Preocupada por una situación que la estaba aquejado, una joven mujer recién casada solicitó una cita médica con una ginecóloga especialista en sexología clínica. Alejandra acudió puntual al consultorio y fue recibida por la amable doctora Natalia, una mujer madura y atractiva de actitud jovial.
Luego de la presentación de rigor, ambas féminas empezaron a charlar. Alejandra exhibió todos los estudios de rutina que se realizó previamente y la doctora Natalia se puso a revisarlos con detenimiento.
"Puedes contarme todo acerca de tu problema sin miedo ni vergüenza, yo estoy aquí para ayudarte a encontrar una solución práctica y adecuada pero tienes que ser honesta".
La dulce voz y la sonrisa gentil de la ginecóloga hizo que Alejandra se sintiera en confianza con ella para relatarle sus inconvenientes de índole sexual, ella decidió ser totalmente sincera desde el principio.
"Me casé hace apenas dos meses pero ya estoy teniendo dificultades en la intimidad con mi esposo. No logro excitarme lo suficiente, no lubrico y el sexo en esas condiciones es... muy poco placentero, doloroso e incluso desagrable para mí".
La doctora escuchaba con atención cada detalle del relato de su angustiada paciente y de paso también observaba su esbelto y voluptuoso cuerpo. Alejandra era una mujer muy guapa y con atributos nada despreciables, Natalia notó desde el principio ese interesante escote y grandes pechos apretados dentro de la blusa.
"Entiendo linda. Pero dime, ¿desde cuándo estás experimentando esas cosas? ¿Desde que te casaste o fue incluso antes?".
"Desde el matrimonio, anteriormente no tuve esos problemas. El sexo era bastante normal".
La ginecóloga sonrió y luego levantó la mirada hacia la otra mujer de una forma algo insinuante.
"Ya veo. Tus estudios están muy bien, los resultados en general están en los rangos normales. Es probable que se trate de estrés por el matrimonio en sí, ya sabes, el cambio en tu rutina y el proceso de adaptación a la vida de casada. Pero también es posible que no estés teniendo una compatibilidad adecuada en la intimidad con tu esposo".
Alejandra permaneció pensativa durante unos segundos, en realidad le daba bastante vergüenza admitir que el sexo con su esposo se estaba volviendo tedioso y aburrido para ella. Dejó salir un suspiro antes de confesar sus miedos.
"Esta es una situación muy frustrante para mí, doctora. Mi mayor temor es tener alguna disfunción pero si no se trata de eso, no quisiera que la incompatibilidad sexual arruine mi matrimonio que apenas empezó".
Natalia asintió y colocó su mano sobre la de su linda paciente, como un gesto de comprensión y apoyo que Alejandra no tomó a mal. La ginecóloga entonces decidió ir a la acción, intentando no mostrarse tan ansiosa sobre lo que tenía en mente.
"Te doy toda la razón. En primer lugar voy a necesitar examinarte físicamente. Luego hay que tomar una muestra de secreción vaginal para un análisis de laboratorio. Por favor, quítate la ropa y acomódate en la camilla colocando tus piernas abiertas".
Alejandra se puso de pie y siguió las indicaciones, no sintió nervios ni vergüenza al no ser la primera vez que se hacía un chequeo ginecológico. Cuando quedó completamente desnuda, la mujer se ubicó en la camilla de revisiones y se preparó para ser examinada.
Tratando de mantener una fachada profesional, la doctora se acercó a la camilla con una expresión neutral aunque por dentro un sentimiento libidinoso despertó al ver ese cuerpo tan delicioso y expuesto.
Natalia sabía muy bien como lidiar con mujeres sexualmente insatisfechas, todas ellas solían salir muy felices de su consultorio y Alejandra no sería la excepción.
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Relatos eroticos lesbicos
Short StoryLas historias no son originalmente mías. Son originarias de lezz69 https://archiveofourown.org/users/Lezz69/pseuds/Lezz69