La brisa fresca de la noche rozaba el rostro de Nicholas mientras observaba a los menores del grupo, entre risas y gritos, correr por el césped de la terraza. Las varitas chispeantes que movían de un lado a otro iluminaban sus caras en destellos dorados y fugaces, como pequeños fuegos artificiales, verlos tan despreocupados, divirtiéndose con algo tan simple, le daba un extraño alivio, como si sus propios pensamientos pesados se aligeraran por un momento.
Suspiró y dejó que sus hombros se relajaran, había sido un día largo, lleno de preguntas no dichas y una inquietud constante que lo había seguido desde el hace varias horas, pero ahí, en la terraza, en la soledad de esa calma momentánea, finalmente lograba encontrar un instante de paz.
Sin embargo, al escuchar unos pasos acercándose, se tensó ligeramente, no esperaba compañía y, por un segundo, temió que alguien quisiera traer de vuelta los temas de la tarde, giró la cabeza y se sorprendió al ver a Rina.
Ella no traía el habitual aire de incomodidad que tantas veces le había hecho desear desaparecer. En lugar de esa energía insistente y posesiva, había algo sorprendentemente tranquilo en su expresión; incluso su sonrisa parecía más relajada.
—Bonita noche, ¿verdad? —comentó Rina, mirando al grupo de amigos más jóvenes que seguían jugando, las luces chispeantes reflejándose en sus ojos.
Nicholas asintió, sintiendo su propia sorpresa crecer, la presencia de Rina no le incomodaba en absoluto esta vez, y por alguna razón, el silencio entre ambos era agradable, casi como si estuviera allí un viejo amigo y no la prima de Fuma, siempre dispuesta a acaparar su atención.
—Sí, lo es —respondió simplemente, sin apartar la vista de los menores.
Rina cruzó los brazos y apoyó los codos sobre la barandilla junto a él, ambos mirando en silencio las chispas en el aire. Pasaron unos segundos en los que Nicholas se sintió tan cómodo que casi olvidó todas las tensiones recientes. Era extraño, y a la vez, un respiro.
—Parece que ellos siempre encuentran la forma de divertirse —dijo Rina finalmente, con un tono suave, como si simplemente hablara consigo misma—. Como si nada en el mundo los pudiera preocupar.
Nicholas soltó una leve risa, pensando en la ironía de esa frase, considerando el peso de los pensamientos que lo habían seguido desde el "fin" de su falsa relación con Hailing.
—Tienes razón, a veces es como si solo nosotros fuéramos los que cargamos con todo.
Rina no respondió de inmediato, sino que permaneció observando el horizonte, casi perdida en sus propios pensamientos.
—Nicholas… —dijo, rompiendo el silencio tras un instante—. Lamento si alguna vez te he incomodado. Solo... quería que lo supieras.
Nicholas la miró, por varios segundos, sorprendido por la actitud tranquila de la joven, jamás había esperado escuchar algo así de Rina, mucho menos con esa sinceridad que ahora parecía envolverla.
—No te preocupes —respondió él queriendo mostrarse amable aunque también incrédulo—. Está bien.
Ella sonrió levemente y volvió su atención al grupo, que ahora lanzaba las varitas al aire, creando pequeños arcos de luz en la oscuridad.
Rina permaneció en silencio un momento más, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras antes de hablar. Nicholas percibió su vacilación y, aunque en el fondo temía hacia dónde podría dirigirse la conversación, permaneció tranquilo, esperando a que ella hablara.
—¿Entonces… tú y Hailing ya no están juntos? —preguntó Rina, con una mezcla de curiosidad y cautela en su tono.
Nicholas sintió una pequeña punzada en el pecho, la última persona con la que quería hablar sobre su relación falsa era Rina, pero al ver la tranquilidad en su rostro, sintió que tal vez una respuesta sutil sería suficiente para mantenerla satisfecha sin levantar sospechas.
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Just Friends •Nicholas Wang• #2
FanfictionLuego de que una chica obsesionada con Nicholas se les aparezca en las vacaciones con su grupo de amigos, Nicholas le suplica a su amiga Hailing que se haga pasar por su novia para así poder mantener alejada a la chica, pero trayendo problemas en su...