17° Él

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DarkSekai, Oldubuntum .


Le pedía guardar silencio, mientras trazaba un trayecto complicado hasta que nuevamente lo interrumpió.


—¡Calla!— Grito.


Le había dado un puñetazo justamente en la mejilla izquierda, era demasiado fuerte y aún así quería más, habían pasado 12 horas quince minutos y dos segundos desde que salió de la cápsula de extracción en el laboratorio de Kaiser y estaba ansioso por desahogar toda esa ira. contra su enemigo mortal, pero mientras su cuerpo se adaptaba a la nueva atmósfera y la homeostasis de su cuerpo se adecuaba a las nuevas condiciones, tenía que conformarse con un sirviente.


Zero tenía la mejilla destrozada, la sangre de sus arterias chorreaba, sus dientes en el costado de sus heridas se mostraban porque la piel se calcinaba y regeneraba conforme su cuerpo enfrentaba la amenaza, estaba de rodilla con la cabeza a gachas tragando saliva profunda y mordiendo. su lengua para no tener que recibir otro golpe.


Frente a él se encontraba su maestro, quien cortaba su largo cabello con una navaja producto de su mano con una morfología metálica, el cabello del hombre llegaba hasta su espalda baja y para su comodidad aún estaba desnudo y de espaldas a su acólito, se miraba. frente a un enorme cristal de proyección gráfica, mientras trazaba una ruta hacia Bestia, conforme cortaba su cabello negro hasta los hombros y se acomodaba un fleco con cabello blanco en la frente a medio lado, y poco convencido cortaba hasta la mandíbula su cabello.


Cuando por fin se miró satisfecho al espejo su ojo azul derecho y su ojo negro brillante izquierdo, pudo notar que sus facciones se habían definido y su mandíbula vuelta cuadrada resaltaba sus labios, sonriendo al notar que su cuerpo se había vuelto más atractivo desde la última Una vez que estuvo en el mundo, peino su cabello hacia atrás y camino hacia Zero quien temblando miraba el suelo blanquecino brillante. En cuanto el hombre se agacho para tomar entre sus manos la barbilla de su acolito este empezó a sollozar.


—Mientras Bestia no esté en mis manos, tú serás mi mascota—Dijo al sonreír febril.


—Si maestro—Resollando.


—Di mi nombre—Mientras lo volvía a golpear.


Zero tirado en el suelo habiéndolo salpicado de su sangre grisácea.


—Sí, Diron—susurró.


—Buen perrito—Mientras se levantaba y lo sujetaba por el cuello para arrastrarlo hasta la puerta—Ve a darte un baño y ven, harás de hembra porque sé que lo eres Zero—Sonrió pues la facilidad con que cargaba su cuerpo era como tomar una pluma con una mano.


Zero mientras tomaba su cuello, había llegado en el momento que termino la extracción y recordó claramente en ese momento la expresión de Kaiser cuando termino, al principio esa figura masculina solo era un átomo de energía flotando en un contenedor de líquido gelatinoso, Zero dejo de perseguir a Bestia y se dirigió el con dos escoltas y sin su nueva mascota a DarkSekai solo para recibir a su maestro. Mientras Diron incrementaba su masa y adquiría la energía necesaria para reconstruir su cuerpo Zero desde afuera del contenedor lo observaba impresionado.

La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora