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Hanni cada día se sumergía más en una rutina desgastante y solitaria. Dormía poco, apenas comía, y su vida parecía girar únicamente en torno a los estudios. Buscaba mantener su mente ocupada para no pensar en Minji y en ese chico, quien ahora era parte de su vida de forma pública. Verlos juntos le desgarraba el alma, y, para evitar ese dolor, optó por hundirse en los libros y en el trabajo académico, creyendo que el cansancio la ayudaría a olvidar. Pero no importaba cuánto se esforzara, la imagen de Minji siempre estaba ahí, rondando su mente y su corazón. La extrañaba desesperadamente, pero el simple hecho de estar cerca de ella se había vuelto insoportable, pues le recordaba que Minji nunca sintió lo mismo y que había encontrado a alguien más sin dificultad, dejándola en el pasado.

El deterioro de Hanni era cada vez más evidente para quienes la rodeaban. Su rostro había perdido el brillo, sus mejillas se habían vuelto más pálidas y su cuerpo reflejaba el desgaste de su autocastigo silencioso. Sin embargo, Minji parecía completamente ajena a estos cambios, absorta en su nueva relación. Nunca se percató de la transformación de Hanni... hasta que un fuerte golpe en el salón rompió la rutina. Minji giró rápidamente al escuchar el sonido y, al ver a Hanni desmayada en el suelo, algo dentro de ella se detuvo. Fue en ese instante, al observarla con atención, que notó lo mucho que Hanni había cambiado: su delgadez, su piel sin color, su mirada apagada. Frente a ella yacía alguien que apenas reconocía; esa figura pálida y frágil no era la Hanni radiante que siempre conoció. ¿Cómo había sido capaz de ignorar todo esto?

Sin dudarlo, Minji se levantó de su asiento, sintiendo una mezcla de culpa y preocupación que le pesaba en el pecho. Se apresuró hacia Hanni y, con una suavidad inesperada, la tomó en sus brazos para llevarla a la enfermería. Mientras recorría los pasillos con Hanni entre sus brazos, la imagen de su amiga, tan frágil y vulnerable, se grabó en su mente, despertando preguntas que nunca antes se había permitido formular.

ᶜᵒⁿ ᵉˡ ᵃᵐᵒʳ ᵉⁿ ˡᵃˢ ᵐᵃⁿᵒˢ  『ʙʙᴀɴɢꜱᴀᴢ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora