiendo la suavidad de su piel.

— Te amo, Lisa —respondió Jennie—. Te amo por tu fuerza, tu valentía y tu belleza.

Lisa se detuvo un momento, mirando a Jennie a los ojos, y luego comenzó a besarse con ella, suavemente, con cariño, con pasión. La coreana respondió con igual intensidad, sintiendo que su amor por Lisa crecía con cada beso.

Lisa se levantó de encima de la coreana. — Desvistete. — pidió con cariño. — Voy a buscar una crema de rosas que compre para ti, antes de todo esto. Quiero amarte y humectar tu piel, Ruby.

Jennie sonrió y se sentó en la cama, desvistiéndose lentamente mientras Lisa la miraba con admiración. Su piel se estremeció al pensar en la crema de rosas y en las manos de Lisa acariciándola.

— Te amo, Lisa —dijo Jennie, su voz suave y sensual.

Lisa se rió y se dirigió al baño, regresando con la crema de rosas en sus manos. Se sentó junto a Jennie en la cama y abrió la crema, dejando que el aroma floral llenara el aire.

— Eres tan hermosa, Ruby —dijo Lisa, mirándola con amor—. Quiero hacerte sentir amada y deseada.

Jennie se recostó en la cama, cerrando los ojos mientras Lisa comenzaba a aplicar la crema en su piel. Sus dedos suaves y cálidos la acariciaban, haciéndola sentirse relajada y excitada al mismo tiempo.

— Lisa... —susurró Jennie, su voz llena de placer—. Me encanta cuando me tocas.

Lisa sonrió y continuó acariciando a Jennie con la crema, cubriendo cada centímetro de su piel con amor y dedicación. Su corazón latía con fuerza, lleno de amor por la coreana.

Interrumpió un momento para terminar de desvestirse; quedando completamente desnuda. Subió cómodamente a la cama y continuó con su tarea.

Tomó un poco más de crema y acarició los hombros hasta manos de la coreana. — Tus hombros son el sostén de mi amor por ti, tus brazos sostienen el peso de la responsabilidad afectiva que tenemos, y tus manos; son las responsables de sostenerme y no perderme sin ti.

La rubia aplicó más crema en sus manos, y comenzó a humectar la piel de la clavícula, siguiendo por sus pechos, y continuó bajando hasta el vientre, regresó lentamente asegurándose de no dejar ningún espacio de su piel sin humectarle.

Jennie se estremeció de placer y emoción mientras Lisa la acariciaba con la crema, cubriendo cada centímetro de su piel con amor y dedicación. Sus palabras habían tocado su corazón, y sentir los dedos de Lisa en su piel era casi demasiado para soportar.

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