Capítulo 14: "LAS MEDUSAS"

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El incesante disturbio que Eu sentía al despertar de aquella pesadilla le ocasiono varios problemas con los que actualmente estaban descansando.

Eu despertó gritando. 

—¡NOOOO! ¡NOOOOO! —estaba sentado en el mismo sitio, sudaba de tanta lamentación que este pedía. 

—¡Cállate! —replicó Amanda desde su lado—, estamos intentado dormir. 

Mientras que los ojos de Eu miraba como algo flotaba en el lugar, era algo pequeño que merodeaba por todo el lugar, era de color rojo y estaba duplicándose cada vez más y más cuando estaba por el aire del oscuro lugar. Una de ellas lograba duplicar hasta diez de esas medusas, de una lograba salir otra a otra hasta acumular cientos de ellas en ese entonces, mientras los demás dormían tranquilamente. Y Eu pensaba todo lo de su sueño, lo de que él era el culpable de la catastrofe que sus amigos sufrieron a causa de razones que no entendía, etcétera. 

Después de poco tiempo, todo el lugar que antes era oscuro se torno a estar con luz reluciente y roja por todos lados, esta vez Eu se puso de pié y comenzó a caminar al lado de ellas (sin tocarlas) por el lugar. Al poco tiempo, Leo se dio cuenta de la presencia de las medusas, y se levantó de un saltó, una medusa iba en dirección hacia él, mientras que se tiró al suelo para no poder sufrir daños, cuando cayó, pegó a Elisa en la pierna. 

—¡Ouch! —aclamó Elisa lamentándose ya despertada—, fíjate. ¿Qué... qué esta pasando? 

—Son hermosas —añadio Eu desde el lugar en el que se encontraba. En ese momento Eu quería tocar la cabeza de una de ellas, de la que estaba más cerca de él y a decir verdad todas lo estaban por que mediante el paso del tiempo estas estaban duplicándose cada vez más, tenían a Eu rodeado y estaban casi por el rostro de los que se encontraban todavía dormidos—. ¡Mira!

—Eustace alto, detente. No la toques —replicó Leo casi gritando y haciendo que Segal despertará—. ¡Es mejo que retrocedas! 

—¿Qué cosa son? —preguntó Elisa apartándose de una de ellas.

—¡Por todos los cielos, ¿ya es otro día?! —murmuró Segal sin abrir los ojos y poder ver nada de lo que estaba sucediendo—. En verdad hacen demasiado ruido.  

—Debes de guardar silencio —murmuró Leo, luego se acercó hacia Flip e hizo que despertara bruscamente que diera una patada a Amanda—, ¡despierta!

—¡Agrr! —se lamentó Amanda, que estaba al lado de Eu de pié.

—Ha dicho Leo que no las toquen —advirtió Eu—, seguramente tienen algo malo, y no me sorprendería ya que aquí todo es de esa forma. 

De pronto Flip añadio. 

—¡MEDUSAS! —su rostro estaba adormecido, continuaba sentado mientras que Amanda continuaba quejándose de su pierna. Los gritos de Amanda despertaron a todos los demás.

 —¿Qué sucede? —murmuro Evans frotando sus ojos. 

—¿Medusas? —dudó Eu—, ¿qué es lo que hacen?

—Más bien que no hacen —respondió Leo—, hace poco, cuando aún estábamos en la Fuerza de Voluntad leí algo sobre esto, son peligrosas y por lo que veo pienso que serán las últimas cosas en extinguirse ¿miran cómo se multiplican y llegan a convertirse en cientos de ellas? —arqueó una ceja, la luz roja que generaban las medusas hacían que todos se vieran sus rostros cansados y con sueño, el de Eu destacaba entre el de todos ellos, y aunque las medusas abundaban y no sabía la reacción de estas lo de su sueño no lo dejaba pensar convincentemente—. ¡No se levanten ustedes, Eustace, Flip, Elisa, deben de sentarse, si es posible recuéstense una vez más! ¡Sólo que no se duerman! Nunca sabremos lo inesperado de todas las cosas difíciles de comprender.

EL CÍRCULO DE LA AMISTAD © //TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora