Diario de un recuerdo

Capítulo 32

Juliet

Cinco minutos después Liam abre la puerta y entra

— Hola... ¿Está todo bien?

— No lo sé, yo... No podía dormir con tantas cosas en la cabeza

— ¿Qué sucede?

— Sé que no estamos bien, siento haber venido así y... Ni siquiera sé si tus padres están en casa, no quiero que tengas problemas

— Jules, no te angusties por eso... Mis padres están de guardia, y puedes venir a despertarme cuando quieras. Abriré la cochera para que guardes el auto ¿Si? Cuéntame todo adentro

Hace frío, aún en el interior de la casa. Me deja sola en la sala luego de decir algo sobre calentar un poco de agua

— Aquí tienes

Huelo el café y sonrío

— Gracias

— Siento la forma tan inmadura en la que actué el otro día

La culpa me invade, él pidiéndome perdón por su comportamiento y yo que fui a buscar a Tomás hace un rato con claras intenciones

— No... Creo... Creo que tenías razón. Está de regreso y eso no puedo cambiarlo, pero eso no significa que las cosas puedan ser como antes

— Sé que es importante para ti, no te pediré que te alejes solo porque estoy celoso... La forma en la que me comporté... No estuvo bien

— Tú también me importas Liam— tomo su rostro entre mis manos — Y siento si no es lo que te he dado a entender, pero es la verdad... Has estado para mí, incondicionalmente, todo este tiempo y me has demostrado que sí es posible volver a sentir luego de que creí que estaría vacía para siempre

Sonríe, pero es una sonrisa que leo como avergonzada

— Lamento mi actitud infantil... En lugar de estar agradecido porque ese infeliz no logró lastimarte, te reclamo porque estabas con Tomás... Fui un completo idiota

— Ya pasó ¿Si? No tiene caso que sigamos hablando de Tomás

Se suelta de mi agarre con suavidad

— Debí haber estado contigo, me dijiste que Rupert era un problema y te dejé sola

Parece cansado... Hace días que no hablamos, pensé que darnos espacio sería lo mejor luego de cómo terminaron las cosas

— No me dejaste sola... Nunca pensé que fuera a atacarme en mi propia casa y lo de mis padres... Dios, ahora resulta que tengo dos posibles hermanas que estudiarán en Pridgeton, lo que significa que ellos estarán cerca. Todavía no he podido procesar del todo lo que ha sucedido y yo...

— Ey... Ya está... Necesitas un descanso... ¿Por qué no vamos a dormir? Es tarde, mañana hay escuela— pasa un mechón de cabello detrás de mi oreja

— Debería irme... No les dije a mis padres que saldría

— Te llevaré antes de que amanezca si quieres, pero duerme un rato. Te prometo que será más fácil mañana ¿Si? — besa mis nudillos — Cuando estemos despejados, hablaremos de todo... También tengo algo que contarte

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Tomás

— ¿Estás seguro de que no quieres? Está muy buena

— No, gracias

— ¿Y puedo preguntar a qué se debe el cambio?

— Me aburrí de esa mierda, la dejaré