9° SUEÑO

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«Despierta» Susurro una vez más a su oído.


Y sin recibir alguna respuesta se atrevió a acercarse de forma brusca para tomarla en brazos.


«Despierta» Con un estruendoso gruñido.


Ella abrió sus ojos de forma casi inmediata al oír tal alboroto, se asqueo al sentir la piel carrasposa de la criatura que se había osado a tenerla en brazos, intento zafarse de sus brazos negros bien formados, y antes de darse cuenta gimió cuando algo la pico en la espalda.


—¡Te ordeno soltarme Bestia! —Grito.


Bestia la soltó poco dispuesta y se sentó.


— ¿Qué es este lugar?— Compungida.


Mientras observaba a su alrededor la desmesurada hermosura de lo que parecía ser un bosque, las hojas de los árboles, arbustos y hierbas desprendían energía con la luz del sol, y el sonido de las aves al cantar era música que llegaba a dar paz, Valery Presionó la grama y miro a Bestia sentado en una roca frente a ella encorvado y mucho más grande de lo que recordaba.


«Tu conciencia» Afable, con una voz grave y dulce se dirigió a ella.


—¿De verdad? ¿Una conciencia luce así? —Sorprendida.


«No, este es solo un sueño parte de tu subconsciente y un lugar feliz en tus recuerdos, aparentemente estamos en un encierro temporal por el agotamiento de tu inútil cuerpo» Indiferente.


—Bueno puedes explicarme ¿Por qué estás aquí?— Encaró a Bestia.


«Por la misma razón que tu estás aquí» Gruñó.


Bestia se levantó y le dio la espalda a la chica encolerizada, pero en su expresión demostraba más decepción que cualquier otra emoción, Bestia se desmaterializó como cenizas en el aire y dejo a Valery desolada en un hermoso paraíso, ella abrumada por esa mirada tan amenazante. se sentó a reflexionar un momento de donde estaba.


«Parece un bosque, uno muy fantástico a decir verdad...Según ese monstruo estamos en mi conciencia lo que quiere decir que realmente es su sueño—Frunció el entrecejoSueño ¡sigo durmiendo! Y estoy atrapada aquí con esoEstremecidaTendré que despertar primero» pensó


Se levantó de golpe y observa una puerta justamente entre dos pinos, suspiro y salió corriendo para abrir la misma, sujeto la perilla dorada y el giro lentamente con un sentimiento de familiaridad, entre abrió los ojos al traspasar el umbral para encontrarse en medio de uno. de los recuerdos más dolorosos de su infancia.


El ambiente estaba lleno de tensión, ira, sufrimiento y hasta odio. Trago saliva al cerrar los puños y mirarse a ella misma aovillada entre el librero y un estante que quedaba en la esquina de la oficina de su padre, envuelta en llanto tenía sus brazos cubiertos de moretones y su cabello disparejo, los ojos hinchados de tanto llorar. y la cara roja y entumecida por haber mantenido tanto tiempo la misma expresión de sufrimiento, a unos dos metros de su figura infantil estaba su padre estremecido y hasta colérico con las menos a los lados del cuello y un cinturón en la mano izquierda. Valery lo miro con odio mientras el gritaba.

La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora