Delxer permaneció cerca de Lady, sus ojos oscuros fijos en los de ella, cada centímetro de distancia entre ambos ahora cargado de una energía palpable. Su mano, que aún descansaba en el cuello de Lady, comenzó a deslizarse hacia abajo con lentitud, rozando cada punto de su piel en un toque deliberadamente lento. Podía sentir el pulso de ella bajo sus dedos, y eso solo hacía que su sonrisa se profundizara, como si la reacción involuntaria de su cuerpo fuera otra forma de someterla.
"No tienes idea de lo que significas aquí, Lady," murmuró, su voz un susurro entremezclado con un tono que oscilaba entre la amenaza y algo más oscuro. Sus labios estaban tan cerca que Lady podía sentir la calidez de su aliento, y aunque su rostro se mantuvo impasible, un temblor sutil recorrió su cuerpo. Era una señal pequeña, una fisura en la fachada fría que había construido, y eso despertó algo en Delxer, un deseo de explorar cada rincón de esa vulnerabilidad oculta.
Sin apartarse, sus dedos trazaron un lento recorrido hasta la línea de su cintura, ejerciendo una ligera presión. Lady respiró más profundo, pero se mantuvo inmóvil, como si estuviera atrapada entre el deseo de reaccionar y la necesidad de mantener su compostura. Los ojos de Delxer la estudiaban con intensidad, buscando en cada rasgo de su rostro, cada cambio en su respiración, un indicio de que sus acciones provocaban en ella una respuesta involuntaria.
"Sabes, podrías resistir, si quisieras," susurró, inclinándose hacia su oído, su voz apenas un murmullo que parecía deslizarse sobre su piel. "Pero no lo haces... quizás porque no tienes opción... o quizás porque, después de todo, una parte de ti necesita que esté aquí, así."
La cercanía era casi insoportable, y aunque Lady no dijo nada, sus ojos reflejaban una emoción indefinida, una mezcla de sumisión y algo que parecía desafiar el propio control de Delxer sobre ella. Él lo notó, y su sonrisa se tornó más peligrosa, un toque de satisfacción al ver que, aunque mínima, la chispa que buscaba comenzaba a revelarse.
Con una lentitud deliberada, apartó su mano de su cintura, dejándola sentir la ausencia de su toque. Sin embargo, no se alejó por completo, manteniéndose lo suficientemente cerca como para que su presencia siguiera siendo una provocación constante.
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Delxer se apartó solo unos centímetros, lo justo para observarla de nuevo, como un cazador que examina cada reacción de su presa. Sus ojos recorrieron el rostro de Lady, y en esa mirada intensa, casi invasiva, parecía querer desentrañar lo que ella aún guardaba en su interior, esa chispa casi imperceptible de vulnerabilidad que acababa de descubrir.
Se inclinó lentamente, acercando su rostro al de ella una vez más, sus labios apenas a un suspiro de distancia de los de Lady. Podía sentir la tensión acumulándose, ese delgado hilo que parecía conectar sus voluntades y que, en lugar de romperse, se hacía más fuerte con cada segundo de cercanía. "¿Por qué no dices nada, Lady?" murmuró, dejando que sus palabras fluyeran como una caricia fría y calculada. "¿O es que ya no tienes voz, o siquiera voluntad, para responderme?"
