Samantha:
Miércoles 12:34 p.m.
Después del beso, Raúl entró a la casa, se secó, y tuve que prestarle ropa de mi papá. Nos quedamos viendo películas hasta que mi papá llegó y lo llevamos de regreso a su casa.
Mi papá iba bien feliz porque llegó el "tala Rangel" a su casa y no puso ningún pero.
Hoy no podía guardar el secreto por más tiempo. El recuerdo del beso se hacía presente a cada rato, y necesitaba desahogarme. Así que, después de clases, me encontré con Pablo y Tania en la cafetería de siempre. Apenas me senté, me miraron expectantes, como si ya supieran que tenía algo importante que contarles.
-Bueno… ayer… Raúl y yo… -empecé, sintiendo cómo mis mejillas se encendían solo de recordarlo.
Tania se inclinó hacia adelante, con los ojos brillando de emoción. Pablo, en cambio, alzó una ceja, intentando no mostrar mucho interés… pero lo conocía demasiado bien.
-¡Ya, no nos tengas en suspenso! -dijo Tania, casi dándome un codazo de la emoción-. ¿Qué pasó?
Suspiré, y antes de poder decirlo en voz alta, las palabras simplemente salieron.
-Nos besamos. Bajo la lluvia.
Pablo dejó su taza de café en la mesa, mirándome con cara de incredulidad.
-¿Cómo? ¿Un beso así de película? -preguntó, con un tono burlón y una sonrisa que apenas podía contener.
Tania, por otro lado, aplaudió bajito, entusiasmada.
-¡Ay, Sam! ¡Qué romántico! Ya me imagino el escenario… no, no es cierto. ¿Cómo pasó? -me miraron curiosos-.
-Es que ayer quedamos en salir y me dijo que pasaría por mí, pero no llegó y me dejó ahí, vestida y alborotada en mi casa. Una hora después, me cansé de esperar y me puse pijama. Ya estaba resignada, pero luego llegó a mi casa, todo empapado por la lluvia, y me pidió perdón. Se veía tan lindo que no me pude negar, y pues… valió, nos besamos.
-No mames, Samantha -Pablo rodó los ojos-. Yo te di una semana y caíste como tres días después de que te lo dije.
-Pero fue lindo -me defendió Tania-.
-Sí… pero la dejó plantada y luego, con un "perdón", todo se arregla. No, Samantha, quiere tres pesos. Te pareces a Tania -la miró-. Cuando su ex le marca borracho, le pide perdón y ella lo perdona, y cuando anda sobrio ni se acuerda de ella -rodó los ojos-.
-¡Ay, cállate! -le pidió Tania-. ¿Y te gustó? -me miró emocionada-.
-Sí, algo así. Pero… no sé. Siento que fue perfecto y a la vez no.
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𝗟𝗼𝗰𝗼𝘀- 𝑹𝒂𝒖𝒍 "𝒕𝒂𝒍𝒂" 𝑹𝒂𝒏𝒈𝒆𝒍-
Фанфик⋅˚₊‧ ୨୧ ‧₊˚ ⋅ A Samantha le toca ayudar a su compañero Raul a subir sus calificaciones en la universidad, pero ¿quién diría que terminaría enamorándose de él? Lo que comenzó como una simple tutoría se convierte en noches de estudio llenas de risas. ...