Alas De Seducción [+21]

Capítulo 9

Artemisa.

Miro por la ventana del auto blanco que me guía hacia mi nuevo destino. Hace unas horas toque suelo Ruso y no sabía cómo mierdas llegar a la universidad, por suerte para mi recibí un mensaje de un número desconocido donde se me explicaba que un transporte iría por mi al aeropuerto y me llevaría directamente a las instalaciones de la universidad, allí se describía cómo sería el vehículo y tenía una foto adjunta del chofer para evitar incidentes.

Salgo de mis pensamientos cuando siento como el auto se detiene, miro con el ceño fruncido hacia adelante topándome con un jodido castillo medieval.

Jodida mierda.

Chofer: Llegamos, señorita.

Trago grueso quedándome paralizada en mi lugar, la imponente universidad que más que una universidad parece un jodido castillo me deja estupefacta, salgo de mi estupor cuando mi puerta es abierta, pestañeo varias veces sintiendo como mis mejillas enrojecen al chocar con la mirada divertida del chofer quien sostiene la puerta del auto para que yo pueda salir.

Artemisa: Gracias.

Asiente con su cabeza y se dirige al baúl del auto para sacar mi maleta, me la entrega y luego de agradecerle nuevamente procede a decir.

Chofer: En la recepción la estará esperando la secretaría de la directora, ella la guiará hasta la oficina de la misma donde recibirá las indicaciones correspondientes— me explica con el rostro serio, señala con una de sus manos hacia la universidad— suerte.

Me despido del amable señor antes de ingresar con mi maleta en mano a mi nueva universidad, trago grueso mientras con cada paso que doy siento que estoy firmando mi sentencia, una vez dentro me quedo impresionada, por fuera, parece un monumento histórico, pero al entrar, me sorprende un mundo futurista lleno de tecnología avanzada y diseño innovador, camino siguiendo las señalizaciones hasta llegar a la recepción, una mujer castaña con los ojos marrones me recibe con una enorme sonrisa en su rostro, frunzo el ceño cuando se acerca hacia mi y me quita mi maleta.

Sonia: Ven, te guiaré a la oficina de la directora— empieza a caminar y yo la sigo un poco dudosa— disculpa mis modales, soy la secretaria de la directora, mi nombre es Sonia y tú eres Artemisa Andersson— asiento con mi cabeza un poco sorprendida por su efusividad— es aquí— señala una puerta de caoba maciza con un acabado pulido que resalta la profundidad del color marrón y la elegancia y sofisticación de la misma— estaré aquí para guiarte a tu nueva habitación.

Le regalo una sonrisa a la energética señora antes de tocar la puerta, esperó hasta escuchar el suave permiso siendo otorgado, abro la puerta ingresando a la oficina de la directora sintiendo como los nervios se apoderan de mí poco a poco.

Directora: Pasa, te estaba esperando— sus ojos chocan con los míos, me regala una pequeña sonrisa que hace que mi cuerpo pierda un poco de tensión— debes estar cansada— asiento un poco avergonzada, en todo el trayecto hasta acá no pude descansar y llevo una semana sin dormir más de media hora, las ojeras bajo mis ojos son la prueba de mi cansancio— seré breve, toma asiento— hago lo que me pide— supongo que ya conociste a Sonia— asiento con mi cabeza dándole la razón— bueno, ella se encargará de darte un rápido recorrido por las instalaciones de la universidad y te llevará hasta tu habitación luego de que te familiarice con las instalaciones.

Comprendiendo sus palabras me animó a preguntarle.

Artemisa: ¿Cuándo podría iniciar con las clases?

Es un tema que no tengo del todo claro, ya que se supone que iba a empezar el lunes de la semana pasada pero debido a todo lo ocurrido no pude.

Directora: Iniciarás con tus clases mañana, sé que estás cansada pero no podemos perder más tiempo— el hecho de que diga eso me reconforta de una rara manera, tener la mente ocupada me ayudará a no pensar— Sonia te mostrará sólo el ala de artes, las demás las irás conociendo con el paso de los días, tienes que hablar con ella sobre tu horario y lo más importante; las reglas y requisitos que deberás cumplir al pie de la letra— guarda silencio y levantándose de su asiento me extiende su mano— descansa, mañana será tu primer día.

Me despido de la directora estrechando nuestras manos y salgo encontrándome con Sonia y mi maleta, se levanta de su asiento y empieza a mostrarme las instalaciones y explicarme de forma rápida algunas cosas, me muestra la cafetería, los baños de mujeres y se encamina conmigo hacia el ala de artes donde me explica algunas cosas sobre los días que me tocarán con cada asignatura y luego me entrega mi nuevo horario con una sonrisa en sus labios.

Sonia: Acá entre nos— hace que me incline un poco hasta su altura, porque a pesar de yo ser una persona de estatura baja ella lo es aún más— el maestro de pintura es un amargado, ¿Lo peor? También te toca dibujo con él.

Suelto una pequeña risa sin poder evitarlo.

Artemisa: Dudo que sea tan malo.

Nos detenemos frente a una puerta.

Sonia: Hemos terminado con el recorrido—  me entrega mi maleta— este es el ala de los dormitorios, la cantidad de estudiantes que se alojan aquí es mínima pero igual tendrás que compartir habitación por un pequeño problema técnico en una de las habitaciones vacías— hace una mueca con sus labios— descansa y...— mira hacia los lados antes de susurrar— ten cuidado, ellos lo ven todo, procura no despertar su ira y tu estadía aquí será amena.

Frunzo el ceño y la detengo antes de que se vaya.

Artemisa: ¿De qué hablas?

Pregunto confundida por sus palabras.

Sonia: Pronto lo entenderás, todos lo hacen tarde o temprano.

Se va dejándome sola en medio del pasillo, un escalofrío recorre mi cuerpo y sintiéndome observada me dirijo de forma rápida a la habitación que Sonia me indicó anteriormente, ingreso la llave que me dio con manos temblorosas y escuchando un grito agónico que hace que mi corazón se detenga y mi piel se erice volteo lentamente, el silencio se apodera del lugar y cuando menos me lo espero divisó un sombra alejarse a lo lejos, abro la puerta abruptamente con la respiración acelerada.

Chica: Al parecer ya te dieron la bienvenida.

Mierda.