Capítulo 8: "LOS GIROS INESPERADOS"

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Había logrado pasar una semana entera desde que Eu formaba parte de la Fuerza de Voluntad, pero antes de eso aquel mismo día desde que Eu lograba encajar aun más con la población de la Fuerza de Voluntad, en la cena de la noche en el centro comunista Besth presentó a Eu como uno de ellos. 

Besth se subió hasta la plataforma principal del centro comunista y comenzó hablar aquella noche. 

—Siempre es un honor poder servir a la nación, pero es todavía más que eso saber que hay personas que lo hacen por honestidad —Besth se refería a Eu, luego lo miro y pidió que se subiera. Eu llegó hasta allá tambaleándose como la primera vez.

—Bueno —argumentó Eu mientras movía sus dedos y tocaba el micrófono que estaba al frente de él por dónde emitía todo el sonido, y todas las personas centraban su mirada en él.

 —Al parecer Eustace esta algo nervioso —replicó Segal acercándose hacia Eu y Besth, tomo el micrófono y hablo—. ¡Dilo ahora! ¡Di! ¡Dilo, di lo que sientes!

Segal le entrego nuevamente el micrófono a Eu y Besth por detrás le dio ánimos para que perdiera algo de nervios, cosas que no le funciono muy bien. Pero Eu comenzó hablar en forma de agradecimiento acerca del que le habían brindado todo ese tiempo, además agradeció a Besth y Segal principalmente, y como último. Dijo que estaba orgulloso de formar parte de la nación de ellos. 

—Un individuo más —replico Segal haciendo una pausa, después de que Eu terminará y todas las personas aplaudieron alegremente—, a la lista de individuos de la Fuerza de Voluntad. Bien, es hora de la merienda. 

Ese mismo día, lo que restaba de la noche se la pasaron conviviendo pues habia sido un día de mucho esfuerzo para todos, además de que tampoco hubiera sido el mejor día para Eu (por que Eu en el fondo no estaba convencido de haber hecho aquello, pero por nada del planeta debería de decir todo lo que en realidad él era). La música de noche, junto con la comida fue una aventura añadida más a la cabeza de Eu, ya que esa noche Eu se la paso conviviendo con todo ellos. 

—¿Quieres bailar? —preguntó Amanda a Eu. 

Eu se quedó callado. 

A decir verdad, los únicos pasos que Eu conocía y los que fundamentalmente tenia presentes eran los de moverse a un lado y otro en la hora del baile, pero para ser justos. Eu no sabía bailar. Amanda estaba al frente de él esperando una respuesta. 

—Lo que pasa es... —argumentó Eu, cuando Amanda lo tomo de la mano y lo jaló hacia la pista de baile del lugar. La música era buena, a diferencia del sonido que se acumulaba en todo el sitio era pegajosa (una combinación de piano con fuertes palabras de paz y amor). 

Eu y Amanda comenzaron a bailar en la pista entre la demás multitud que hacia lo mismo. Se tomaban de la mano y andaban de un lado a otro, volvían a ser lo mismo una vez más pero en distinto camino, y así sucesivamente en toda la canción. 

—Yo tampoco sabia lo que era bailar —añadio Amanda mientras daban giros en la pista, Eu la miro—, hasta que me di cuenta que era algo opcional. 

—¿Opcional? 

—Si.

—No tengo idea. 

—O te quedabas en todas las ceremonias sentada, o comenzabas a mover los pies para divertirte un buen rato —volvió a añadir. 

—Ahora entiendo —Eu miraba a la mesa donde estaba Besth junto con Segal, ambos estaban hablando, mientras que ellos dos continuaban bailando entre toda la multitud.  

Segal dio un sorbo al vino de uva que llevaba en la copa de cristal y pregunto a Besth.  

—¿Crees que el muchacho este bien aquí? 

EL CÍRCULO DE LA AMISTAD © //TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora