12.La traición

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Samantha:

Cuando llegué a la universidad, el ambiente era un torbellino de risas y conversaciones. Traté de concentrarme en el camino hacia la clase, pero mi mente seguía dando vueltas sobre lo que había pasado con Raúl. La pelea había sido tan repentina y dolorosa que aún me costaba asimilarlo.

Mientras caminaba, vi a Raúl al final del pasillo. Mi corazón dio un vuelco. Pensé que quizás podría hablar con él, aclarar las cosas. Pero cuando se acercó, noté que pasó a mi lado sin mirarme, como si yo fuera solo un mueble más en la sala. Me dolió, pero traté de no mostrarlo.

Se sintió como esa escena de euphoria donde Nate pasa al lado de cassie y la ignora

-¿Qué onda con eso? -preguntó Pablo, cuando me acerque a ellos. Su tono era curioso, casi divertido. Ambos me miraban con esa mezcla de preocupación y sorpresa que sólo los amigos de verdad pueden tener.

-No lo sé -respondí, sintiendo que mi voz se quebraba un poco- Simplemente pasó. Tuvimos una pelea y ahora me ignora.

-¿Qué? -Tania frunció el ceño, incrédula- Pero, ¿por qué? Si se acaban de besar.

-Ya sé, pero... -me detuve un momento, tratando de encontrar las palabras correctas. Recordé el beso y cómo todo se había torcido tan rápido-Estaba tan confundida y le pedí a Raúl que olvidáramos eso. No le pareció, y ahora parece estar más interesado en evitarme que en hablar de lo que sucedió.

Pablo cruzó los brazos, pensativo. -Eso suena raro. ¿No crees que deberías intentar arreglarlo?

-¿Arreglarlo? -repliqué, sintiéndome un poco frustrada-. No sé si eso funcione. Yo le dije que era mejor que lo olvidáramos. Quizás estoy mejor así, ¿sabes? No quiero ser una carga para él.

Tania se acercó un poco más, con una mirada seria. -Sam, no deberías renunciar tan fácilmente. Tal vez solo necesite un poco de espacio para procesar lo que pasó.

-¿Y si ese espacio se convierte en una separación total? -dije, sintiendo cómo un nudo se formaba en mi estómago. La idea de perderlo me hacía sentir peor-No quiero que las cosas entre nosotros sean incómodas, pero tampoco puedo ignorar lo que pasó.

Pablo suspiró, mirándome con empatía. -A veces, la gente necesita tiempo para asimilar las cosas. Pero eso no significa que todo esté perdido. Si realmente te importa, deberías hacer algo al respecto.

Las palabras de mis amigos resonaban en mi mente mientras miraba a Raúl alejarse sin prestarme atención. Sabía que había algo entre nosotros que valía la pena luchar, pero no estaba segura de si él lo sentía de la misma manera. Mientras seguía caminando hacia la clase, me di cuenta de que tenía que tomar una decisión. Si quería que Raúl supiera cuánto significaba para mí, tendría que encontrar la manera de acercarme nuevamente, a pesar del dolor.

Un par de horas después, mientras estaba en la cafetería intentando concentrarme en mis estudios, empecé a escuchar murmullos a mi alrededor. No podía evitarlo; siempre había sido un poco sensible a las conversaciones ajenas, y esa tarde estaba especialmente atenta.

-¿Escuchaste que Raúl le pidió a Natalia que le ayudara con las tutorías? -dijo una chica en voz baja a su amiga.

Mi corazón se detuvo por un instante. ¿Raúl y Natalia? ¿En serio? La idea de que Raúl hubiera decidido cambiarme por ella me golpeó como un balde de agua fría. Desde nuestra pelea, había intentado convencerme de que lo mejor era dejarlo ir, pero esto era diferente.

La amiga de la chica le respondió con un tono burlón:
-Sí, parece que ya no quiere que Samantha le ayude. Dicen que ahora está interesado en Natalia.

-Pues así fue siempre, ¿no? -murmuró otra.

-Sí, creo que a Raúl le gustaba Natalia antes... -añadió la amiga.

Sentí que una punzada de celos me atravesaba el pecho. ¿Cómo podía hacer eso? ¿Tan enojado estaba? Y ahora parecía dispuesto a olvidarlo todo en un abrir y cerrar de ojos. ¿Y cómo que le gustaba Natalia antes? ¿De qué me perdí? Raúl parecía odiarla... tal vez sabía fingir muy bien.

No sabía qué pensar. ¿Acaso lo hizo solo para molestar? Estaba claro que la pelea lo había afectado, pero no pensé que lo llevara a buscar a otra persona para que lo ayudara. Me preguntaba si tal vez había sido una decisión impulsiva pedirle que se olvidara de lo que pasó entre nosotros. ¿Estaba perdiendo algo que realmente valía la pena?

Mis amigos me dijeron alguna vez  que Raúl era alguien en quien podía confiar, pero al escuchar esos rumores, me sentí traicionada. Quizás me había malinterpretado y lo había llevado a buscar otra manera de seguir adelante. Por otro lado, pensaba en Natalia. No podía negar que tenía sus encantos, y la idea de que ella pudiera estar ocupando mi lugar me hacía sentir aún más insegura.

Tomé una respiración profunda, intentando calmarme. No podía dejar que esto me afectara. Tal vez era hora de hacer algo al respecto, de confrontar a Raúl y averiguar qué estaba pasando de verdad. No podía quedarme de brazos cruzados mientras lo veía alejarse.

Con la mente llena de pensamientos confusos y un nudo en el estómago, cerré el libro frente a mí y decidí que tenía que hablar con Raúl. No podía permitir que los rumores me arruinaran la oportunidad de aclarar las cosas entre nosotros. Ya había suficiente confusión; no podía dejar que las dudas me dominaran.

















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-¿O sea que papá y tú negaron lo que tenían? -me preguntó uno de los niños, con los ojos muy abiertos.

-Algo así... eso es lo que pasa cuando estás confundido -dije, riendo suavemente.

-Por poquito y no nacen -bromeó Raúl, mirando a los niños acostados.

-¡Eso no puede ser! ¿Y después, qué sigue? -preguntó con curiosidad.

-Eso lo escucharán mañana, ahora deben dormir -les dijo Raúl con una sonrisa, acomodándoles las cobijas.

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Hoy ando con todo ando actualizando todas mis historias,no se acostumbren porque después de esto,desaparezco.

¡YA SABENNNN!

20:40 p.m.

06-11-24

𝗟𝗼𝗰𝗼𝘀- 𝑹𝒂𝒖𝒍 "𝒕𝒂𝒍𝒂" 𝑹𝒂𝒏𝒈𝒆𝒍-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora