El mandato ha sido dado y el juego ha comenzado. Bienvenido al infierno, pecador.
Artemisa.
Termino de corregir los pequeños errores que tiene mi dibujo y cuando diviso mis manos no hago más que tragar grueso al ver lo sucias que están, mis dedos están de un color negro por el carbón del lápiz utilizado para mi dibujo.
Esto no es bueno.
Ignoro mis pensamientos sabiendo que no puedo llegar a casa en este estado, suelto un suspiro y levantó mi cabeza dándome cuenta de que el salón está vacío salvo por el maestro quien se encuentra viéndome con una pequeña sonrisa en sus labios, me levanto de forma rápida de mi asiento y trato de recoger mis cosas, escucho sus pasos acercarse a mi posición y cuando menos me lo espero veo su mano tomando mi cuaderno de dibujo.
Maestro: Soy un fiel creyente de que el arte es un grito de ayuda— sus ojos se mueven con precisión por cada uno de los trazos del dibujo— deberías...
Lo interrumpo antes de que concluya su frase.
Artemisa: Solo es un dibujo, nada más— suelto rápidamente, le regaló una sonrisa antes de extender mi mano para que me entregue mi cuaderno y así poder irme de aquí— me distraje haciéndolo y no me di cuenta cuando la clase acabó, lo siento mucho.
Asiente lentamente con su cabeza mientras me extiende mi cuaderno nuevamente, me regala una sonrisa tierna haciendo notar las arrugas de su rostro.
Maestro: Entiendo.
No, nadie lo hace.
Cierro mi mochila luego de guardar mi cuaderno, miro la hora en mi reloj haciendo una pequeña mueca de frustración, el maestro va a decir algo más cuando la puerta del salón se abre abruptamente por un torbellino castaño de ojos verdes.
Jasper: ¡Casi me vuelvo planta esperándote, mujer!— me mira con reproche antes de levantar las llaves de su auto y moverlas frente a su rostro— te llevaré a casa así que mueve tu enorme trasero fuera del salón antes de que me arrepienta— mueve una de sus manos al mismo tiempo que siento mi rostro enrojecer al ver la cara del maestro al escuchar sus palabras— oh, no lo había visto, maestro.
Mentiroso descarado.
Artemisa: Tengo que irme, pase feliz noche— salgo rápidamente del salón llevándome a mi mejor amigo conmigo antes de que su boca siga soltando improperios delante del maestro— me la debes maldito.
Lo señaló con mi dedo cuando ya estamos fuera de la universidad, me mira con una sonrisa triunfadora antes de caminar hacia su auto como toda una diva.
Jasper: Me amas y no podrías vivir sin mi, no tienes que decirlo— subimos a su auto y emprendemos camino hacia mi casa con la música cubriendo el silencio cómodo que se forma, miro por la ventana viendo cómo los carros pasan de forma rápida por nuestro lado, divisó la luna brillando intensamente en el inmenso cielo, cierro mis ojos fuertemente y suelto un suspiro pesado— sabes que si quieres puedes quedarte en mi casa, no tengo problemas con eso... te pondría a hacerme uno de esos ricos postres que sabes hacer— me mira y sé lo que saldrá de su boca antes de que lo suelte siquiera— eres mi esclava personal después de todo.
Suelto una pequeña risa golpeando su hombro, lo miro con burla antes de sacarle la lengua.
Artemisa: Soy tu mejor amiga y la única que soporta tu raro sentido del humor—chasquea la lengua antes de estacionarse frente a la mansión de la familia Andersson, me mira esperando a que le diga que sigamos de largo pero yo solo le regaló una pequeña sonrisa antes de abrazarlo y revolver sus castaños cabellos, salgo del auto lanzándole un beso intentando tranquilizar la preocupación que veo en sus ojos— nos vemos en la universidad.
Llegó hasta los portones de la mansión saludando a los guardias que se encuentran custodiando la propiedad, les regalo una sonrisa tratando de que no noten el temblor de mis manos, sus miradas de lastima me indica que ellos también saben lo que me espera, camino a paso lento cuando las enormes puertas son abiertas para mi, bajo la cabeza mirando mis zapatos, llego hasta la puerta y la abro con la esperanza de que ellos no estén en casa y no se den cuenta de mi falta, mi cuerpo tiembla completamente cuando lo que me recibe al entrar es la presencia de ellos sentados en uno de los sofás mientras hablan animadamente.
Viggo: Hasta que por fin llegas— trago grueso llevando mis manos detrás de mi espalda para que no vean los residuos del carbón en ellas, mi padrastro se levanta del sofá caminando hasta donde estoy a paso lento— ¿Dónde estabas?— acaricia mi mejilla lentamente, clavo mis uñas en las palmas de mis manos mientras muerdo mi lengua conteniendo lo que quiere salir de mi boca— llegas tarde, Artemisa.
Aprieta una de mis mejillas fuertemente, abro los ojos viendo como los suyos divisan la zona que debe encontrarse enrojecida debido a su brusco tacto.
Artemisa: La clase se extendió, lo siento.
Asiente con su cabeza, se inclina y besa mi mejilla lastimada por sus dedos.
Viggo: Sube a tu cuarto y ponte aún más hermosa, saldremos.
Asiento alejándome rápidamente de su tacto, intento subir las escaleras pero las palabras de la mujer sentada en el sofá detienen mis pasos, volteo en su dirección topándome con su enorme sonrisa.
Greta: ¿No saludaras a tu hermana?— suelto un pequeño suspiro y me acerco a ella quien no duda a la hora de levantarse del sofá, me da dos besos en las mejillas antes de acariciar mi cabello con delicadeza— en tu cama deje la ropa que quiero que te pongas esta noche— me mira a los ojos antes de volver a sentarse— quedarás perfecta.
Hago acopio de toda mi fuerza de voluntad para retener la mueca de disgusto que quiere cubrir mi rostro, asiento con una fingida sonrisa antes de decir.
Artemisa: Gracias.
Subo las escaleras rápidamente, llego hasta mi habitación y hago una mueca de desagrado cuando veo un vestido rosa junto a unos tacones que prometen romper mi cuello y demoler mis pequeños pies, limpio mis mejillas sin importarme qué las mismas se tiñan de negro debido al carbón en mis manos.
Solo quiero limpiarlas.
Nota de la autora:
Les cuento que Jasper soy yo versión hombre, claro que sí.
Algunas me comentaron que no les aparecen las letras en el capítulo anterior (que no es un capítulo en sí), es de suma importancia que lean y respondan a la pregunta que se realizó allí, así que chequen volviendo atrás y deslizando hacia abajo :)
Voten y comenten para más, espermatozoides ganadores.
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Alas De Seducción [+21]
Romance"No caigas bajo las alas de seducción de los ángeles de la muerte", se murmuraba por las frías calles de un pequeño pueblo en Rusia. "No te acerques a los ángeles de la muerte, no si quieres seguir respirando", susurros, tras susurros, todos llenos...