Artemisa.
Llevo una de mis manos a mi pecho cuando escucho la voz de esa chica, mi mano por acto reflejo se empuña fuertemente alrededor de mi maleta, estampo mis ojos con los de ella encontrándome con que ya me estaba mirando, la detalló lentamente viendo que es una castaña de ojos mieles, levantó mi cabeza para fijarme en sus ojos debido a su alta estatura.
Chica: Tú debes ser mi nueva compañera de cuarto— se acerca a mí con una sonrisa amable perlando su rostro, se inclina y besa mis mejillas, me incomodó un poco debido a su cercanía pero trato de disimularlo— soy Ludmila y me encantaría ser tu amiga.
Okey... Aquí la gente es muy rara.
Artemisa: Yo...— me quedo en silencio sopesando sus palabras, nunca había tenido un amigo aparte de Jasper— creo que está bien— intentó sonreír— mi nombre es Artemisa.
Me presento tratando de que no se forme un silencio incómodo.
Ludmila: Eso ya lo sabía— mueve una de sus manos en el aire— te mostrare tu habitación para que descanses, mañana tenemos clases y debes estar agotada.
Asiento con mi cabeza dejándome guiar por ella, camina unos pocos pasos hasta que ingresamos a una habitación lo suficientemente grande para una sola persona, Ludmila se despide de mí alegando que tengo que descansar y sintiendo que un peso abandona mis hombros me dispongo a limpiar mi nueva habitación, cuando estoy ordenando mi ropa en el pequeño clóset noto que en el fondo de la maleta hay una bolsa, la saco y un jadeo escapa de mis labios cuando veo los fajos de billetes en ella.
Artemisa: No cambias, Jas.
Susurro para mi misma a sabiendas de que él dejó eso allí, me debato internamente entre aceptarlo o no pero terminó por hacerlo, después de todo sé que él no lo aceptara de vuelta y yo lo necesito, aunque pensándolo bien creo que tendré que buscar un trabajo de medio tiempo si quiero sobrevivir.
Espero haber tomado la decisión correcta.
[*🩸*]
Me miro al espejo no sabiendo si odiar o amar a Jasper en estos momentos, termino de acomodar mi coleta de caballo, detalló mi imagen en el pequeño espejo del baño empezando por mis pies cubiertos por unas botas negras con un poco de tacón, subo por mis piernas desnudas que llaman más la atención de lo que me gustaría, sigo el recorrido hasta encontrarme con una falda hasta medio muslo de color azul siendo acompañada por un body negro manga larga y cuello de tortuga, el contraste de la falda y el body hacen ver mi cintura aún más pequeña y mis caderas más anchas, las botas en mis pies me dan unos centímetros más de estatura, y aunque no sean muchos, los agradezco, la coleta que sujeta mi cabello acentúa mi rostro haciendo que sea una de las cosas que más resalte, termino de aplicarme el brillo labial para luego salir del pequeño baño, entro nuevamente a mi habitación y busco mi mochila, sostengo mi teléfono entre mis manos y salgo de la habitación topándome con Ludmila en medio del pasillo.
Artemisa: Buenos días.
Voltea en mi dirección y me regala una sonrisa antes de barrer mi cuerpo con su mirada.
Ludmila: Excelente forma de dar una buena primera impresión— sonríe aún más y termina por acercarse a mi, envuelve uno de sus brazos con unos de los míos y nos encamina hasta la puerta— te llevaré a tu ala, ¿Tienes hambre?— niego con mi cabeza, los nervios no dejan que mi estómago siquiera acepte la idea de ingerir alimentos— bueno, de igual forma iré por ti para que vayamos a la cafetería más tarde, ¿Qué clase tienes ahora?
Hago memoria intentando recordar mi nuevo horario.
Artemisa: Creo que me toca pintura.
Asiente y empezamos nuestro recorrido, caminamos por las inmensas instalaciones de la universidad, algunos estudiantes se nos quedan viendo y eso me incomoda un poco, sus miradas curiosas puestas en mi persona analizando cada paso que doy, sus cuchicheos poco disimulados sobre quién podría ser.
¿Quién es ella?
Mira cómo va vestida, parece zorra.
¿Ellos sabrán de ella?
Y un sinnúmero de mierdas más que por mi salud mental me dedico a ignorar.
Artemisa: ¿Qué estudias?
Le pregunto a Ludmila tratando de disipar un poco de la tensión en mi cuerpo, ella me regala una rápida mirada antes de responder.
Ludmila: Estudio Marketing Digital, mi ala no queda muy lejos de la tuya— asiento lentamente— aquí está tu salón, buena suerte.
Se va dejándome sola frente a la enorme puerta, trago grueso sintiendo mis manos sudar debido a los nervios, toco la puerta suavemente a sabiendas de que mi clase está por iniciar, espero pacientemente hasta que la puerta es abierta de forma abrupta, pestañeo varias veces cuando frente a mi se postra un señor con una enorme barba, hago una pequeña mueca cuando sus ojos impactan con los míos con desaprobación, ladea su calva cabeza y me mira de arriba abajo con un deje de superioridad que me molesta, siento miradas profundas puestas en mi y eso solo hace que mi vergüenza y enojo incrementen.
Profesor calvo: Llega tarde.
Suelta simple mientras se cruza de brazos.
Artemisa: Yo...
Me interrumpe antes de que pueda seguir hablando.
Profesor calvo: No quiero excusas, esto es una institución de alto nivel que no está para que niñas sin disciplina ni compromiso sean admitidas aquí, le dije a la directora que no era buena idea estar dando caridad y, ¿Qué cree? Tuve razón.
Al parecer Sonia tenía razón.
Artemisa: En realidad no llegué tarde, hace dos minutos que la clase empezó, minutos en los que me la he pasado aquí en la puerta escuchando sus reclamos porque al parecer encuentra más entretenido reclamarme sin motivos que impartir la clase.
No soy capaz de controlar mi viperina lengua, en el fondo no me arrepiento de nada de lo que le dije porque todo lo que salió de mi boca es la más cruda realidad.
Profesor calvo: ¡A la dirección!
Grita antes de cerrarme la puerta en la cara.
Artemisa: Maldito viejo pelón.
Refunfuño no sabiendo qué hacer ahora, volteo notando que tengo algunas miradas puestas en mi pero las ignoro, camino sin rumbo hasta llegar a lo que parece ser un jardín, pateo una piedra con molestia soltando un pequeño grito de frustración, escucho como algo cae a mis espaldas y cuando volteo solo me encuentro con una hoja volando en el aire, miró hacia los lados y dejándome guiar por la curiosidad me acerco a la hoja cuando la misma cae al suelo, la tomo entre mis manos percatándome de que es un recorte de un periódico, leo el encabezado sintiendo que es una jodida señal del destino, tal parece que las estrellas se están alineando a mi favor cuando divisó el anuncio de una vacante en un club nocturno, mi piel se eriza levemente al leer el nombre del mismo.
Infierno.
Nota de la autora:
¿Les está gustando la historia?
Dejen aquí sus teorías:
Vi sus comentarios en el capítulo anterior y déjenme decirles que si creen que Artemisa va de mal en peor aún no han visto nada. No quiero que esta historia sea vainilla, mucho menos linda y rosa, quiero que sea jodidamente turbia y oscura; tan atrayente que ustedes terminen deseando estar en el lugar de alguno de mis personajes.
Voten y comenten, espermatozoides ganadores.
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Alas De Seducción [+21]
Romance"No caigas bajo las alas de seducción de los ángeles de la muerte", se murmuraba por las frías calles de un pequeño pueblo en Rusia. "No te acerques a los ángeles de la muerte, no si quieres seguir respirando", susurros, tras susurros, todos llenos...