Capítulo 2

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Artemisa.

Tengo frío.

Froto mis brazos con disimulo sabiendo muy bien que si me ven haciendo esto me ganaré una reprimenda, trato de que mis labios no tiemblen debido al frío que siento en estos momentos, sonrió cuando ambos voltean a verme.

Viggo: En la cena estarán unos socios, debes comportarte— asiento con mi cabeza conteniendo el impulso de rodar los ojos, lo veo acercarse a mí y acomodar un mechón de mis rubios cabellos— no quiero tener que castigarte y tú tampoco quieres eso, ¿Verdad?— no evitó la mueca que se forma en mis labios al escuchar su susurro mientras aún sostiene mi mechón de cabello entre sus dedos, lo veo ladear la cabeza y arquear una de sus cejas en mi dirección con reproche— vamos, regálame esa hermosa sonrisa posees— aprieto mis puños y desvío la mirada de la suya— sonríe para la cámara, Artemisa.

Cierro mis ojos por breves segundos antes de volver a abrirlos con una sonrisa decorando mi rostro, los tres posamos ante las cámaras como una de las familias más influyentes de toda Suecia, como la familia perfecta que todos creen que somos, los flashes me ciegan por breves momentos pero nunca dejó de sonreír, miro a mi padrastro pidiéndole con la mirada que ya acabemos con esto pero como siempre pasa, quien termina interviniendo y sacándonos del foco de las cámaras es Greta quien no duda en tomar mi mano y atraerme a su cuerpo para alejarme de Viggo.

Greta: Iremos a sentarnos— Viggo asiente mientras se encamina para hablar con unos socios, ambas caminamos rumbo a una mesa donde yacen sentados algunos señores enfrascados en una charla sobre negocios— toma asiento y no hagas nada estúpido, no quieres que papá se enoje.

Él no es mi papá.

Artemisa: Lo que quiero es regresar a casa.

Esa no es mi casa.

Greta: Pronto lo haremos, solo tenemos que obtener algunas nuevas adquisiciones en esta subasta y volveremos.

Asiento con mi cabeza y me acomodo en una de las sillas vacías en la mesa luego de saludar a las personas sentadas en la misma, los minutos pasan y el aburrimiento solo incrementa, Viggo llega luego de unos minutos y toma asiento a mi lado dejándome en medio de él y Greta, mi cuerpo se tensa cuando siento su mano en mi muslo desnudo, carraspeó incómoda antes de levantarme de la silla de forma rápida.

Artemisa: Tengo que ir al baño— no dejo que nadie diga nada, salgo a paso rápido sin tener la más mínima idea de donde mierdas están los baños, aprieto mis puños a mis costados intentando contener el temblor en mis manos— mierda— caigo de bruces contra el suelo cuando choco contra alguien, siento mis mejillas calientes y rojas en demencia cuando mis bragas quedan a la vista debido al corto vestido rosa que Greta eligió para mí, levantó la mirada cuando una mano se extiende en mi dirección— no es necesario— murmuró avergonzada pero sin importarle mi respuesta y manteniendo una expresión impasible e inexpresiva su mano toma mi brazo levantando mi cuerpo como si de una muñeca de trapo se tratase— yo... yo siento haber chocado con usted, iba distraída y no lo vi— juego con mis manos nerviosamente— gracias por ayudarme a levantarme.

Iba a seguir hablando, su silencio me perturba, su grisácea mirada puesta en mi persona promete desvelar todos y cada uno de mis pecados y mis más oscuros secretos, levantó la mirada cuando su tacto abandona mi brazo tras dejar una suave caricia en el que parece haber sido producto de mi mente, levantó mi cabeza impactándome por su imponente y descomunal altura, aún con los tacones no le llegó ni siquiera al pecho.

Mierda.

Hombre: Respira— su voz suena tan malditamente ronca y dominante que no puedo evitar la forma tan poco disimulada en que mi piel se eriza— ¿Estás bien?— asiento con mi cabeza evitando abrir mi boca a sabiendas de que terminaré diciendo alguna tontería— ten más cuidado, podrías haberte lastimado.

Dice serio y sin dejarme responder se aleja dejándome sola en medio del pasillo, sacudo mi cabeza y viendo como su ancha espalda se pierde por la inmensidad del pasillo termino caminando sin rumbo alguno hasta toparme con el baño, ingreso al mismo y me miro al espejo viendo que mis mejillas aún siguen de un intenso color rojo.

Artemisa: Me duele el culo.

Me quejo mirando fijamente mi reflejo cuando siento los estragos de la caída que me provocó esa jirafa mutada y con músculos, hago una mueca de dolor frente al espejo y luego de suspirar me encargo de mojar mis mejillas intentando que el furioso sonrojo que cubre gran parte de mi cara disminuya, tomo un poco de papel y seco mi rostro notando que el sonrojo aún persiste, siendo consciente de que si tardo más en el baño no será del agrado de mi padrastro salgo del mismo tratando de ignorar las miradas que se posan sobre mi, camino hasta la mesa ganándome una mirada que logra hacerme estremecer de parte de Viggo, Greta arquea una ceja en mi dirección y ambos con el cuerpo tenso no hacen más que sonreír y hablar con los señores en la mesa, trago grueso cuando siento una pesada mirada puesta en mi persona.

Greta: ¿Por qué estás sonrojada?

Pregunta tensa.

Artemisa: No me siento bien, creo que tengo fiebre.

Asiente lentamente con su cabeza algo dudosa de mis palabras, guarda silencio y enfoca su atención en la conversación que parece no tener fin, volteo ligeramente mi cabeza aun sintiendo esa intensa mirada puesta en mi persona, en una de las partes más oscuras de la instancia me topo con ese misterioso hombre, sus profundos e indescriptibles ojos grises puestos en mí, su rostro totalmente serio mientras sus manos se encuentran dentro de los bolsillos de su pantalón de vestir, trago grueso cuando lo veo relamer sus labios mientras parece detallar cada una de mis facciones y movimientos corporales. Un hombre que por la vestimenta asumo que es alguien de la seguridad llega hasta su lado, mantienen una breve conversación pero él no deja de mirarme, el seguridad asiente con su cabeza y se retira del lugar dejándolo solo, mi piel se eriza cuando sus labios se curvan en una sonrisa ladeada y oscura, fórmula algo con los mismos que no logro entender y luego se aleja a paso lento y demandante captando la atención de todos, causando que todos se aparten con temor para permitirle el paso.

¿Quién es el?

¿Quién es el?

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Alas De Seducción [+21]Where stories live. Discover now