Artemisa.
Bajo de la limusina anhelando el momento en que los tacones abandonen mis pies, entró a la mansión rogando porque me dejen tranquila aunque sea por esta noche, mi huida se ve interrumpida cuando la voz de Greta se escucha por toda la sala.
Greta: Mande a que te prepararán la tina antes de que llegáramos.
Asiento con mis cabeza y sin abrir la boca subo las escaleras, cuando llegó al pie de las mismas no pierdo tiempo al quitarme los tacones soltado un pequeño jadeo de satisfacción al sentir que por fin mis pies son libres, caminó descalza por el frío piso hasta llegar a mi habitación, abro la puerta y cerrando la misma me deshago de mi vestido, caminó hasta el baño completamente desnuda topándome con la tina llena de agua repleta de rosas, desde que era una niña todas las noches antes de dormir mi madre me preparaba una tina con rosas para que la fragancia de las mismas se impregnaran en mi piel con el paso de los años, fue un hábito que se apegó a mi rutina con el pasar del tiempo y, lamentablemente, fue una de las cosas que se me impuso hacer luego de su muerte.
No pienses en eso.
Me quito las bragas y sumerjo mi cuerpo en la tina con delicadeza, suelto un suspiro cuando el agua tibia hace contacto mi tenso cuerpo, recuesto mi cabeza en el respaldo de la tina cerrando los ojos mientras relajo mi cuerpo, alzó mis brazos sintiendo las flores hacer contacto con mi piel, disipó todos y cada uno de los pensamientos que quieren atormentarme dejando mi mente completamente en blanco, lentamente deslizo mi cuerpo hasta que quedó totalmente sumergida en el fondo de la tina, me quedo quieta durante largos minutos, un ligero zumbido azota mis oídos, mi cuerpo y alma se tranquiliza aún más cuando no escucho ni veo nada, mis pulmones empiezan a picar debido a la falta de oxígeno pero yo quiero más.
Solo un poco más.
Me obligo a mi misma a quedarme más tiempo bajo el agua sintiendo como la misma se mete por mi boca al buscar algo de oxígeno de forma desesperada, abrazó la idea de quedarme por más tiempo pero no lo soporto más y terminó saliendo a la superficie, toso desesperadamente en busca de tranquilizar mi errática respiración, suelto una pequeña risa sin siquiera importarme el hecho de que si me hubiese quedado un minuto más quizá hubiese muerto.
Hubiera sido lo mejor.
Greta: Pensé que te suicidarías.
Volteo en su dirección viéndola cruzada de brazos en el marco de la puerta, arqueo una de mis cejas al ver cómo sostiene mi toalla entre sus manos con una sonrisa en sus labios.
Artemisa: Y yo pensé que me darían mi espacio.
Me salgo de la tina sin importarme mostrarle mi cuerpo desnudo, ella me extiende la toalla antes de mirarme a los ojos.
Greta: Llevas una hora en el baño, ya es suficiente— cubro mi desnudez con la toalla y la miró haciéndole un gesto para que siga hablando a sabiendas de que no solo vino a interrumpir mi baño— tienes clase con Lady Bergman mañana en la tarde, no puedes faltar— acaricia uno de los mechones de mi cabello mojado, se inclina hasta mi altura y deja dos besos en mis mejillas— descansa.
Ambas sabemos que no lo haré.
[*🩸*]
Camino de forma lenta y distraída por los largos pasillos de la universidad, miro a todos pasar por mis lados y regalarme pequeñas miradas de completa curiosidad, mis labios en una fina línea mientras camino a paso lento y perezoso hasta llegar a mi salón y sentarme al fondo del mismo, veo como lentamente empieza a llenarse de personas, el ruido comienza a molestarme y terminó subiendo la capucha de mi abrigo hasta cubrir gran parte de mi rostro, me coloco mis auriculares y me dispongo a escuchar música queriendo huir del molestoso ruido de las personas.
Lovely de Billie Eilish y Khalid es lo que se apodera de mi mente y alma mientras veo como el maestro de arte ingresa al salón con su típica sonrisa, con la capucha aún puesta y sintiendo que la canción desvela toda mi puta vida terminó tomando de forma inconsciente mi lápiz y con la vista perdida en la pulcra hoja empiezo a trazar de forma descuidada y distraída, muevo el lápiz sin tener un patrón o una idea clara de lo que quiero hacer, termino haciendo círculos y líneas que forman una figura que solo yo logro comprender mientras las letras de la canción retumban y perturban mi alma, pestañeo rápidamente queriendo disipar las lágrimas de mis ojos pero una solitaria y traicionera gota termina cayendo sobre la figura plasmada en la hoja antes pulcra, sonrió amargamente cuando la canción concluye.
Maestro: ¿Andersson?— me sobresalto cuando siento su tacto sobre mi brazo, suelto un pequeño quejido y de forma inmediata el aparta su mano de mi— lo siento— me mira y desvía su vista a mi cuaderno pero lo cierro rápidamente, me quito los auriculares e inclino mi cabeza no queriendo que pregunte nada que no quiera responder— quería saber si podrías ir a mi oficina después de clases.
Mi cuerpo se tensa al escuchar sus palabras pero terminó asintiendo de forma dudosa.
Artemisa: ¿Pasó algo?
Niega con su cabeza antes de sonreír en un vago intento por tranquilizar mis nervios.
Maestro: Nada malo al menos.
Vuelve al frente de toda la clase y prosigue con lo que sea que estaba explicando mientras yo estaba perdida en mi mundo, miro un punto fijo a la distancia armando mil escenario en mi cabeza donde terminó siendo expulsada de la universidad, si eso pasa no quiero ni imaginar lo que me espera, sacudo ligeramente mi cabeza pero las ansias y la preocupación no cesan, a pesar de que haya dicho que no era nada malo mi cerebro me traiciona causando que mi ansiedad incremente, mi pierna derecha comienza a moverse frenéticamente mientras mis uñas se clavan contra la palma de mis manos, pierdo total control sobre mi cuerpo y acciones y termino levantándome de mi asiento saliendo del salón de forma rápida.
No puedo tener un ataque aquí.
Nota de la autora:
Es importante aclarar que el aroma de las rosas no puede impregnarse en la piel de manera permanente.
#estoesficción.
Voten y comenten, espermatozoides ganadores.
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Alas De Seducción [+21]
Romance"No caigas bajo las alas de seducción de los ángeles de la muerte", se murmuraba por las frías calles de un pequeño pueblo en Rusia. "No te acerques a los ángeles de la muerte, no si quieres seguir respirando", susurros, tras susurros, todos llenos...