10° CASTIGO

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En la nave Gneis descansaba los ojos, pensativo mientras viajaban aún más rápido que la velocidad de la luz fuera de la vía láctea, creyendo que su situación iba de mal en peor, pues tardarían unas unas horas en recorrer la distancia entre la tierra y DarkSekai. en el salto de la nave, suspiro al mirar a su hermano con los pies montados sobre la consola, de nuevo estaba comiéndose las frituras de origen terrestre que se habían traído como provisiones.

—Tu apetito me sorprende—Serio.

—Y ...Rezongo atragantado¿Cuál es el punto?.

—El punto es que por tu culpa nos quedamos sin provisiones para dos meses en dos semanas—Espeto.

—Eh si, no me juzgues como por estrés—AsintióY no me importa, necesito proteínas y azucares.

—Está bien. —En serio.

Gneis se levantó y se dirigió hacia las puertas mientras salía le dijo a Drago.

—Iré a ver a Valery, según Twist ya despertó—Sonrió al ver las puertas cerrarse.

El cubo azul lo siguió.

—Y así es como los hermanos te abandonan, por una mujer—Frunció los labios mientras masticaba las frituras.

Entretanto Valery se encontraba en el baño con Nikola observándola desde la puerta, ella peinándose algo avergonzada pues había visto sin querer la ropa interior de Gneis en el suelo del baño, tenía más cosas en la cabeza que solo a Bestia pues no sabía que la nave estaba viajando a velocidad luz en dirección a su juzgado.

Ella escucho a alguien tocar las puertas metálicas de la habitación, se giró y sonoramente espontánea ante la presencia del chico, Nikola los miro a Gneis con una expresión un tanto crítica y de inmediato entendió que debía de salir.

—Yo me voy a comer—Se dirigió a las puertas con un pavoneo exagerado.

Gneis traía consigo una bandeja con dos platos y un vaso de plástico, en uno de los platos había panqueques cubiertos con miel y en el otro tocino con huevos, sintió las puertas cerrarse y coloco la bandeja en una mesa, se dirigió a Valery quien estaba saliendo. del baño y le dijo.

—Te traje comida, creí que después de haber dormido tanto necesitarías alimentarte—Señaló la bandeja en la mesa a un lado de las puertas.

—Gracias, pero no tengo hambre—Sonrojada.

—Está bien—Se acerco afable.

—Gneis...aún puedo regresar a casa ¿no? — Se dirigió a la cama y se sentó.

—Eso es bueno...un poco complicado —Nervioso se sentó a su lado.

—¿Por qué Gneis?— Lo miro.

—Eh—Respiro profundo—Estamos a más de 10 millones de años luz de la Tierra Val.

—¡Qué! —Exclamo al levantarse de golpe.

—Escúchame ¿No deseas liberarte de todas esas desgracias que toda la vida te ha provocado al compartir tu cuerpo con Bestia?— Él el abrazo de golpe, coloco el rostro de ella en su pecho y el acaricio en la nuca.

—No...Claro que no eso es ser cobarde—Seria, frunció el ceño—SuéltameInsto sin fuerzas para empujarlo.

—Valery nadie te dirá cobarde ni lo serás, eres una víctima de Bestia como todos lo han sido—Coloco su mejilla contra la suya mientras murmuraba—¿No quieres tu libertad?.

Valery sintió un cosquilleo en las comisuras de los labios mientras Gneis la tomaba en sus brazos tiernamente, ella sintió tanta calidez que ignoraba el hecho de que todo lo que estaba pasando parecía un encarcelamiento o hasta un vulgar secuestro de otro mundo. Ella necesitaba un abrazo y lo había recibido de la persona que parecía estar tan predispuesto a salvarla que eso la impresiono, pero no sería una cobarde ni dejaría a Bestia pues le había prometido hacerse más fuerte.

La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora