Diario de un recuerdo

Capítulo 19: Parte 2

Juliet

— Tienes razón papá, ustedes me criaron para decir la verdad y afrontar las cosas. Predicar y no aplicar ¿No?

— Fue diferente, era lo que tu abuela quería. Nosotros solo respetamos su voluntad

— Ustedes solo evitaron que pudiera tomar su mano en sus últimos momentos ¿Acaso no teníamos el mismo derecho que ustedes a estar ahí?

— ¿Y crees que nosotros lo decidimos? — mamá interviene — ¿Crees que fue fácil para mí ver a mi mamá muriendo y no decirles? Los quería ahí, los necesitaba... Pero no iba a pasar por encima de su deseo y si por eso vas a condenarme entonces adelante, pero deja de alejarme por favor

Mamá es una mujer dura y pocas cosas la alteran o la afligen, me está dejando ver que esto hace parte de sus excepciones. Pero no estoy lista para ser razonable esta vez

— No imagino lo difícil que fue para ti, pero al menos estuviste ahí. No todos podemos decir eso

Por segunda vez frustran mis intenciones de irme. Solo quiero que me dejen en paz antes de que empeore las cosas porque soy demasiado nociva en estos momentos. Mi hermano aparece en mi campo de visión

— Ellos lo hicieron por ti, porque no estábamos seguros de si podrías manejarlo y no queríamos que tuvieras una crisis. Pasaste por mucho el año pasado, no queríamos empeorar tu condición

— ¿Lo sabías? — aprieta sus labios

— Entiende Jules, queríamos asegurarnos de que fueras a estar bien

— ¿Te parece que estoy bien? ¡Estoy harta de sus excusas, harta de las mentiras, harta de las evasiones y de que todos decidan por mí como si fuera incapaz de hacerlo por mi cuenta!

— Juliet— siento la mano de Tomás en mi hombro y me zafo con brusquedad

— Eso te incluye a ti. Quiero que te largues, y esta vez... Será mi maldita decisión. Esta vez soy yo la que te abandona

Baja la vista, sus manos en los bolsillos de su pantalón y su espalda totalmente recta

— ¿Estás harta de mentiras cariño? ¿Por qué no me dices cuál es la verdad sobre Rupert Olsen? — mamá sentencia y siento que volveré a vomitar

— ¿De qué hablas? — pide saber papá

— Hablo de que nuestra hija lleva meses ocultándonos información muy importante, convenció a Gabe y a sus amigos de cubrirle la espalda y todo se resume a un solo nombre ¿No es así? — se me olvida cómo hablar — ¿Sin palabras? Imagina mi sorpresa cuando Melissa me lo dijo todo. Esperé a que te sinceraras y en lugar de eso, hiciste que todos mintieran por ti y los expusiste la peligro ¿Por qué?

— Mamá— Gabriel empieza a hablar, pero estamos en igualdad de condiciones... No sabemos qué decir

— Lo sé hijo, sé lo que ese hombre es capaz de hacer y no saben cuanto me decepciona el que no hayan confiado en nosotros... Le dieron meses para poder hacerles daño, no solo a ustedes sino a su familia y de no ser por Melissa no me habría enterado. Mis propios hijos me han visto la cara— regresa sus fríos ojos a mí — No te atrevas a hablarme de mentiras— entra a la casa dejando todo en silencio

— Cuando vuelva, quiero una explicación y ninguno irá a ninguna parte hasta que me la den. No me importa que tan mayores crean que están, tendrán más problemas de los que puedo contar si no hablan— también entra

¿Melissa lo supo todo este tiempo?

Que desastre de noche

— Escucha... No ha pasado un solo día en el que no me arrepienta por haberme ido, por haberte dejado... Por no haber aclarado las cosas luego de esa fiesta