La luz inundó la habitación, no había dormido nada pero a pesar de todas las complicaciones Rebekah lo había logrado, mi bebé estaba sana y salva, en el momento que la vi supe no dejaría que nadie le hiciera daño. Mi mente no podía dejar de pensar en que alguien me la quería quitar.
La casa estaba tranquila, pero esa quietud solo me hacía más consciente del peligro que se avecinaba. Aunque Klaus, Kol, Finn y Elijah estaban felices, celebrando la llegada de la bebé con sonrisas y gestos de cariño, yo no podía dejar de pensar en la amenaza de Dahlia, simplemente no podía con el hecho de que podría venir en cualquier momento.
Respire y me repetí que todo estaría bien, he pasado por cosas mucho peores así que se que puedo con esto. "No estoy sola" repetí unas veces más solo para calmarme.
Rebekah noto mi preocupación, y se acerco para asegurarse de que todo estuviera bien, que estuviera cómoda.
-No te preocupes Bekah, solo son esos nervios del no saber que hacer con un ser tan perfecto, no quiero que le pase nada.
La rubia me dio un abrazo y fue donde Klaus que la llamaba. Finn, sin embargo, me sorprendió. Había sido un poco más distante durante todo el parto, no quiso acercarse pero en este momento caminaba hacia a mi con la bebé en sus brazos.
—Sé que estás preocupada por lo de Dahlia, yo también lo estoy —dijo Finn, mirando a la pequeña bebé con una expresión que no había visto antes, como si algo en él hubiera cambiado. —Pero nosotros te protegeremos, a ti y a ella, te juro que no dejaré que nadie las lastime.
Su voz era suave, pero había una firmeza en ella que me dio consuelo. A veces me olvidaba de lo cercano que Finn era, de cómo se preocupaba, incluso si no siempre lo mostraba. En ese momento, me sentí rodeada de amor y apoyo, y por un breve instante, el miedo por Dahlia desapareció.
Pasaron un par de días, y aunque la tensión seguía flotando en el aire, comenzamos a encontrar paz, aún no sabía si temporal pero paz.
Los hermanos se la pasaban con la bebé, me alegraba demasiado el verlos tan felices, el verla an ella tan feliz.
Ya al tercer día Elijah me dijo que era hora de ponerle nombre.
—Hope, ella ha sido la luz en medio de toda esta oscuridad así que si les parece me gusta hope - digo en un susurro pero se que me escucharon.
El nombre se quedó entre nosotros, como una promesa de lo que Hope significaba para nuestra familia.
Con cada día que pasaba, me sentía más cercana a mis almas gemelas,especialmente a Kol. Esta noche, mientras él y Klaus estaban organizando los últimos detalles de la boda de Rebekah, decidí hacer algo que había estado pensando durante días: un baile.
Estaba casi segura que me arrepentiría luego pero de verdad lo necesito, espero a que suba a su cuarto, al mirarme aquí se ve algo sorprendido. Hago que se siente en su cama con una sonrisa juguetona y con música suave de fondo, comencé a moverme lentamente, disfrutando de la conexión que compartíamos. Kol me observaba con sus ojos brillantes, una sonrisa de burla en su rostro, pero también una expresión que mostraba cuánto le importaba.
Mientras me desvestía poco a poco, deshaciéndome de las prendas que cubrían mi cuerpo, sentí la calidez de sus manos en mi piel. Cada toque suyo me hacía sentir más viva, más suya, y cuando finalmente quedé completamente desnuda frente a él, la tensión en la habitación cambió. Kol me miró, sus ojos llenos de deseo, pero también de algo más profundo. La necesidad de estar juntos, de unirnos de una manera más significativa.
La música se detuvo, Kol se pegó más a mí, se arrodilló y mordió mi abdomen, no tuve tiempo para procesar ya que me tiró a la cama, me hizo suya, más de lo que ya soy.La paz reinó en el hogar y la semana siguiente, Elena, Damon, Stefan y Caroline llegaron para conocer a Hope. Estaba feliz por que vinieron hasta New Orleans para compartir este momento conmigo y mi bebé, solo faltaban papá y mamá de resto eso fue lo que siempre quise, una gran familia.
Al llegar, Caroline no pudo evitar sonreír al ver a Hope, mientras Damon y Stefan se acercaban con una mezcla de ternura y curiosidad. Elena fue la primera en tomar a la bebé en sus brazos, mirándome a mi y a Klaus con una sonrisa.
—Ella es preciosa —dijo Elena, sus ojos brillando de emoción. —Es la mejor parte de ustedes.
Klaus sonrió, un gesto raro pero genuino, mientras observaba a Hope con los ojos llenos de amor. Todo parecía perfecto, como si nada pudiera interrumpir esta pequeña burbuja de felicidad.
Al día siguiente me desperté más temprano que todos en la casa, tenía un muy mal presentimiento pero me calmé al ver a hope durmiendo en medio mío y de Elijah, con cuidado me paré dejando a Klaus al lado de Hope.Quería bajar a para ayudar a las cocineras a hacer el desayuno, era lo menos que podía hacer por care, Elena y los Salvatore.
En el momento en el que salí del cuarto y tuve una vista hacia el piso de abajo la felicidad, paz y tranquilidad de todos estos días desapareció.
Toda la sala, hasta la fuente estaban cubiertas de flores Dahlias.
-¡Nik! - grité mientras bajaba corriendo, en la mesa había una nota, la leí en silencio, la amenaza clara en cada palabra: "La niña me pertenece. No os haré daño... si entregáis lo que es mío."
Mis ojos se llenaron de lágrimas al darme cuenta de lo que esto significaba. Dahlia no iba a rendirse. Ella no iba a dejar que mi hija viviera en paz.
Klaus, Kol, Elijah y Finn tenían una cara de horror, sabían que esto significaba guerra, ya que ni ella nos la dejaría ni nosotros se la dejaríamos.
Me acerqué a este último que tenía a la niña en brazos, agarró mi dedo y me lo apretó, no sabía que podía hacer eso siendo tan pequeña.
-Tenemos que pelear.
-Vamos a pelear amor.
ESTÁS LEYENDO
Mikaelson's soulmate
VampireLa hermana mayor de Elena y Jeremy Gilbert, Jenn Gilbert. Jennifer tiene un encuentro de una noche con un chico británico sin saber que estuvo con un despiadado asesino y una de sus almas gemelas, un día mientras trabajaba en Chicago lo vuelve a ver...