Nadie te ve.

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Le pesaba el recuerdo de haber sido tan vulnerable con Tenoch; mostrar ese lado de sí misma no era algo que hacía con facilidad, y ahora no podía dejar de preguntarse si había sido un error. De alguna manera, todo el día había sido una confusión de emociones, y estar en el videoclub solo había empeorado las cosas.

Al llegar, los saludos fueron extrañamente tensos. Alex estaba claramente absorto en Rafa, y eso hizo que Rose se sintiera aún más fuera de lugar. Mientras Memo intentaba organizar las tareas, Marifer parecía distante, distraída por algo más.

— ¿Podemos trabajar aquí? Fue idea de Memo —preguntó Marifer

—Sí, claro, obvio —respondió Alex feliz, porque Marifer este ahí

Memo y Rose se pusieron manos a la obra, pero Marifer apenas parecía interesada en el trabajo. Cada tanto, su mirada vagaba hacia Alex y Rafa, como si su mente estuviera en otra parte.

—Nada más quería saber si hay alguien en especial que quieras o alguien que no —preguntó Memo, en un intento por encarrilar la conversación.

—Ajá —respondió Marifer, distraída.

—Entonces, haré tres listas con los nombres de todos, y luego elegimos, ¿les parece?

—Sí, está bien, Memo —dijo Rose mientras escribía algo en su cuaderno.

—Bueno —murmuró Marifer, todavía distante

Rose echó un vistazo a Alex. Él estaba riendo con Rafa, aparentemente ajeno a la tensión que ella sentía. Movía el pie bajo la mesa, una señal clara de que estaba nervioso o quizás emocionado, pero lo único que ella podía percibir era la distancia que había entre ellos.

De repente, Marifer se levantó bruscamente.

—Nos vamos —dijo, sin previo aviso.

Memo levantó una ceja, sorprendido.

—Eh? —preguntó Memo.

— Apúrense —dijo Marifer

La morena se puso de pie y se acercó a Alex.

— Bye —Dijo marifef acercándose a alex

— ¿Ya acabaron? —Pregunto Alex

— Memo quiere irse -dijo marifer

— Es que no me puedo concentrar -mintió Memo

— No te vayas -dijo Alex a marifer

— Bye luego hablamos -dijo marifer

— Adiós Alex, -dijo memo

— Adiós Alex, rafa -dijo Rose

Rose se despidió con un gesto rápido, sintiendo que la situación estaba cargada de algo que no comprendía del todo. Mientras caminaban hacia la casa de Marifer, las dudas de Rose sobre lo que había ocurrido más temprano volvieron a su mente, sumándose a la extraña incomodidad que sentía en ese momento.

—Es muy lindo tu cuarto, Marifer —dijo Rose, intentando romper el silencio.

—Gracias —respondió Marifer, sentándose en la cama.

Memo suspiró, dejando caer su mochila al suelo. El ambiente estaba extraño, lleno de silencios incómodos que ninguno de los tres sabía cómo llenar.

—¿Por qué nos fuimos del videoclub? —preguntó Memo, finalmente, rompiendo el hielo.

—Había demasiadas distracciones —dijo Marifer, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

—Bueno... —dijo Memo, no del todo convencido—, tal vez si comenzamos con el proyecto de la lagartija, lo terminamos rápido.

Pero Marifer no estaba escuchando. Su mente seguía en otro lado, y de repente soltó lo que había estado pensando todo el tiempo.

Te estoy mirando (Nadie nos va a extrañar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora