Prólogo

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Mi mundo se desplomó frente a mí. Todo lo que me importaba estaba muerto. La sangre de su cuerpo había salpicado mi ropa, y mientras caía, la luz se extinguió en sus ojos.

¿Qué había hecho?

Todo esto era mi culpa.

Grité su nombre, suplicando que abriera los ojos. Corrí hacia su cuerpo, intentando revertir lo irreversible, pero unos brazos me sujetaron desde atrás.

No, por favor...

De mi garganta brotaron gritos desgarradores mientras rogaba que me dejaran ir hacia su cuerpo. Maldita sea, todo esto era mi culpa.

Sedúceme (1 Trilogía Infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora