La mamá de Vania (Lésbica)

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Conocí a Vania a través de una famosa aplicación de citas. Una hermosa rubia de ojos pardos, con un cuerpo de infarto y rostro aniñado que me encantó, y para mi fortuna vivía en la misma ciudad que yo.

La atracción virtual entre ambas fue inmediata así que fuimos al chat privado y resultó que las dos estábamos buscando lo mismo, o al menos en parte. Una amistad "y algo más" si las cosas llegaban a darse.

Vania decía ser una chica con necesidad de definir su orientación sexual, se consideraba bisexual hasta entonces pero afirmaba sentirse más atraída hacia las mujeres últimamente, así que quería experimentar el sexo con una lesbiana.

Yo por mi parte buscaba relaciones esporádicas con otras mujeres pero no me cerraba a la posibilidad de establecer algo más formal. Sin pensarlo dos veces, le propuse a Vania un encuentro cara a cara y sin mucho rodeo me ofrecí a darle su primera experiencia lésbica. La sola idea de acostarme con una chica tan hermosa como ella me ponía a mil.

Luego de conversar durante varios días, intercambiar números de teléfono y alguna que otra fotografía "normal", decidimos concretar el primer encuentro para conocernos personalmente y conversar.

La reunión tuvo lugar en un espacio público y concurrido, un centro comercial que nos quedó en un punto medio. En verdad sentí un poco de temor y ansiedad; llegué a pensar que podría tratarse de otra persona, tal vez de un bromista haciéndose pasar por una chica en internet o en el peor de los casos, en un delincuente. Así que acudí en compañía de otra amiga por si acaso.

El cielo se me abrió cuando reconocí a la preciosa Vania y resultó ser la misma muchacha que aparecía en las fotos que me envió. Mi acompañante se despidió de mí para que yo pudiera disfrutar de mi cita y que ninguna se sintiera incómoda.

Vania me saludó cariñosamente con un abrazo y un par de besitos en las mejillas, la noté algo nerviosa al principio aunque poco a poco todo eso se fue disipando. Decidimos ir por una cafetería para conversar un poco.

En medio de un sabroso café y una buena plática, Vania me comentó que era hija única, que sus padres se divorciaron muchos años antes y que vivía sola con su mamá, quien no tenía problemas con la cuestión de su sexualidad. También me dijo que había tenido un par de novios pero llevaba ya casi 3 años sin salir con alguien, solo que ahora sentía muchas ganas de estar con una chica y ya no quería involucrarse con chicos.

Mientras Vania me hablaba de todo eso yo solo podía fantasear con llevármela a la cama cuanto antes y enseñarle lo que sabía. No era como si yo tuviera una extensa experiencia, aunque sí había estado con algunas chicas y me sentía lo suficientemente capaz de brindarle una primera vez muy satisfactoria.

Al parecer a ella le agradó la idea ya que luego del café, terminamos en los sanitarios del centro comercial comiéndonos la boca mutuamente. La acorralé contra la puerta y manoseé sus pechos por encima de la ropa, me encantó verla encenderse tan rápido y escucharla gemir bajito.

"¿Te gusta esto, preciosa?"

Vania asintió adorablememte y yo me quedé viéndola encantada. Su carita sonrojada y sus labios un poco hinchados luego de besarnos tanto me pusieron bastante caliente, ya pude imaginar sus gestos y reacciones cuando tuviéramos sexo por primera vez.

"Estás mojada, ¿cierto? ¿Te gustaría que te coma el coño ahora?"

Tal vez eso fue un poco atrevido y precipitado de mi parte pero en realidad le tenía ganas a mi nueva amiga y no veía la hora de enterrar mi cara entre sus piernas. Deseaba mucho a Vania y sabía que yo la ponía muy caliente también.

Lo que yo más quería para entonces era encerrarme con ella en uno de los cubículos del sanitario, bajarle la ropa interior y saborear su vagina. Hubiera sido una experiencia sumamente excitante al estar en un baño público pero su respuesta no fue la esperada.

"Sí, sí quiero. Solo que aún no me siento lista para tanto"

Me quedé un poco decepcionada pero desde luego, respeté su decisión. Así que nos fuimos de ahí sin más y ella se disculpó varias veces por dejarme de esa manera.

"Tenme un poco de paciencia, linda. Prometo que pronto estaré preparada"

Esa había sido su promesa y claro que yo no iba a enojarme con ella por algo así. Vania me encantaba por lo que estaba dispuesta a esperarla, quería darle una experiencia tan agradable como placentera.

Nuestras siguientes salidas fueron similares, Vania y yo nos veíamos para compartir un café y terminábamos apretujadas en algún rincón besándonos y tocándonos, eso sí, siempre sobre nuestras prendas de vestir.

Casi un mes después estar haciendo lo mismo, me animé a enviarle a Vania un video donde me masturbaba pensando en ella y gemía su nombre. Mi intención era ponerla cachonda y que se decidiera por fin a dar el siguiente paso, increíblemente mi video tuvo el efecto que quería.

"¿Quieres venir a mi casa mañana por la tarde?"

¡Claro que quería ir!

Entonces Vania me envió la ubicación de su casa y me pidió que fuera puntual a las 5 de la tarde. Sin dudarlo, aseguré mi presencia aunque en ese momento ni siquiera sospechaba lo vendría después.

Continuará...


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