—Señor —mencionó Besth Gisterfield— hemos llegado.
El clima era caliente, en el cielo podían ver nubes de color gris con tonos negros, pero nadie habló de ellas.
—¡Había olvidado lo grande que era! —dijo el Señor Miller con un tono de voz decepcionante.
—Evans —dijo Besth luego de haber escuchado al Señor Miller sin darle tanta importancia—, este es el círculo.
—¿Habías estado antes aquí? —preguntó Losh. Besth negó con la cabeza.
—¡El círculo! —dijo Losh con asombro y algo de decepción también. Miro con detenimiento hacia el interior, pero lo único que miraba era espesa neblina de color gris con negro, igual a las nubes del cielo del exterior—. Guerra.
—Exacto, —dijo Besth mientras se acercaba al costado de Losh también para mirara detenidamente como Losh lo hacía— es una guerra.
—¿Qué miran tanto? La guerra —pregunto el Señor Miller que por un momento se quedo pensando mientras miraba al césped o quizás no miraba eso, sino sus zapatos de color café algo desgastados, llevaba una túnica larga de color verde y una collar igual a la marca de su mano, igual a la de todos ellos.— La forma en la que miramos es una opción múltiple de como querer morir. El Círculo de la amistad era mi hogar, yo vivía aquí, este era mi protección, era mi nación como una persona integra a la vida —hizo una pausa—, perdí a mis padres en las guerras principales, perdí todo, pero encontré la forma de liberarme de todo eso, yo mismo busque una manera de librarme de todo eso que no me dejaba libre, viaje demasiado tiempo luego de haberme ido de este sitio, de mi segundo hogar luego del primero que se encontraba en el otro planeta, en el planeta número uno. —Su boca estaba seca pero no dejaba de parar, Besth y Evans estaban al tanto de lo que decía; el tiempo continuaba como el habitual— Una vez que logre reunirme con personas de mismas consecuencias que a las mías (viajeros) dije que era ese lugar en el que debería de estar, con ellos. Con esas personas, con los viajeros iguales a nosotros, para ese entonces la Fuerza solamente llevaba poco tiempo de haber sido creada, tiempo antes yo sabía que habría un lugar para personas como nosotros, para personas especiales, pero... cuando la Fuerza fue destruida me di cuenta de que no había paz alguna por bien merecida que la tuviera —los miro—, que la tuviéramos. Entonces huí de la Fuerza una vez que comenzó el ataque, huí como un cobarde sin poder ayudar a los míos, tenía miedo. Es decir, lo tengo aún.
—Miedo ¿a qué? —preguntó Evans mientras miraba a todos lados como si el miedo también le invadiera a él. El Señor Miller era caracterizado un supremo viajero de la Fuerza ¿y cómo todos se habrán dado cuenta? La Fuerza de Voluntad solo era una protección para individuos con "poderes".
El Señor Miller miró a Evans.
—¿A qué suceda lo mismo? —dijo él alarmada mente.
—¿Qué cosa?
—A el final —contestó el Señor Miller, su voz era ronca quizás por que nunca había hablado tanto o por que si lo hacía pero ellos dos nunca antes lo habían escuchado hablar de esa forma.
Besth estaba mirando al Señor Miller sin que él lo notara, la forma en la que Besth lo hacía era extraña, entonces fue cuando recordó aquella plática que Besth había tenido con Segal Walker en los comedores de la Fuerza, donde Segal le decía a Besth lo importante que era siempre estar al tanto de personas como el Señor Miller, también recordó la vez ella y Eu hablaron con él. Cuando el Señor Miller había confundido a Eu con Rick, el hermano de ella, fue en los primeros días en que Eu apenas había llegado. Besth también recordó que no solo el Señor Miller tenía frascos vacíos por toda su casa, al igual que cuadros. Cuadros de todos tamaños igual que los frascos vacíos por todos lados, ella recordaba su sala y el olor de la madera de los muros. Pero Besth no recordó todos los cuadros, solo uno, al igual que con los frascos, solo uno en particular. El cuadro que logro visualizar en su mente era el de un paisaje deslumbrante, que llevaba una circunferencia de cristal que era muy parecido al círculo que para ese entonces, Besth lo recordaba a la perfección mientras miraba el círculo que estaba al frente de ellos, pero lo que Besth no sabía y que lamentablemente jamás iba a saber es que aquel cuadro en particular colgado en un muro de caoba de café oscura era ese círculo que estaba delante de ella ¿quién lo habría de saber? El Señor Miller continuaba hablando con Evans, enseguida Besth visualizó aquel frasco en particular que no estaba vacío, el único en su ambiente, que dentro de el llevaba una llave de color azul fuerte, una llave algo grande de tres hoyuelos por arriba y dos dientes por debajo, al parecer era de metal y solo eso, que era lo único que Besth lograba recordar. Pero ¿por qué recordó eso y no recordó la enfermedad que el Señor padecía? ¿Ni todos los envases de medicinas que estaban en los cajones de los muebles de la sala? El Señor Miller es testigo de una enfermedad maníaco-depresiva en su cerebro, lo cuál deja claro que sus conversaciones que cuenta de su vida son solo su trastorno de como se siente.
—Estamos cerca del final. —dijo nuevamente el Señor Miller. Su cara estaba hecha añicos, se podían ver los hoyuelos caídos por su piel arrugada.
Besth le lanzó una mirada, de esas fijadoras.
—Señor, ¿cómo vamos a entrar? —preguntó Besth algo dudosa.— ¿Usaremos la tele-transportación?
El Señor Miller negó con la cabeza.
—¿Entonces? —preguntó Evans algo desconcertante.
—Entraremos por la entrada principal —contestó.
En ese momento tanto como Besth y Evans miraron por todos lados sin dejar de ver la circunferencia, la cual no tenía ningún tipo de entrada.
—Señor —dijo Besth.
—Debemos de seguir, el fin esta cerca —continuo diciendo mientras apuntaba hacia el frente con su dedo largo, la túnica que llevaba le arrastraba por el césped mojado.
Besth miró a Evans luego de que el Señor Miller comenzará a caminar. Eran las miradas de Besth las que hacían entender más que las propias palabras.
—¿Le seguimos? —susurró Evans haciendo una mueca.
—¡No! —añadió Besth impacientemente.
El Señor Miller se giró. Miró a los dos y entonces burló.
—¡Vamos! —dijo—. ¡Debemos de seguir! Como ya les dije, el fin cada vez esta más cerca.
—No podemos entrar —dijo Besth de remate—. Acordamos encontrar a Eustace primero.
El señor miró a Besth detenidamente. Para luego poder decir.
—Eustace está muerto. Tu ya lo sabías —su voz era tensa y apresadora. Las palabras que dictaba aquel hombre se sellaban por completo en el alma de Besth.
—Pero esto se puede resolver —argumento Besth.
Algunos viajeros, sabían como sería su vida por delante. Sabían todo sobre ellos y las demás personas; en cambió algunos no sabían absolutamente nada. Era el caso de Eu, que no lo sabía todo. Pero en cambió, los otros viajeros sí.
—No eres quién crees que piensas que eres
—añadió el Señor Miller—. Hace algún tiempo en la Fuerza de Voluntad, cuando todavía existía, hubo ataques antes del que Eustace presenció poco después de haber llegado. En realidad hubo dos ataques y estuvieron muy fuertes, perdimos a demasiadas personas en esos tiempos, pero también —hizo una pausa para toca el cristal con su mano— esos ataques nos dejaron algo especial. Nos dieron la posibilidad de ver más allá de todo, de ver el futuro.—¿Eres uno de ellos? —preguntó Evans.
—¿Tú que crees? —respondió mientras continuaba tocando el cristal.
—¿Por qué nunca nos dijeron nada sobre esto? —preguntó Besth.
—Nadie lo sabé, ni el mismo Segal Walker lo supo; se lo ocultamos —comenzó a decir—. Hay pocas personas con ésta especialidad, muy pocas en el planeta.
—Pero... ¿dónde están las otras personas?
—Perdidas —contestó—. Están perdidas al igual que los recuerdos que acabo de detallar, los de las otras dos invasiones, en donde todo sucedio.
—¿Cómo sucedió? —preguntó.
—Seguramente fueron bombas —dijo— o gas. Respectivamente no recuerdo nada bien del todo.
En ese momento el sonido invadió sus oídos.
—Debemos de hacer lo que nos pertenece
—dijo el Señor.Besth aceptó.
—El sonido está a pocos minutos, si seguimos rápido llegaremos hasta allí en un tiempo definido —dijo—. Y cuando eso suceda, estaremos listos para lo que sigue.
—¿Que sigue? —Evans estaba dudoso.
—La caída —dijo Besth mientras tomaba algún artefacto de su bolsa y desaparecía sin dejar rastro alguno de ella por ese lugar.
ESTÁS LEYENDO
EL CÍRCULO DE LA AMISTAD © //Terminada
Fiksi IlmiahEustace Parker es el chico de la vigésima segunda generación de individuos del lugar en el que habita, por si fuera poco debajo del cristal en forma circular que desde hace años se construyó por problemas del planeta. Problemas que al paso de los añ...