~~Adrien~~
Afuera todos corrían y el bullicio era enorme, más que en el anterior recreo. Para mi mala suerte, un extraño evento se estaba realizando en el baño de chicas del primer patio, y todas estaban amontonodas en la entrada y el pasillo, impidiéndonos el paso y matando a mi cerebro con sus gritos. Retrocedí inconscientemente y tal vez con cara de enfermo, porque mis amigos me miraron angustiados. Para ser sincero, creí que me desmayaría en cualquier momento.
Lo sé, soy patético.
Me senté en un pequeño banco al final del pasillo, pasmado y algo atontado, de hecho, caí de poto sobre el asiento después de chocar con él. Miraba al vacío y podría haber continuado así por horas, de no ser porque alguien se acercó a mí y me sacó de mi ensimismamiento.
— ¿Te encuentras bien? –me preguntó Is, sentándose a mi lado. Se veía preocupado.
Lo miré un poco confundido, sin entender por qué me preguntaba eso, hasta que caí en la cuenta de que estaba un poco consternado.
— Ah...sí, sí...bueno, un poco no tanto. El ruido y las multitudes me molestan...no me agradan, ¿te lo había dicho? –le pregunté un poco histérico.
Él me miraba fijamente, con sus grandes ojos miel. Su expresión se enterneció y se acercó un poco más a mí, posando su mano izquierda sobre mi hombro. Su toque era tranquilizador, y me dedicó una nueva sonrisa.
— Ahora está todo bien, tranquilo –me dijo. Su cabello estaba levemente despeinado por el viento.
Asentí en silencio, sintiéndome un poco mejor y apartando la mirada de ese montón de chicas. ¿Por qué tenían que ser tan escandalosas?, ¿qué genial acontecimiento se podría estar desarrollando en un baño? ¡¿En un baño?!
Me llevé la mano al rostro, suspirando. Realmente la mente humana, especialmente la femenina, era difícil de entender. Y yo, con todas mis pifias(errores), no podía soportar muchas cosas tan estúpidamente normales como una pequeña muchedumbre de feromonas alborotadas. Bueno, tampoco es algo fácil de tragar, pero soy el único que se desmayaría con solo verlo. ¡Solo verlo!
Tal vez por eso no tengo novia.
— Soy un desastre –comenté sintiendo lástima de mí mismo y escondiendo mi cara entre mis manos.
— Sip, lo eres –confirmó Leo, que se había acercado a nosotros, y a quién NO le pedí su opinión.
Le lancé una mirada asesina.
— No me mires así por decir la verdad –replicó alzando sus manos a modo de rendición. — Pero estás muy pitiado(dañado) hermano, ¿seguro no te caíste de la cama cuando chico?, ¿o ingeriste algún veneno o algo así? Porque tu cuerpo no es normal. Hay algo mal contigo bro, ¿no te faltara algún tornillo?
— No estoy loco Leo, y no me ha pasado ninguna de esas cosas, ¿sí? Simplemente soy así, no hay remedio. Aunque tal vez sí me caí de la cama cuando guagua. ¡Pero eso no tiene nada que ver! –le expliqué molesto, sintiendo como la sangre retornaba a mi cuerpo.
Me sentía mucho mejor ahora.
— De acuerdo, de acuerdo, no me mates –replicó mi amigo riéndose por lo bajo y sentándose a mi otro lado. Luego pasó su brazo sobre mis hombros.
Lisa, que se había quedado atrás, se acercó a nosotros mientras tomaba su cabello en una coleta de lado. A sus espaldas podía distinguir un montón de chicas alejándose por el pasillo.
Así que lo que sea que estaba pasando en el baño ya había terminado.
Suspiré aliviado y apoyé mi cabeza en el hombro de Leo. Éste me dio unas palmaditas.
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¡Date prisa y enamórate de mí! [PAUSADA]
RomanceAdrien es un chico común y corriente, amante del básquetbol y las mermeladas. Jamás se ha enamorado, y no es que tenga algo en contra del amor, simplemente no le ha llegado. Pero pronto reaparecerá en su vida un adorable chico dispuesto a ganarse su...