Capítulo 23: "CUERPOS VERDES CON DIENTES AMARILLENTOS"

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—¡El Slogant! —alertó Elisa luego de haber podido moverse nuevamente, sus pensamientos al igual que ella no se habían quedado del todo congelados, tanto que no se les habían podido olvidarles como a todos los otros.

—Juro que había un Slogant aquí —presenció Walter mientras Eu miraba a Besth.

—Pero ahora no hay nada. ¿Eustace, que está sucediendo? —preguntó Evans permitiendo que todos pensarán que él tenía algo que ver con lo que estaba sucediendo allí. O por lo menos, lo que había sucedido.

A Eu se le había olvidado borrar los últimos pensamientos de las cabezas de los individuos, era algo que no había podido recordar pero su cuerpo estaba generando más cosas nuevas en él. Al frente de ellos, dónde se detuvieron por instantes había más personas con armamento y desde lo lejos, sus actitudes no eran tan buenas.

—¡Lo que sucede —comenzó hablar Besth mientras Eu respiraba hondo y muy profundo queriendo que no dijera nada de lo que él era, pensando de igual forma por qué también se le había olvidado borrar las últimas vivencias de ella, ¡rayos!— es que... la explosión nos dejo algo atónitos, mi cabeza no corrobora exactamente igual cómo lo hacía antes, pero al igual de ustedes como nosotros sufrimos algo en esa grata explosión.

—¿Explosión? —dudó Leo deteniéndose por completo y haciendo que los demás también lo hicieran mientras la tierra de Gyrvania estaba por alzarse entre los aires—. ¿De qué están hablando ustedes dos? ¡Esperen, alto... deténganse!

—¡De la explosión Leo, ¿no la recuerdas? —mintió Eu—. Eustace ¿recuerdas la explosión?

Eu asintió con su cabeza.

El suelo del lugar estaba dando cambios muy raros casi igual cómo los que Eu había dado tiempo antes en aquel otro lugar, solo que las diferencias eran las que aprovechaban del todo y contra todo ya que los cambios de Eu —todavía presentes— habían podido ocurrir por si mismo, mientras que los de Gyrvania sucedían involuntariamente.

Estaban todos detenidos, juntos miraban al frente a lo que estaban por enfrentarse para poder llegar hasta su respectiva salida, la única que había podido pensar Eu y la único que el ARMI pudo creer.

—¿Qué haremos? —preguntó Elisa algo agitada.

Esta vez, tanto Eu como Besth se limitaron a contestar sin dejar de ver al frente dónde detalladamente lo que estaba por delante de ellos comenzaba a distinguirse más. Seguramente esta vez Eu no quería responder por qué no sabía nada de lo que sucedería —y aunque un viajero fuera él—, sus poderes de viajar pos si mismo aún no estaban desarrollados intelectualmente y, por supuesto no debería ni él ni Besth responder a algo que no sabían que hacer, pero en el fondo sabían que tarde o temprano lo sabrían y ahora si podrían compartirlo con todos ellos.

Respectivamente lo que estaba ante sus ojos eran personas, algunas de ellas iban con trajes de color blanco (a lo que era de demasiada costumbre conocer y se les denominaba como Uniformados); mientras que por detrás, a los lados también comenzaba ponerse más feo, otras personas o seguramente cosas no identificadas al momento estaban a la vista.

—¡Nadie se separé! —dijo Eu cuando en ese momento la tierra se abrió por completo desde un exterior haciendo que todos ellos contando todas las personas de los alrededores cayeran al suelo. Eu se lamentó fuertemente—. ¿Están todos bien?

El polvo que había ocasionado dicha tierra por medio de la grieta formada en el suelo hizo que todo fuera más fácil en los pensamientos de Besth, ella pensaba que con el polvo ya que no se podía mirar nada podrían escapar detalladamente por algunas entradas y poder ocultarse mientras se esfumaba el polvo en el aire para esperar otro más y esta vez llegar hasta la salida. El tele-transportador que era la única salida al instante estaba sobre el cielo, a poca altura de las personas uniformadas que estaban al frente de los individuos-a-los-que-les-pasaban-demasiadas-cosas.

EL CÍRCULO DE LA AMISTAD © //TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora