Al llegar finalmente a casa con las manos ocupadas, ya que aparte de la ropa que compré para mis padres, también pasamos por el supermercado para comprar la despensa. Zeus, se adelantó en llegar a casa y nos esperaba ansioso en la puerta, empezó a mover la cola al vernos.
- Ya llegamos, chico - le dije dejando las bolsas en el suelo para darle una palmadita en la cabeza. - Seguro ya tienes hambre, ¿no?
Zeus solo jadeaba mientras seguía cada uno de mis pasos hacia la puerta. Dentro de la casa, mis padres y yo comenzamos a acomodar todo. Coloqué los artículos en sus lugares en la cocina, mientras mi madre organizaba la despensa y mi padre guardaba las nuevas prendas de ropa que habíamos comprado.
Después de un rato, cuando todo estuvo en orden, tomé asiento en el comedor de la cocina.
Mi madre mencionó que iría a cambiarse de ropa antes de preparar algo para comer. Aunque ya era tarde, la idea de un almuerzo tardío antes de la cena no parecía molestarle. Mi padre, sin perder tiempo, le sugirió que hiciera bastante comida, así podríamos guardar algo para la cena. Ella solo asintió, y ambos salieron de la cocina.
Me quedé sentado a la mesa, apoyando los codos mientras miraba por la ventana las nubes.
Sin darme cuenta, mi padre había vuelto a la cocina y me observaba en silencio.
- ¿Te pasa algo, hijo? - me preguntó, sacándome de mis pensamientos. Me giré y le sonreí, tratando de restarle importancia.
- No, papá, no es nada - le respondí, pero él no se movió. Se sentó a mi lado, con esa mirada que me hacía saber que podía confiarle cualquier cosa.
- Sabes que puedes contarme lo que sea - dijo.
Suspiré y lo solté, casi sin pensarlo.
- Extraño estar en la mansión.
Él asintió, como si hubiera esperado escuchar eso.
- Es natural. Viviste y trabajaste allí por años. Es normal que te acostumbres a un lugar así.
- No es solo la mansión, papá... también extraño a Vincent.
Su expresión cambió ligeramente, y me miró con curiosidad.
- ¿Extrañas a tu jefe?
- No lo sé - respondí, bajando la mirada. - Es extraño, supongo. Tal vez pienso que podría necesitarme ahora, y aquí estoy, lejos de todo.
Mi padre se quedó un momento en silencio, como considerando mis palabras.
- ¿Ese joven Vincent es alguien especial para ti?
No tuve que pensarlo mucho antes de responderle.
- Al principio, no fue así. Tuvimos varios problemas... pero luego me di cuenta de que él no es como pensaba. Es... distinto.
Papá solo me escuchaba. Luego, hizo la pregunta que me dejó sorprendido.
- ¿Lo extrañas como al difunto Laurent?
Me costó responder. Sentí mis ojos humedecerse antes de poder hablar.
- Es... diferente, papá. Extraño a Laurent mucho más, él fue alguien muy importante para mí. Pero de algún modo veo algo de él en Vincent... como si una parte de Laurent siguiera viva a través de su hijo.
Mi padre asintió con comprensión, y en ese momento, mi madre entró a la cocina. Ella nos miró a ambos y pareció captar de inmediato lo que pasaba.
- Estás confundido, hijo - dijo acercándose a mí y abrazándome, y está bien sentirte así. - Es normal después de todo lo que has pasado.
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Chance of routine (Furry/Gay)
Teen FictionSaimón Gálvez, un joven chico cualquiera termina siendo el mayordomo de Vincent Leclerc Dupont un imponente lobo blanco el cual se había interesado en el, cuando volvió a casa por la muerte de su padre Título de la historia en español: (Cambio de r...