Capítulo 35: "EL SIGNO"

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—Besth —grito Rick mientras se acercaba hacía donde ella se encontraba, cubriendo nariz con la manga rota de su camisa. Tenía el cabello largo y su cara estaba afligida al igual que algo sucia. Era algo sin importancia para ese entonces, ya que ellos estaban demasiado simples.

Besth se encontraba mirando tan detenidamente como las pocas cenizas se esfumaban del lugar, las lagrimas no dejaban de caerle, estaba inclinada.

—Debemos de irnos —dijo Besth—. Debemos de irnos ahora.

Se giro hacía Rick que estaba de pié mirando a ella, los ojos con heterocromía de Rick relucían como el brillo del sol reflejados en el agua, un ojo azul y el otro verde. Rick también estaba llorando, tranquilo. En ese momento Elena llegó hacia ellos.

—Mis piernas me duelen —comentó—, tengamos un descanso.

—Vayámonos —pidió Besth—. ¡Hagamos lo ahora!

Rick miraba a Besth con tristeza, sus lagrimas impedían que la mirara del todo completo, pero una vez que seco sus lagrimas de sus mejillas, Besth pidió una vez.

—¿A dónde? —gritó Rick avanzando hacia Besth que en ese momento se encontraba todavía de cuclillas—. Dime Besth, ¿a dónde quieres ir? Ya no tenemos un hogar. No lo tenemos.

Besth dejó de llorar, secó sus lagrimas y avanzó hacia el frente dejando atrás a Rick.

—Mi hermano esta muerto —concluyó dándose la vuelta para toparse con los ojos de Rick—, ¿tu crees que eso no me duele? Me deja sin respirar...

—¡Basta! —dijo Elena mientras caminaba un poco para llegar a la escena.

—¿Tu crees que también a mi no me duele? —gritó Rick—, no solo tu hermano esta muerto, —Besth lo miraba fijamente mientras Rick caminaba en dirección de ella, las piernas le tambaleaban demasiado, seguramente le dolían— la única persona que he amado también lo esta. Otras personas también lo están. Siempre te centras en tus asuntos dejando los de los demás a un lado, siempre has sido así, nunca cambiaras, tu piensas que eres la única que quiere regresar a un hogar, pero algo ya no existe —en ese momento Rick estaba frente a frente de Besth, bufando—, eres una egoísta Besth. Nunca cambias.

—Rick —gritó Elena desde un costado.

—También tu lo eres Elena, eres igual que ella —dijo Rick una vez que se giro hacía Elena.

Rick se marchó, comenzó a caminar hacia el exterior de lo que era la Sección Neruta, sin rumbo alguno. Besth simplemente lo dejó.

—¿Qué haremos? —preguntó Besth.

—Debemos de buscar a los demás —dijo Elena—, comencemos una búsqueda. Pero debemos de encontrar a Rick principalmente. ¿No lo crees?

—Soy demasiado egoísta, lo soy. Rick tiene la razón, no diré que siempre la tiene pero hoy es la excepción; siempre me preocupó por mí dejando a todos a un lado —habló ella—, soy demasiado egoísta, pero eso me ayuda.

—¡Besth! —lanzó Elena algo tolerante—, vámonos de aquí. Encontremos a los demás.

Elena continuó con el camino, la misma dirección que Rick habia tomado tiempo antes, pero Besth se quedó allí por unos instantes, mirando al frente, al vació.

Quiso acercarse por última vez, pero no pudo hacerlo. Sus pensamientos le atormentaban a cada rato, al ver todos los restos de cenizas posados a sus ojos, al imaginar en su cabeza, la agonizante escena de su hermano incinerado. ¡Que egoísta!

—¡Continuemos! —dijo Besth logrando alcanzar a Elena.

Saliendo de la ex-sección en la que tiempo antes se situaban emprendieron su camino sin rumbo fijo. Algunos de los edificios del círculo estaban en total destrucción. Otros sólo se encontraban dañados por el exterior y en algunos casos, otros solamente por el interior. Había demasiada contaminación por el suelo, también esa parte en la que ellas dos estaban se encontraba aislada totalmente.
Cuando llegaron a un extremo donde una parte de edificios terminaba, ambas se detuvieron.

EL CÍRCULO DE LA AMISTAD © //TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora