Secretos del pasado II

44 8 81
                                    

Advertencia: Este capítulo trata un tema delicado que es el abuso sexual a menores, por favor, leer con discreción.  


—Has mejorado tanto...— confesó Samtines con una sonrisa pícara. Luego comenzó a acariciar la espalda desnuda de Anemith—. Y pensar que antes eras una niña tonta y asustadiza.

Ambos estaban acostados sobre la misma cama donde, cinco años atrás, Samtines había robado la inocencia de su pequeña sobrina. Desde entonces, aquellos encuentros se volvieron cada vez más frecuentes.

—Ya no soy esa niña— respondió Anemith. Todavía respiraba con dificultad debido al esfuerzo.

—Claro que no lo eres— se carcajeó Samtines—. Yo te convertí en toda una mujer. Aunque...—Hizo una pausa, al tiempo que dejaba algunos besos húmedos sobre el cuello de la joven—. Es una lástima que estés creciendo tan rápido.

Anemith lo apartó con cierta brusquedad y se levantó de la cama. Luego caminó hacia el centro de la habitación, donde había dejado su bata y se la puso con rapidez.

—No es mi culpa que te gusten las niñas.

—Me gustan más, tienes razón— confesó el hombre sin ningún tipo de recato—, pero debo admitir que tú tienes algo especial. Algo que no puedo describir...

Anemith le dirigió una mirada maliciosa. Con el paso de los años había aprendido a utilizar sus atributos femeninos para engatusarlo, logrando revertir un poco el dominio que él ejercía sobre ella. Gracias a eso, pudo ganarse su confianza.

—No vendrás esta noche de nuevo, ¿verdad? — preguntó con cautela.

—¿Cansada? — bromeó Samtines. Por consiguiente, se puso de pie.

—Claro que no...—respondió Anemith—. Es solo que...— titubeó—. Cindra está comenzando a sospechar.

Samtines se acercó y la tomó por las caderas con brusquedad. Luego le plantó un beso mojado en los labios que Anemith correspondió con énfasis.

—No te preocupes por eso— murmuró con voz ronca—. Cindra está demasiado ocupada en sus propios asuntos— aseguró—. Además, ¿quién posee tanta imaginación cómo para pensar que un tío tiene relaciones íntimas con su sobrina?

Anemith sonrió y volvió a besarlo hasta dejarlo sin aliento, luego se apartó para servirse una copa de vino. Mientras bebía un sorbo, recordó aquella tarde donde Samtines la hizo conocer su lado más oscuro. Aunque al principio sentía miedo y dolor gracias a aquellos encuentros tan íntimos, con el tiempo comenzó a disfrutar su compañía. Desde entonces, ambos tenían una relación bastante estrecha. 

A pesar de que por momentos se planteaba lo retorcido de aquel vínculo, a la vez pensaba que Samtines era la única persona que le quedaba en el mundo. Lo consideraba su mayor figura de afecto dado que sus hermanos mayores apenas se preocupaban por ella y su madre continuaba sin regresar a Luriam.

Anemith sabía que aquella relación no era correcta, pero no conocía nada mejor, por eso su mente transformó un hecho despreciable en un cuento bonito para sobrellevar sus carencias internas.

—Pronto pondremos en práctica el plan que tanto hemos hablado— contó Samtines, mientras se vestía—. Destruiremos a todos nuestros enemigos y reinaremos juntos cuando te conviertas en diosa suprema.

—Es lo que más deseo, tío— respondió Anemith con una sonrisa.

—Prepárate porque la venganza será dura y amarga.

Los elegidos y las siete partes del cristal [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora