Capitulo 13

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Todos los aventureros se acercaron a la tumba, se dividieron para encontrar entradas o pasajes secretos. Uno de ellos encontró una tumba llena de oro y tesoros junto con un emblema extraño para ellos. Pronto todos ellos junto a otros aventureros se reúnen en un punto, viendo una entrada específica pero normal. Pero los experimentados junto a los líderes podían sentir algo, el olor a la muerte. Aunque uno de ellos decide buscar otra entrada que según ellos pueden llevarlos al centro de la tumba, otros deciden bajar. Nada más abrir la puerta y dar algunos pasos, son atacados por un ejército de esqueletos.

–Debe ser una broma. Expresó un aventurero.

–Esto es en serio? Unos esqueletos normales nos atacan. Dijo una de las mujeres que estaban ahí. Todos ellos se burlan y uno decide atacar ya que los otros no ven el sentido de usar sus fuerzas para eliminar a esqueletos normales. A lo lejos de la tumba de Nazarick, Momon junto con el administrador se quedan vigilando y el administrador le pregunta a Momon que cree que pasará, a lo que este responde.

–Todos morirán. Esta respuesta parece sorprender al administrador y Momonga se dio cuenta, por lo que se apresuró a explicarse. Lo digo por su valentía y voluntad inquebrantable al entrar en la tumba sin saber lo que hay ahí y asegurarse de salir vivos. No. Esto pareció ser aceptado por el hombre. Fueron a las carpas y esperaron respuestas de los caballeros. Ainz salió y dejó a Pandora junto a un Doppelgänger para que imite a Pandora y este tome su lugar. Iba a la tumba de Nazarick donde los esperan los demás para ver como se las ingenian los aventureros del Reino Baharuch.

–Me pregunto qué pensarán nuestros huéspedes por nuestra hospitalidad en la gran tumba de Nazarick. Empezó a decir Peroroncino.

–No se preocupen señor Peroroncino, hemos hecho un gran trabajo al darle a estos huéspedes la bienvenida. Dijo Demiurge para hacer un gesto a Albedo y ella hace aparecer una pantalla donde toca unos teclados y hace aparecer unas pantallas alrededor del asiento de Ainz y de los supremos que están parados a su alrededor.

–Miren a las pantallas mi señor. Dijo Albedo y todos miraron las situaciones en las que se encontraron los aventureros, muchos murieron, otros pisan las trampas donde los transportan a otro lado, ven como solo un grupo llegó al noveno piso donde está el campo de batalla y Ainz se prepara para dar su batalla con ellos. Cuando ambos se encuentran en el coliseo, Ainz solo traía una bata negra, dejando al descubierto toda la parte superior de su esqueleto y su orbe rojo, cosa que encantó algunos, él estaba acompañado por Albedo y Aura los presento.

Para Ainz, ninguno de esos aventureros dio algo de batalla, eliminó a todos y dejó a uno para que le cuente a todos los que hay en la tumba de Nazarick. Eso sí, con algo de modificación en la memoria. Cuando el Emperador Jirchiv Rune Farlord El Nix se enteró de esto, ideo un plan para que un noble corrupto sea chivo expiatorio para asumir la culpa. Antes de poder decir algo, un asesor entró en la sala respirando pesadamente y lo que salió de su boca asombró a todos.

–Mi señor, hay un dragón en el patio, vengan a ver. Dijo para luego hacerse a un lado dando paso a su emperador y guardianes. Que curiosos fueron a ver. Impresionado por encontrar al dragón acompañado por dos elfos jóvenes quienes eran Aura y Mare quienes comenzaron a hablar.

–Para el Emperador del Imperio Baharuch, quien envió a esos sucios humanos a invadir la tumba de nuestros seres supremos, por favor, de un paso al frente si no quiere que estos soldados que nos rodean mueran. Al ver que ninguno se acerca más que los soldados que los apunta, hizo una seña a su hermano y este golpeó el suelo con su bastón, haciendo que el suelo se parta a la mitad al alrededor de ellos, haciendo caer a los soldados al vacío, asustando a todos y causando que el emperador saliera.

–Yo soy el Emperador, Qué es lo que quieren. Así tanto, Aura y Mare le dan el ultimátum y el mensaje del líder de visitar el Reino Hechicero para hablar del asunto. Al invadir la tumba de Nazarick Jirchiv aceptó con miedo y desgana.


La traición a la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora