Nadie puede hacer que te sientas mejor.

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Era tarde, 6:30, si Rose no se apuraba no llegaría, y tenía que hacerlo, sabiendo que tenía en posesión la mitad de los trabajos de sus compañeros.
Rápidamente se cambió, y al tomar su mochila sus ojos se desviaron al espejo, dejando ver su labio partido, tendría que inventar una buena excusa, pero eso sería después.
Bajo rápidamente, evitando todo el desastre, al salir se encontró con su tío, quien estaba a punto de entrar a buscarla.

— Rose ¿Qué te pasó? —Pregunto viendo el labio de su sobrina.

— Eso no importa ahora tío, tengo que llegar, ya a la escuela, rápido

Su tío no insistió, subió al auto y arranco lo más rápido posible.
En la escuela, Alex, Tenoch y Dani estaban ansiosos, Marifer, Memo y Rose no llegaban.

— ¿Dónde están?

— ¿Dónde están los trabajos?

— Ahorita llegan

Tenoch estaba preocupado, y por primera vez, más por Otra cosa que por el negocio, Rose lo había estado evitando desde aquel día donde ella se mostró vulnerable, y eso le causaba un malestar horrible.

Por el lado de Rose, la chica estaba super nerviosa, había cambiado mucho en ella, el tono fresita, la seguridad, sin embargo, su fachada la mantenía alta, a pesar de los rumores.

— Tío, no puedes ir más rápido

— Vamos lo más rápido que puedo mija

El tráfico de la ciudad era una pesadilla. Sin dudarlo, Rose tomó una decisión. "Ni pedo," pensó, y bajó para comenzar a correr.

— ¡Rose, qué carajos haces! —gritó su tío, viendo cómo bajaba del coche.

— Nos vemos en la noche, tío. —dijo con una sonrisa de complicidad mientras se alejaba.

Sabía que era su única forma de llegar a tiempo. Cuando estuvo cerca de la escuela, bajó de la velocidad. Justo en ese momento vio a Memo caerse, papeles volando por todas partes. Sin pensarlo, corrió hacia él.

— Vamos memito, corre

Rose tono la mano de Memo, y ambos comenzaron a correr, la puerta estaba por cerrarse, cuando habilmente ambos chicos entraron corriendo, aún de la mano, Memo levantó la mochila, y todos comenzaron a aplaudir, aunque a algunos se les hacía raro que Rose llegara con folders, sabían que ella no hacía nada de eso, pero les daba igual, el punto era tener sus trabajos.

En medio del bullicio, Tenoch no pudo evitar fijarse en Rose y Memo, todavía tomados de la mano, mientras corrían. Un nudo se le formó en el estómago, sin saber bien por qué. ¿Celos? No sabía cómo sentirse. Y entonces lo notó. El labio partido de Rose. Algo estaba mal.

Durante el receso

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Durante el receso...

Rose miró a Memo y Marifer, susurrando, con sonrisas tímidas entre ellos. Era evidente. Se traían algo. Los detalles eran pequeños, pero no se le escapaban a ella: el modo en que Memo bajaba la mirada cada vez que Marifer sonreía.

Te estoy mirando (Nadie nos va a extrañar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora