Acto VI: Ensuciarse de tierra

13 4 0
                                    

Pasaron un par de horas cuando decidí subir las escaleras, para buscar algo en mi habitación. Mientras avanzaba por el pasillo, noté a Vincent al fondo, quien volteó al escuchar mis pasos. Sus ojos se clavaron en mi por un momento, y me quedé en silencio, tratando de no interrumpir.

- ¿Necesitas algo? - le pregunté, sin acercarme demasiado.

Vincent se detuvo un segundo antes de responder.

- No es nada. Estaré en mi estudio, que nadie me moleste.

Asentí, pero antes de que se alejara, me atreví a hacerle una última pregunta.

- ¿Te gustaría algo en especial para almorzar?

Vincent respondió rápidamente, sin pensarlo demasiado.

- Cualquier cosa está bien - y sin más, se alejó, perdiéndose por el pasillo.

Me quedé allí por un momento, viendo cómo desaparecía. Había algo en su forma de hablar, tan distante, pero me recordaba que, detrás de esa fachada, había mucho más de lo que dejaba ver.

Después de un momento, bajé las escaleras, al llegar a la cocina, Magdalena, quien estaba sentada en el comedor, dirigió la mirada hacia mí y me preguntó.

- ¿Ya encontraste lo que buscabas?

- Sí - le respondí, mostrándole una pequeña maceta.

Magdalena la observó curiosa.

- ¿Y qué vas a hacer con esa maceta?

- Voy a cultivar unas flores - dije con una pequeña sonrisa.

- Oh, qué bonito ¿Qué flor vas a cultivar? - preguntó, con un tono un poco más animado.

- Amapolas - respondí.

Magdalena sonrió aún más, y su alegría se notaba en su voz.

- Eso suena maravilloso. En el jardín trasero, al lado del árbol, hay un cobertizo. Hay algunos sacos de tierra allí.

Me alegró escuchar eso, y sin perder tiempo, me dirigí hacia la puerta que daba al jardín trasero, caminé hacía el árbol que Magdalena había mencionado. Allí, justo como dijo, estaba el cobertizo el cuál antes no existía.

Me acerqué y, tras abrirlo, encontré unos sacos de tierra y una pequeña pala colgada en la pared. La tomé, y sin preocuparme mucho por ensuciarme, comencé a llenar la maceta con tierra, dejando que un poco de ella cayera al suelo.

Una vez terminé de llenar la maceta, dejé todo en su lugar. Tomé una escoba vieja que encontré en el cobertizo y barrí la tierra que había caído al suelo, dejando todo limpio. Satisfecho con el resultado, salí del cobertizo y, al mirar hacia el corredor del jardín trasero, noté a Vincent sentado en una mesa, concentrado en su computadora.

Me pregunté que hacía allí, cuando claramme había avisando que estaría en su estudio.

Sin pensarlo demasiado, me acerqué. Al escuchar mis pasos, Vincent levantó la mirada, observándome de arriba abajo. Su mirada se detuvo en mi ropa sucia antes de que me preguntara con una expresión neutral.

- ¿Por qué estás tan sucio?

Bajé la mirada y, para mi sorpresa, noté que estaba más sucio de lo que había pensado. Sentí un leve rubor en mis mejillas y me disculpé, un poco avergonzado.

- No pasa nada - respondió Vincent, restándole importancia. - Pero... - añadió, mirando la maceta que traía en mis manos, - ¿qué es lo que estás haciendo?

Chance of routine (Furry/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora