~~Adrien~~
Bien, no hay por qué estar tan nervioso. Para nada. Esto es muy normal. Solo será un trabajo, como con cualquier otro compañero de clases. Aunque ese cualquiera sea Isa.
—¿Estás seguro de que quieres hacerlo hoy? –le pregunté nervioso, golpeando rítmicamente la banca con mis dedos.
Isa se giró a mirarme.
—Sí, estoy seguro. ¿Por qué estás tan nervioso? –me preguntó divertido.
Química. Piensa en química, nada más. Además, estaremos en mi casa, con marci y Pascal. Y Zeus, no puedo olvidarme de él.
—Por nada –le respondí, intentando sonreír, pero sin conseguirlo.
—Sabes que no tienes por qué estar tan nervioso. Yo no muerdo –me dijo acercándose demasiado a mí. Podía apreciar sus pequeñísimas y casi imperceptibles pecas sobre la nariz.
—¡Ya lo sé! –exclamé alterado–. Pero eres un maldito gremlin pervertido, no puedo fiarme tan fácilmente. No bajaré mi guardia –sentencié mirándolo a los ojos. Él estaba frunciendo el ceño, con sus mejillas infladas.
—No soy un gremlin -declaró en tono de reproche–. Y no te haré nada que tú no quieras –levantó una de sus cejas y me sonrió con sugerencia.
Inconscientemente tragué saliva.
—B-bien... –aclaré mi garganta–. Pues claro que no, si lo haces, te tiro a Zeus.
Isa levantó sus cejas, sorprendido. Luego comenzó a reírse.
—¿Quién? –preguntó divertido.
—Zeus, mi perro –en cuanto dije eso, Isa dejó de reírse y se quedó quieto, serio.
¿Era mi imaginación, o Isa estaba temblando un poco?
—Espera... ¡No me digas que te dan miedo los perros! –comencé a reírme, provocando que frunciera el ceño–. ¿Es en serio? ¡Pero si no hacen nada!
—¡¿Estás bromeando?! Esos animales son todo menos confiables. ¡Muerden y pueden matar a una persona! –exclamó alterado, alborotando sus rizos rojos.
—Tranquilo, Zeus no te hará daño, está bien entrenado y es muy amistoso –le sonreí y lo tomé por los hombros para tranquilizarlo–. Y siempre está en el patio trasero, no dejaré que se te acerque si no quieres, descuida.
En realidad, es mentira lo que le dije. Zeus transita libremente por toda la casa, pero le gusta estar en el patio trasero, porque tiene su casa y sus juguetes allí, así que simplemente lo dejaré ahí mientras esté Isa.
Él asintió despacio y se abrazo a mi cuerpo, a lo que yo correspondí rodeándolo con mis brazos. Este gremlin nunca pierde una oportunidad. Jamás. Me pregunto que haría si estuviésemos solos en mi casa. Nada sexual, ¿no?
No quería admitirlo, pero tal vez me está gustando Isa. Bueno, si acepté salir con él, es obvio, pero creo que puede ser algo un poco más serio. Sólo un poquito. Tal vez.
Tal vez me estoy enamorando.
El sonido de mi celular me sobresaltó, provocando que Isa también lo hiciera, pero volvió a pegarse contra mi cuerpo, haciendo que mi corazón latiera rápido y me costara más contestar la llamada.
—¿Bonjour?
—Hola mamá, ¿qué pasa?
—Adrien, cariño, marci tiene dentista a las tres, así que pasaré a retirarla más temprano, y tu hermano tiene que ir a revisar unas cosas a la universidad, con Carolina, por lo que la casa quedará sola. ¿Puedes hacerte cargo tú sólo de tu invitado? Los bocadillos están en el refrigerador, y Pascal arregló el problema de la impresora. No pierdan el tiempo y hagan el trabajo.
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¡Date prisa y enamórate de mí! [PAUSADA]
RomansaAdrien es un chico común y corriente, amante del básquetbol y las mermeladas. Jamás se ha enamorado, y no es que tenga algo en contra del amor, simplemente no le ha llegado. Pero pronto reaparecerá en su vida un adorable chico dispuesto a ganarse su...