Ella y yo compartimos un íntimo y excitante secreto desde hace bastante tiempo. Los complejos, límites o cuestionamientos morales no tienen cabida cuando ambas nos encontramos entre cuatro paredes y damos riendas sueltas a la pasión más prohibida de todas.
Nadie sospecha que mami, esa madura y atractiva fémina, cruzó la línea después de su divorcio de una manera poco convencional. Ella no se convirtió en una mujer promiscua, no se puso a buscar hombres apuestos para saciar sus deseos carnales, sino que fue mucho más allá.
Mami se propuso seducirme y enamorarme hasta que caí por completo en sus encantos. Lo logró con dulces palabras de amor en mis oídos, tiernos besos en mi boca, que eventualmente se hicieron más fogosos, y deliciosas lamidas en mi coñito, virgen en aquel entonces. A partir de un momento dado, yo ya no solo era su hija sino también su pequeña novia, esposa y amante; con todo lo que eso implica.
Para ser sincera no me puedo quejar, en realidad me fascina todo lo que mami me enseña y hacemos juntas.
Como en este preciso instante que estamos jugando en el piso de la sala, es una especie de sesión con tonos de sadomasoquismo en la que mami es mi ama dominante y hace conmigo todo lo que le viene en gana.
Ella escogió nuestros particulares outfits para la ocasión.
Yo llevo puesto un vestido corto de red en color rosa, medias del mismo material y color, y además unas botas negras de látex con una plataforma infernal y unos tacones imposibles que me hace ver más alta. Me siento como si fuera una vulgar prostituta al no llevar ninguna ropa interior, pero mami así lo quiso.Y hablando de mami... ¡Ufff! Ella luce tan sexy con su atuendo de colores rojo y negro rasgados por ella, lo complementa con sus botas altísimas de cuero negro y su arnés de donde sobresale un enorme dildo rojo, ese que ella entierra dura y profundamente una y otra vez en mi hambriento coñito.
Mami aprisiona mis muñecas detrás de mi espalda y embiste con fuerza hasta que el dildo desaparece por completo dentro de mi vagina que para entonces está toda mojada y caliente. Una sucesión de fuertes nalgadas hace mi cuerpo temblar a la par de cada salvaje penetración, no puedo contener mis gemidos y lloriqueos y sé que mami no va a parar.
No, ella no se detendrá hasta hacerme gritar.
Mi lasciva madre disfruta de hacerme gemir y chillar de dolor y placer, le entretiene follar duro mis orificios hasta dejarlos abiertos e hinchados.
"Así me gusta bebé. Vamos, gime más alto para mami. Deléitame con esa dulce sinfonía que tanto me gusta escuchar de ti".
De golpe ella retira su dildo de mi vagina y me tumba boca arriba en el piso. Abre mis piernas y se acomoda entre ellas, vuelvo a gemir cuando mami empieza a besar y lamer mi coño babosito y maltratado, me sobreestimula chupándome el clítoris con fuerza y en instantes me provoca un gran orgasmo.
Entonces mami toma otro consolador que había traído y se lo pone en la boca, lo sostiene entre sus dientes y penetra mi vagina de esa manera.
Yo separo más mis piernas y las sostengo bien abiertas mientras mami me folla con su boca.
Yo no dejo de gemir desesperada, estoy como en trance y mami disfruta escucharme. Mis ojos se fijan por unos segundos en mis botas de látex y mami se da cuenta de eso, no es como si no le prestara atención a ella, es apenas un acto reflejo.
Mami se incorpora y me despoja de una de mis botas, específicamente la del lado izquierdo y se le ocurre una muy creativa idea. En su afán de hacerme gritar, toma la bota de látex y penetra mi vagina con el largo tacón hasta donde le es posible hacerlo.
Un alarido escapa de mi garganta y al mismo tiempo unas lágrimas de mis ojos. Mami mueve en vaivén ese tacón insertado en mi coño al tiempo que saborea mi enrojecido clítoris. Un orgasmo tras otro para hacerme gozar y gritar como nunca.
Mami parece satisfecha y sonríe antes de acercarse a besarme tiernamente, yo disfruto de la textura de sus dulces labios y me dejo llevar por su hermosura.
"Lo hiciste muy bien amor, mami está orgullosa de ti".
Ambas nos quedamos tendidas un rato más en el suelo y yo acaricio su rostro pensando que mami es la mujer de mi vida, mi ama, mi señora, mi todo.
Mami y yo nos tomamos unos minutos para reponer energías y luego continuar con nuestro excitante jueguito.
Esta noche apenas acaba de empezar.
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Relatos eroticos lesbicos
ContoLas historias no son originalmente mías. Son originarias de lezz69 https://archiveofourown.org/users/Lezz69/pseuds/Lezz69