Shariock observaba como la bruja Enchantres congelaba el cuerpo del dragón y luego lo trasladaban a una parte del castillo subterráneo alejada de los ojos de los habitantes de Elmet. Las casas habían sido brutalmente quemadas por el dragón, por ello se comenzó rápidamente su restauración.
El pequeño Magnes resultó ser en realidad un Griffiand de categoría beta, un dragón que hasta un caballero podría matar con buena preparación, pero solo si era de su tamaño normal, el cual equivalía a tres o seis metros, pero el tamaño de ese dragón era desproporcionado para sus realidades.
Ingritt bajó las escaleras satisfecha, había obtenido su venganza y además una criatura mística para los estudios de su adorada Enchantres. Pero había algo en su interior que le decía que no era suficiente.
Daphne y Shariock la seguían muy de cerca, sabiendo que solo eran espectadores en el acto principal. Pues ninguno de sus hombres resultó herido y eso fue suficiente, la asociación temporal de Ingritt y Shariock había terminado. Temporalmente.
—Shariock ya has cumplido con tu parte en el acuerdo, puedes regresar cuando gustes a Dumnonia, el Maestre Bartoleo regresará con ustedes para traer de vuelta a mí hijo—Aclaro.
Los miro por encima de su hombro a ambos, los detuvo antes de bajar un escalón más en la espiral descendiente de la torre. Pues solo ella tendría acceso al dragón que había matado.
Shariock estaba atónico.
—Su majestad creo que es lo mejor—Murmuro Daphne, pues el castillo en Dumnonia se encontraba sin un rey.
—Agradecemos tu corta hospitalidad y espero que cumplas con tu parte del acuerdo—Severo al dar un paso hacia atrás en los escalones azulados.
Ingritt respira profundamente. Cuatro caballeros la acompañaban.
-Mmm. Cumplo mis acuerdos, cuando tú hija sangre por primera vez, se llevará a cabo la ceremonia de matrimonio—Aclaro al estirar las manos. —Una vez se hayan casado, formaremos la nación más grande jamás vista o conocida en el continente—Recito con pasión y entusiasmo—Nuestros destinos están conectados ahora, su majestad—Musito al continuar bajando por las escaleras.
Daphne sabía lo honrados que eran los Elmetianos con sus acuerdos con otras naciones, pero debido a que los reinos de Llanegryn, Candía y Merionnydd, solo tenían herederos varones, a Ingritt le interesaba casar a su hijo con la heredera de Dumnonia, la dama blanca. de la que todos hablaban, los aún rumores no habían llegado a oídos del rey, ni siquiera a los de la reina.
Pero pronto empezarían a recibir muchas propuestas de matrimonio por Anastasia, pues el rey que creía que su hija había sido maldecida con esa apariencia, estaba completamente equivocada, pues Anastasia era codiciada por todos en el continente.
Shariock se retiró de vuelta a su reino a la mañana siguiente. Eso fue un alivio total y completo para Sir Ceretic y Daphne.
Era cuestión de tiempo para que se liberara el verdadero caos.
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Andreina lloro de emoción al recibir la carta, no había perdido nadie la vida y todos regresaron victoriosos a casa.
Se tocó el pecho anhelando el momento en el cual vería a las personas que amaba, estaban a solo dos días de llegar a Dumnonia, pero eso no era todo sino que también habían recibido todos los armamentos necesarios para defenderse en caso de que alguna de las tres naciones cercanas ¿a Dumnonia desearan atacarlos?
Era la única noticia que deseaba escuchar, la mañana era fría y el día anterior había nevado un poco, el príncipe Kiliam aún dormía y Anastasia sembraba algunas flores en el invernadero.
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La Dama Blanca y El Dragon
Ficção HistóricaAnastasia I Amery es una hermosa princesa que además fue maldecida con el don de la brujería. A lo largo de su niñez acato cada una de las órdenes de su querido padre el rey Shariock Sabin III de Amery quien la ofreció en matrimonio al reino rival...