Capítulo 21: "LA PERDIDA DE LOS VIAJEROS"

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Todavía sin dejar de ver al Slogant, que lo único que ocasionaba era que se presentara no solo literalmente al frente de ellos, también en sus pensamientos; lo único que en ese momento los tres podían hacer era solamente pensar en algo o, en cerrar los ojos para poder descansar eternamente. La cola de la serpiente gigante rodeaba la espalda de los individuos, se ubicaban entre la pared, queriendo hacer algo ante la situación, pero era demasiado imposible realizar o cambiar algo por los viajeros en esos instantes.

—No dejen que.... ¡agrr! —gritó Flip mientras era el primero en estarse asfixiando por que la cola del Slogant le estaba apretando su noble cuerpo. Próximamente, la misma bestia había logrado capturar también por su espalda y estómago a la vez al Señor Miller.

—¡Has algo! —dijo el Señor Miller mientras su bastón se quedaba en el suelo y a él lo alzaba el Slogant con su gigante cola del mismo tono de piel ya conocida.

Eu no sabía que hacer, estaba de pié mirando cómo la serpiente se llevaba entre los aires a los otros dos, el Slogant no podía mirar la presencia de viajeros de temprana edad. Era por eso que, el Slogant no podía mirar a Eu.

—¡EUSTACE, EL SLOGANT NO PUEDE MIRARTE! —replicó Flip desde una altura máxima, mientras que sujetaba de la cola del animal. En ese momento, el Señor Miller estaba siendo ahogado por la misma cola por la que Flip también lo estaba siendo, el Slogant no los ahogaba hasta morir, sencillamente hasta que perdían algo de aire y dejaban de existir por segundos.

—Pero lo está haciendo. ¡Miren! —murmuró Eu con voz baja pensando que el Slogant le escucharía y haciendo que Flip y el Señor Miller no escucharán.

—¡Ésta confundido, no sabe si eres real o no! ¡Ah! —añadio Flip, esta vez sujetándose con más fuerte del cuerpo del animal—. ¡Ésta confundido, debes de hacer algo, Eustace... pronto. De otra forma podemos morir!

En ese instante el Slogant se movía continuamente por el interior de la pequeña cabaña, desde un ángulo de afuera era imposible creer que una serpiente gigante abundará por ahí. El animal seguía llevando a los dos mediante el transcurso de su cotidiano movimiento.

—¡Eustace, toma mi bastón, te ayudará! —se oyó un chasquido producido por la boca de el Señor Miller—, logra abrirlo y busca la solución de resolver la situación presente, eres un viajero. Puedes hacerlo, ¡ha...z..lo....!

Eu no sabía de que solución debería de buscar en medio de ese lugar y con tan solo un simple bastón, pero sólo sabía que debería de iniciar en ese preciso instante. Pensaba continuamente de que solo se trataba de un bastón de madera cómo cualquier otro que nuncá antes había visto, pero que en su mente un recuerdo de bastones similares al que traía en su mano que ya conocía.

Eu pensó: —¿Qué debo hacer? El ser viajero no es nada fácil. Mientras que es algo nuevo en una vida como la mía. ¡Sensacional! es la palabra correcta para describir todas mis emociones, los pensamientos nuevos que llegan sin descartar también a los viejos dejan demasiado de que pensar.

Sujetó el bastón con sus dos manos, mientras que un recuerdo desconocido le llegaba a su cabeza de como poder accionar lo que llevaba en sus manos. 

«Deja caer y sujeta cuando reprima contra tu base de fundamentos. Deja caer pero logra capturar al instante y solamente deja fluir el artefacto para que encajé a la máxima perfección posible». 

Era algo posible de hacer si se trataba de hechos ya realizados en otros lugares, solamente los pensamientos eran la forma de almacenamientos para los cerebros de los presentes, mejor dicho, del presente, una forma un poco más fundamental para el mejor desarrollo de futuras vidas. Eu dejó caer el bastón, éste iba cayendo en forma acostada, el suelo dio contra el y ambos se encontraron, la madera dio un chasquido irregular que altero al Slogant, luego del mismo bastón lago desprendió ocasionando que aquella cosa desprendida del mismo se alzara rápidamente (dejando los restos del bastón allí abajo, mientras que la parte ejercida era de fierro clisado de color dorado con dos extremidades muy diferentes), cuando Eu tenía dicho fierro en su mano izquierda —él ya se había dado cuenta de que se trataba de una lanza. Una lanza sumamente diferente a las que él ya conocía—, miró al frente mientras esperaba el momento indicado y la regulación del segundo pensamiento implantado en su cerebro, este segundo pensamiento era diferente al otro. 

EL CÍRCULO DE LA AMISTAD © //TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora