Chance of routine (Furry/Gay)

Acto IX: Recordando cosas malas

Vincent se quitó la camisa sin previo, aviso, dejándome sin saber a dónde mirar. Mi rostro se sonrojo al instante, y trate de desviar la mirada, pero no podía evitar notar como sus músculos se tensaban y relajaban, después se acercó a su sillón y se sentó, cruzando una pierna sobre la otra mientras me observaba.

Me acerqué para después ponerme detrás del sillón. Cuando me pidio que comenzara con el masaje, mis manos temblaron un poco y no pude evitar ponerme nervioso mientras posaba temerosamente mis manos sobre sus hombros. Su pelaje se sentía suave y sus músculos bastante tensos.

Empecé a presionar suavemente, intentado no lastimarlo, no llevaba ni unos segundos cuando escucho un quejido, me detuve un momento pensando que había hecho algo mal.

- ¿Te lastime? - pregunté.

Vincent negó con la cabeza y soltó un suspiro.

- No, sigue... Presiona un poco más fuerte.

Note que tenía sus ojos cerrados y parecía que estuviera concentrado, así que me animé a presionar un poco más fuerte, empecé a masaje con más ganas bajando lentamente hacia su espalda.

Solo escucha los quejidos de satisfacción de Vincent, así que lo más seguro es que lo está disfrutando.

Continúe por un rato más, moviendo mis manos a su cuello y sintiendo como su respiración se hacía un poco pensada.

- ¿Continuó? - pregunté con curiosidad.

Vincent permanecía callado por un momento, en verdad lo estaba disfrutando que hasta su cola se movía un poco.

- Sigue un poco más.

Asentí ligeramente para después, seguir masajeando su cuello, esta vez tocando con seguridad.

Después de un rato, Milton entró a la habitación de Vincent sin previo aviso, mirándonos con una expresión divertida.

- Vaya, eso es algo nuevo - comentó.

Me aparté de inmediato, avergonzado de que Milton hubiera visto aquello. Por otro lado, Vincent no parecía tan molesto, aunque le reclamó por entrar sin tocar la puerta.

- Lo siento joven Vincent, necesitaba decirle algo - se disculpó Milton.

Vincent lo miró con cierta curiosidad pero con el ceño fruncido.

- ¿Qué pasa?

- Mi señora Rebeca ha decidido volver al país.

Vincent mostró una ligera sorpresa ante las palabras de Milton, y le preguntó por qué su tía regresaría tan rápido. Yo, por mi parte, escuchaba atento, recordando con alegría a Rebeca, la hermana de Laurent. A diferencia de María, Rebeca siempre había sido muy amable y simpática.

- ¿Qué hacemos si mi señora Rebeca vuelve antes de lo previsto? - preguntó Milton.

- Prepara su habitación y cambia todo de lugar - respondió Vincent.

Milton asintió y salió rápidamente para organizarlo todo. Mientras tanto, Vincent se llevó una mano a la cara en señal de frustración, pero no por el regreso de su tía, sino porque Milton había visto lo del masaje.

- Lo siento por eso - me disculpé.

- No es tu culpa - me dijo Vincent. - La culpa fue de Milton por no tocar a la puerta.

Aun así, se levantó del sillón y comenzó a ponerse la camisa frente a mí. Avergonzado, aparté la vista. Al terminar, decidí preguntarle sobre la señora Rebeca.