Capítulo Catorce

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Holaaa. Primero que nada quiero disculparme si alguna palabra está mal escrita lo que pasa es que cuando estaba haciendo la corrección mi vista ya estaba borrosa, está muy cansada de tanto escribir entonces perdón. Ahora si, disfruten.

Olivia

Mi cuerpo por fin podía descansar sobre la cama. Intentaba sentir paz ante este bello clima lluvioso, pero miles de pensamientos rondaban por mi cabeza.

La noche había llegado, y con ella una tormenta eléctrica que hizo que se fuera la luz en este lado de la ciudad. Fue bueno, así no tuve que bajar a la cena. Además, las gotas y los rayos ahogaban los gritos de mis padres.

Era un alivio saber que tenía al menos ocho horas antes de enfrentarme de nuevo a mis padres. Me planteaba seriamente la idea que mi hermana había sugerido hace unas horas, cuando le conté todo.

—Tienes una ventaja en tus manos, un gran poder —arqueé una ceja, desconfiada—. A veces, para salvarte, debes caer en el pecado.

—No —respondí, presintiendo lo que vendría.

—Y el pecado se disfruta más cuando lo compartes con el diablo.

—Joder, Hallie, no haré eso.

La conocía tan bien que sabía exactamente lo que significaba esa frase. Maldición, odio que haya pasado tanto tiempo conmigo.

—La mejor forma de controlar a un hombre es hacer que te desee —me recordó mis propias palabras—. Un día tú me dijiste eso.

—Es diferente —intenté no levantar la voz—. Dexter tomará lo que quiere, y si me desea, hará todo para conseguirlo.

Tenía miedo de hasta dónde sería capaz de llegar para poseerme.

—Si lo seduces, no será capaz de hacer nada que tú contra  —comenzó—. Somételo, hazlo adicto a ti, ponle las cuerdas en las manos y hazlo bailar. Sé que tienes el poder para hacerlo.

Seducirlo... era una buena idea para salirme con la mía. Hacerlo dependiente de mí tampoco sonaba tan mal, solo una decisión desesperada para salir de toda esta mierda.

Cerré los ojos, intentando callar mi mente; eran tantos pensamientos que me revolvían. En tan pocas horas estaba atrapada en este enredo: había perdido a mi familia y tenía dos heridas de bala. En esos momentos, deseaba volver a aquel orfanato, donde mi única preocupación era golpear primero para no ser golpeada.

"Si quieres algo, tómalo, no lo pidas. Nadie se detendrá a pensar en tus sentimientos, así que tampoco te detengas a pensar en ellos."

Recordé las palabras que la cuidadora solía decirnos. Cuando llegué a esta casa, jamás puse en práctica esos consejos; si ellos querían algo, yo simplemente se lo daba, me mostraba débil, sumisa, dejaba que pasaran sobre mí... y así terminé aquí.

Esto me servía de lección para dejar de pensar en los demás. Ahora lo único importante éramos mi hermana y yo.

Si seducía a Dexter, quizás lograra salir invicta de esta guerra que presiento está a punto de estallar. Pero me daba miedo que estos juegos se salieran de mis manos; convertirme en su obsesión sería peligroso. Sin embargo, tenía que arriesgarme si quería salir, tenía que ser más lista, siempre un paso por delante de él, saber cómo controlarlo, lograr que hiciera todo lo que yo deseara.

Voy a jugar con fuego.

Necesito idear un plan para que nada se salga de control. Un plan perfecto que lo haga caer en mi trampa sin sospechar.

Sedúceme (1 Trilogía Infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora