Dorian
Años atrásLas mujeres se movían a mi alrededor con sus largos vestidos elegantes, la mayoría con escotes exagerados. Algunas sostenían un abanico, agitándolo suavemente sobre sus pechos, buscando atraer mi atención.
No se puede negar que la mayoría de ellas eran hermosas, mujeres con las que terminaría la noche y con quien tendría buen sexo. Sin embargo, no sentía el más mínimo deseo de hacerlo. Adovska era una ciudad rusa cautivadora, llena de mujeres deslumbrantes y hombres ridículamente ricos, todos ellos pertenecientes a la mafia rusa.
Estas fiestas eran cosa común, un evento semanal que empezaba a agotarme. Comenzaba a lamentar haber aceptado unirme a la Bratva, aunque tampoco es que tuviera otra opción. Era eso o condenar a mi familia a la muerte. Aunque no me agradaban mucho, no los quería muertos.
Repasé el salón con la mirada hasta toparme con una mirada intensa, un par de ojos verdes que no pasaban desapercibidos, de un color esmeralda que te hacía caer a sus pies. Ella estaba del brazo del jefe de la Bratva, quien la veía como un simple objeto, igual que a todas sus mujeres.
Elevé mi copa en su dirección con mucha discreción. Sabía que si él descubría que coqueteaba con una de sus mujeres, mi cabeza volaría. Ella me respondió con una sonrisa coqueta antes de girar la cabeza hacia el hombre a su lado.
Sally Carter, toda una diosa, que estoy seguro más de un hombre deseaba, pero que nadie se atrevería a tocar porque era la mujer favorita de Volkov.
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Actualidad—¡Dorian! —gritó la irritante voz de Nikolay. Levanté la mirada de los papeles de mi escritorio para verlo a él. Sus ojos, iguales a los de su padre, estaban clavados en mí—. Mi padre quiere verte.
—¿Qué necesita? Estoy ocupado.
Mentira. No estaba haciendo nada, pero no quería ver su estúpida cara.
—Es sobre el asunto de los Rogers, ya lo resolvió.
Maldecí en silencio antes de levantarme de la silla. Ese “ya lo resolvió” sonaba a que su decisión me perjudicaría. La traje a esta ciudad para protegerla; solo les di una maldita orden, y ni eso pudieron hacer bien. No era tan difícil mantener a una niña, de la cual nadie estaba enterado, alejada de la Bratva.
Apreté el paso por toda la mansión hasta llegar al despacho de Volkov. Abrí la puerta sin siquiera tocar. Él me dirigió una mirada molesta por no respetar su privacidad.
—Tu hijo dijo que querías verme —hablé con una voz neutral—. Que has tomado una decisión sobre los Rogers.
Me examinó de arriba abajo, tratando de descifrar el especial interés que tenía en esta familia. Dimitry posó sus ojos verdes en mí. Ese verde que tanto odio... Cada vez que veo a alguien con ese color de ojos, siento ganas de arrancárselos, pero al mismo tiempo, la persona más importante en mi vida tiene esos ojos.
—Están dispuestos a recibir una suma millonaria por ella —respondió, calmado—. Esta noche, estarán aquí.
—Y te quiero presente —ordenó el muy hijo de puta. No sé cómo he resistido estos años sin matarlo—. Noto que tienes un cierto interés en esta familia.
—Más bien en el proyecto Dominio —mentí, pero pareció no notarlo—. Imagino todo lo que podemos hacer con esa memoria en nuestras manos. El mundo estará a nuestros pies.
La mejor forma de distraerlo, es haciéndolo creer que tiene el poder.
Si él obtienen esa USB nadie estará a salvo. Pero también se que los italianos no permitirán que lo haga. Aunque no llevan mucho siendo los criminales más buscados y peligrosos, sabían muy bien lo que hacían, lo peor del caso es que nadie sabía el rostro del líder de la mafia italiana, ni siquiera su nombre, eso los hacia una mayor amenaza.
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Sedúceme (1 Trilogía Infierno)
RomanceLa vida perfecta de Olivia se ve derrumbada, tras la decisión de su padres de atarla en matrimonio a un hombre mayor que ella. Desesperada por escapar acude Dexter Di Bianco, quien resulta ser el jefe de la mafia italiana. La primera vez que él la...