Acto XII: Una mañana tranquila

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El sonido del despertador me despertó de golpe. Con un bostezo, estiré los brazos mientras lo apagana y tras unos segundos, caminé hacia las ventanas. Aparté las cortinas y abrí las ventanas, dejando que la luz del sol entrará a la habitación. El jardín se veía hermoso.

Entonces, mi mirada se detuvo en la maceta cerca de la ventana. Por un segundo pensé que estaba imaginando cosas, pero al acercarme más, me di cuenta de que algo verde salía de la tierra. Me acerqué todavía más, rápidamente me di cuenta que las semillas habían empezado a germinar. Me sentí increíblemente feliz al ver ese pequeño brote, sabiendo que las flores que tanto amaba Laurent estaban comenzando a crecer.

Tomé el spray de agua con cuidado y rocié unas cuantas gotas sobre el brote, asegurándome de humedecer la tierra sin excederme. Saber que dentro de poco tendría esas flores en mi ventana me dio mucha alegría.

Después fui al baño y me di una ducha rápida. Al salir, me cambié de ropa y bajé a la cocina.

Una vez abajo, nuevamente las luces de la cocina estaban apagadas cuando entré. Me acerqué a la cafetera y, después de llenarla de agua, la puse a trabajar.

Abrí el refrigerador y me puse a buscar algo para el desayuno. Encontré algo de carne, pero me di cuenta de que ya no quedaba ni leche ni huevos. Suspiré y pensé en decirle a Vincent más tarde que era hora de comprar la despensa. Saqué los ingredientes que había, lavé la carne y le puse unos condimentos. La coloqué en una charola y la metí al horno, configurándolo para que se cocinara durante veinte minutos.

Mientras esperaba, comencé a cortar algunos vegetales. Los puse en un sartén para cocinarlos lentamente, pensando en todo lo que había pasado últimamente. La tranquilidad de la cocina era lo único que me mantenía enfocado en ese momento.

De repente, escuché unos pasos aproximándose. Magdalena entró y su presencia llamó mi atención.

Magdalena me saludó rápidamente al entrar, y le devolví el gesto con una breve sonrisa mientras seguía concentrado en lo que estaba haciendo. Se acercó y me preguntó con curiosidad qué estaba preparando, ya que desde afuera olía algo proveniente de la cocina.

- Dejé una carne condimentada en el horno - le respondí sin perder el ritmo. - Y ahora voy a hornear algunos vegetales para acompañar.

- Suena delicioso y saludable para el señor Vincent - dijo Magdalena, sonriendo. Asentí mientras terminaba de cortar los vegetales.

De repente, Eloísa entró a la cocina, bostezando con fuerza y con el cabello totalmente desaliñado. Magdalena y yo la miramos con curiosidad. No pude evitar ser muy directo.

- Te ves terrible, ¿qué pasó? - le dije, aunque no de mala manera.

Eloísa soltó otro bostezo antes de responder.

- No pude dormir bien anoche.

Apenas podía mantenerse despierta y la vimos casi cabecear frente a nosotros. Me acerqué un poco más.

- Deberías ir a dormir - le sugerí. - Yo hablaré con Vincent para que lo sepa.

Eloísa intentó sonreír, visiblemente agradecida.

- Te lo agradeceré luego, Saimón - murmuró.

- No es nada, anda, vete a descansar - le dije mientras la observaba salir de la cocina.

Justo en ese momento, Iris entró, observando cómo Eloísa se marchaba.

- ¿Qué le pasó a Eloísa? - preguntó, mirando hacia donde ella había desaparecido.

Chance of routine (Furry/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora