Juliet
Toqué la puerta con el nerviosismo a flor de piel
— Adelante
Asomé mi cabeza — Hola Alia
— Hola Juliet ¿Cómo estás?
— Yo... Hay algo de lo que me gustaría hablar contigo, si tienes tiempo claro
Asiente con esa sonrisa característica que transmite tranquilidad
— Claro que sí, pasa por favor. Toma asiento
— Gracias— lo hago, una vez sentada las palabras parecen no querer salir de ahí
— ¿De qué se trata? ¿Estás bien? — asentí, pero tenía el mismo nudo en la garganta que he tenido desde que me dijeron que debía tomar terapia por primera vez
— Lo siento
— No lo sientas, tómate el tiempo que necesites
Tomé varias inhalaciones para encontrar coherencia por fin
— Bueno, es que... Necesito tu ayuda profesional— arqueó una ceja, esperando a que continuara — No estoy pasando por un buen momento con mi salud mental, y tampoco he presentado ninguna mejoría con mi actual psicólogo. Pensé que quizás, como te conozco, eso podría hacerme las cosas más fáciles... Podemos llegar al acuerdo de pago que tú determines y en el horario que tengas disponible
— No te preocupes por el dinero ahora, eres parte de Pridgeton... Estaré encantada de ayudarte
— Pero... No quiero que me regales tu trabajo
— Linda, te lo estoy ofreciendo yo. Ahora, si estás de acuerdo podemos empezar ya mismo
Empecé a contarle todos los detalles que creí importantes para una primera sesión y ella escuchó atentamente, solo interrumpiéndome cuando lo consideraba necesario
— Dices que no recuerdas algunas cosas de tu tiempo en el orfanato ¿No?
— Recuerdo la mayoría, recuerdo cómo se veían las personas que estaban allí y recuerdo sus voces gritándonos por cualquier cosa. Recuerdo que nada me aterraba más que el que ese hombre se apareciera cuando salía del baño o en mi habitación, pero no recuerdo mucho lo que sucedió unos meses antes de que nos sacaran de allí. Nunca le di mucha importancia... De hecho no fue hasta que terminé en el hospital el año pasado que me acordé de que ya había tenido problemas con las migrañas
Su mueca me hizo deducir que sí la tenía
— ¿Y de tus padres? ¿Recuerdas cómo fue vivir con ellos?
— No demasiado, solo que vivíamos en un lugar que siempre olía a humedad y pasaba mucho tiempo sola... Y que en un par de ocasiones me golpearon porque no paraba de llorar
Anotó alguna otra cosa en su libreta
— Me preocupan un poco esas lagunas... Es decir, eras pequeña, pero es curioso como recuerdas detalles tan vívidos de algunos periodos de tu vida, pero luego hay otros que están completamente en blanco
— ¿Y eso qué significa?
— Puede ser que te haya ocurrido algo que generó especial impacto en ti, a tal punto de que tu subconsciente decidió que lo mejor era borrarlo para no causarte más daño ¿Qué pasó después? Luego de que te adoptaron
Sonreí ligeramente ante los recuerdos
— Me costó mucho entender que ya no estaba en peligro, supongo que nunca dejé de sentirlo del todo. Meredith y Richard hicieron todo lo humanamente posible para que me adaptara, pero me sentía fuera de lugar todo el tiempo. Es decir, pasé de no tener nada a tener todo lo que siempre soñé de un día a otro
ESTÁS LEYENDO
Diario de un recuerdo
Novela JuvenilPueden pretender que se olvidaron de la existencia del otro, pero en la soledad de la noche Juliet mira su anillo evocando los ojos verdes del chico que le prometió estar siempre Tomás escribe todas sus letras pensando en la chica que atravesó su c...