Mi princesa estaba muy caliente ese día y solo quería que me la follara tan duro e intenso como me fuera posible. Claro que lo hice, para entonces tenía el coñito inflamado y aún chorreando imparable de tanto habérselo chupado. Su vulva estaba algo hinchada y su vagina dilatada luego de haberle metido mis dedos.
La hice ubicarse sentada sobre mi cara para poder chuparle su delicioso y dulce coñito. Ella se contoneaba al sentir mi lengua penetrado su agujero y mis labios envolver su clítoris para succionarlo.Era una rica putita insaciable que yo adoraba complacer. Creo que me estaba volviendo un tanto adicta a la miel que emanaba de entre sus piernas, esa que adoraba extraer con mi boca mientras la hacía gemir desesperadamente y la llevaba a un orgasmo tras otro.
Sabía que ella también deseaba darme placer, entonces separé mis piernas para exhibirle mi intimidad totalmente mojada. No lo dudó y bajó para lamer y succionar mi coño al tiempo que refregaba el suyo contra mi rostro. Su lengüita se paseaba desde mi clítoris moviéndola allí en círculos para estimularlo y terminar penetrando mi vagina con ella.
Yo empecé a introducir un par de dedos en su orificio, lo hice tan profundo como me fue posible hacerlo y entonces volvió a correrse. Pude succionarle la vagina en ese momento y tragar parte de sus fluidos.
No pasó demasiado para que me viniera yo también. Estuvimos limpiándonos con nuestras lenguas por un buen rato para después tomar un pequeño descanso. Claro que no tardaríamos en reanudar la caliente sesión y así nos pasábamos la madrugada entera comiéndonos mutuamente, era una experiencia por demás deliciosa y gratificante. Ella es Miriam, mi beba más caliente. Me excita la idea de proponerle un trío con otra mujer, espero acepte, sería estupendo follarla en compañía de otra sexy mujer madura.
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Relatos eroticos lesbicos
Historia CortaLas historias no son originalmente mías. Son originarias de lezz69 https://archiveofourown.org/users/Lezz69/pseuds/Lezz69