Alas De Seducción [+21]

Capítulo 4

Artemisa.

Uno, dos, tres.

Cierro mis ojos fuertemente mientras inhalo profundamente, clavo mis uñas en la palma de mis manos disfrutando de la pequeña punzada de dolor que distrae y aleja mi mente de los pensamientos que quieren abarcarme, suelto un suspiro y abro lentamente mis ojos notando que se encuentran rojos y dilatados, el sonido de una notificación llegando a mi teléfono me saca de mis pensamientos.

Artemisa: Ahora no.

Murmuró ignorando lo que sea que haya llegado a mi teléfono, cuando logro que mi apariencia no se vea tan demacrada salgo del baño cubriendo mi rostro con mi cabello, caminó hasta la oficina de mi maestro de arte sabiendo que ya la clase termino y que si espero un poco más terminaré enloqueciendo, toco la puerta suavemente esperando indicaciones para entrar, cuando la voz del maestro se hace presente permitiéndome el paso a su oficina no dudó a la hora de entrar, cierro la puerta volteando a verlo y encontrándome con él mirándome con una sonrisa paternal en sus labios.

Maestro: Seré breve, sé que estás ansiosa y debes tener cosas que hacer.

Asiento con mi cabeza estando de acuerdo con sus palabras.

Artemisa: Se lo agradecería bastante.

Inclina su cabeza hacia un costado señalándome con sus ojos la silla enfrente de su escritorio, tomó asiento en ella tratando de que mis brazos no se rocen con el material de la silla, le regaló una pequeña sonrisa para que su atención se desvíe de mis acciones.

Maestro: Seré directo— cruza sus manos sobre su escritorio y ajusta las gafas en sus ojos— hace unos meses me encuentro evaluando de forma silenciosa y rigurosa la actitud de mis alumnos, me he centrado especialmente en sus comportamientos y compromiso con la materia— asiento con mi cabeza intentando captar el trasfondo de todo esto— el arte no solo es una de las salidas más fáciles o una nefasta carrera como muchos creen, es más que eso; el arte es el poder de expresión de todo ser humano y eso no muchas personas lo entienden— saca unos papeles de una gaveta en su escritorio y los pone sobre la mesa— hace unos meses me llegó una bacante para una beca en una reconocida e importante universidad en Rusia, es muy limitado el acceso a la misma y por eso solo proporcionaron una beca en la rama del arte— mi corazón se acelera al entender lo que quiere decir— por eso los evalué y llegue a la conclusión de que no hay nadie mejor que tú para esta oportunidad, sé que tu familia puede costearlo pero la oportunidad que se te brinda va más allá de eso, solo tienes que aceptar.

Miro los documentos que extiende en mi dirección y luego lo miro a él, la idea de aceptar y dejar todo atrás es atrayente pero la realidad llega a mi como un balde de agua fría; si huyera de aquí no demorarían en encontrarme y las consecuencias no serían nada lindas para mi.

Artemisa: No puedo aceptarlo.

Mi pecho se oprime al ver la única oportunidad para ser libre al fin desvaneciéndose entre mis dedos de forma lenta y tortuosa.

Maestro: Piénsalo, eres mi mejor alumna y te mereces esto y más.

Insiste, tomó los documentos entre mis manos sin saber qué hacer.

Artemisa: Yo... lo pensaré.

Me despido antes de salir por la puerta a paso lento, en mi mente se forma una lista de los pros y contras que tendrían todas y cada una de las decisiones que tome a continuación, salgo de la universidad siendo consciente de que perdí las mayorías de mis clases del día de hoy, sujeto fuerte el bolso en mis manos cuando veo una camioneta esperando por mí a las afueras de la universidad, sin mirar a nadie camino hacia la misma, el chofer asignado de mis transporte durante los días de clases se encarga de abrir mi puerta y sin decir algo más que su típico saludo emprende camino hacia la academia de Lady Bergman.

Los minutos pasan de forma rápida y en menos de lo esperado me encuentro parada frente a la glamorosa fachada de una de las academias de baile más prestigiosas de toda Suecia, ingresó al lugar encontrándome con Lady Bergman despidiéndose de unas chicas, cuando escucha la puerta siendo abierta voltea en mi dirección con una sonrisa en sus labios, se acerca a mí y toma mis manos arrastrándome hasta el centro del inmenso salón lleno de espejos.

Lady Bergman: Te estaba esperando, ve a cambiarte para que iniciemos.

Asiento con mi cabeza, camino hacia los vestidores que tiene el lugar y me cambio de ropa por una deportiva y cómoda que traje en mi bolso, termino enfundada en unos leggins negros y un suéter del mismo color, hago una mueca cuando diviso los moretones en mi brazo y en mi vientre antes de ser cubridos por el suéter, me quito los zapatos y me quedo en medias antes de salir de los vestidores y llegar hasta donde Lady Bergman quien me espera en medio del salón.

Estando acostumbrada empiezo a calentar bajo su supervisión, suelto un suspiro antes de hacer un perfecto split mientras estiro mis brazos, pegó mi tórax al suelo levantando mi mirada y viendo por el espejo como Lady Bergman sonríe orgullosa, levantó mi tórax del suelo y tocó las puntas de mis pies, luego de unos minutos me levantó del suelo, alzó una de mis piernas por encima de mi cabeza mientras me elevo en las puntas de mis dedos sin ningún tipo de protección, me quedo así por breves minutos sin perder el equilibrio y sintiendo la pesada mirada de Lady Bergman sobre mi y cada mínimo fallo que pueda cometer.

Lady Bergman: Espléndida como siempre— sonríe interrumpiendo mi calentamiento— el día de hoy quiero que mezclemos la danza contemporánea con un aura más sensual y llamativa. Tu propósito hoy es deleitarme con movimientos fuertes pero sensuales, sin perder la elegancia.

Asiento levemente antes de decir.

Artemisa: El arte de la seducción es un tema delicado, Lady Bergman— sonrió ladina antes de mirarla directamente a los ojos— póngase cómoda.

En momentos como estos fusionó dos de mis pasiones:

El arte y la seducción.

Nota de la autora:

Soy fiel creyente de que la paciencia es la clave del éxito, estoy cuidando cada mínimo detalle para en su momento hacer que estallen, cada detalle por mínimo que parezca podría ser el precursor de una bomba a futuro.

Yo solo digo; presten atención.

Voten y comenten para más, espermatozoides ganadores.