Las sirenas se escuchan desde donde estoy con Annika. deben haber rodeado toda la granja abandonada, los secuestradores están en pánico, no saben que hacer, ni como deberían reaccionar ahora, ellos no son delincuentes, no, solo son trabajadores cansados de no tener para pagar facturas y tener que malvivir, solo querían algo mejor, solo eso, ahora todo se ha complicado.
Los escucho hablar, pero están lejos, demasiado para entender que dicen, solo sé que están nerviosos, lo noto por como caminan por todas partes, pensando en que hacer, buscando alternativas para salir de esta sin tener que tener un tiroteo con la policía.
Annika está contra mí, algo asustada por todo el ruido, yo intento calmarla acariciando su cabello mientras espero a ver que sucede, confío en la policía, claro que sí, sobre todo porque Annika es importante para ellos.
La puerta se abre y Annika se acurruca contra mí, yo la rodeo con mi brazo, en señal de protección, uno de los secuestradores entra, está nervioso, el arma en su mano tiembla un poco mientras nos apunta con ella.
—Niña, levántate, vas a ser la que nos saque de aquí —dice, parece que tienen un pequeño plan, seguramente usen a Annika para salir de aquí, apuntaran el arma contra su cabeza para amenazar que si no los dejan salir, la mataran y la usarán para negociar.
Annika niega rápidamente con la cabeza, tiene lágrimas en los ojos, está asustada, la miro y luego al hombre que parece impacientarse.
—Vale, voy a ponerme de pie para ayudarla, está asustada... —Lo escucho chasquear la lengua pero mueve la pistola en señal de aceptación, solo quieren a Annika, no a mí, pero no he estado tantos años en una academia de policía, ni he estado en tantos operativos como para dejar que se vayan, no por ellos, sino por la información que seguramente tienen.
Me levanto lentamente y ayudo a Annika a levantarse, está temblando y niega repetidas veces con la cabeza mientras las lágrimas caen por sus mejillas, yo la miro y sonrío, de espaldas al hombre que sigue apuntándonos con un arma.
—¿Confías en mí? —susurro, muy bajo, solo para que ella que está frente a mí lo escuche y ella me mira, luego solo asiente, ni siquiera duda un segundo—. Entonces... ¡Al suelo!
Sé que la persona que tiene el arma realmente no es un experto en ella por lo que solo me doy la vuelta y antes de que se de cuenta ya está en el suelo inmovilizado, cuando miro a Annika ella está cubriéndose la cabeza con las manos como si fuera un terremoto.
—Te vas a quedar aquí quieto, ¿entiendes? —pregunto, apuntando con el arma al hombre que asiente rápidamente, siento como tiembla—. Annika, vamos.
Annika nos mira y se levanta rápidamente, corriendo hasta mí, yo, con el arma en la mano, apunto al secuestrador mientras salgo de espaldas y cierro la puerta, dejándolo a él encerrado dentro, bufo, ha sido tan fácil que me parece insultante, tantos años entrenando, aprendiendo defensa personal, técnicas de inmovilización y con una pequeña patada y una llave simple ya se había rendido y soltado el arma.
Agarro la mano de Annika mientras salimos de allí, sé que fuera están haciendo el perímetro antes de entrar en la casa, no les debe quedar demasiado, seguramente ya estén a punto de entrar. Miro a mi alrededor, no veo al secuestrador restante, seguramente esté en otra estancia de la granja, esperando que su compañero llegue con la niña para empezar a amenazar a la policía con matarla si no lo dejan salir.
Suspiro, deben ser los peores secuestradores de la historia, aun así camino despacio, apuntando con la pistola mientras agarro la mano de Annika que intenta no hacer ruido, llego a la puerta y la abro, encontrándome de frente con un grupo de policías que rápidamente me apuntan con sus armas y yo hago lo mismo, por inercia, por el susto, que se yo.
Durante un par de segundos nos quedamos así, apuntándonos con las armas hasta que me doy cuenta y ellos también de la situación y bajamos las armas a la vez.
—Joder, que susto —digo y miro a los agentes, Annika me suelta y sale corriendo hasta su tío que aun no entiende la situación pero no le presto atención, miro a uno de los policías que estaban por entrar, lo reconocería hasta en el mismísimo infierno.
—¿Qué coño haces aquí, Gustabo? —pregunto, yendo hasta él para abrazarlo y él bufa, devolviéndome el abrazo.
—Salvarte el culo, como siempre. —Siento que me aprieta fuerte contra su cuerpo y de repente vuelvo a sentirme ese niño pequeño que necesitaba a su hermano mayor para protegerlo, sé que él se siente igual porque está aquí solo para salvarme.
—Joder..., eres imbécil, la has cagado —digo, sin soltarlo, sabiendo que sí, que lo ha hecho, que ahora la tapadera se irá a la mierda y tendremos que dejar todo, pero no puedo regañarlo, no, yo habría hecho lo mismo por él.
—Ya, pero tu eres más importante que todo lo demás.
El operativo dura poco, Annika y yo nos quedamos en un patrulla mientras Conway nos hace preguntas y le explico toda la situación, siento que hasta él está cabreado por haber montado todo ese operativo por una panda de incompetentes como esos, está claro que tuvieron suerte para secuestrarnos.
—Seguiremos en la comisaría. —Asiento y miro a Gustabo que suspira.
—Si hubiera sabido que eran así, no hubiera jodido todo con Greco y nuestra identidad secreta, joder... —Se nota que está enfadado, es comprensible.
—¿Qué ha pasado con Greco? —pregunto, sabiendo que el enterarse de que Fred no existe, no debió sentarle muy bien.
—Es complicado...
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El camino a la comisaría es largo y tortuoso, Volkov ya se siente más calmado con respecto a Annika, sobre todo porque está tranquilamente sentada en el asiento de atrás hablando de lo genial que ha sido Michael y como la ha salvado, Greco y Volkov no se atreven a cortar su relato, ella no tiene porque enterarse de la verdad.
—¿Qué haremos? —pregunta Greco, al notar que la pequeña se ha quedado dormida en los asientos traseros.
—La dejaremos dormir en el despacho de Conway e iremos al interrogatorio para descubrir que ha pasado y..., quienes son —explica Volkov y Greco asiente.
Annika ya está a salvo pero eso no calma sus corazones, por supuesto que no, algo sigue mal, muy mal sobre todo en el pobre corazón de Greco que siente la traición directamente en su pecho, como un puñal que se clava cada minuto un poco más, destrozándolo por dentro.
—¿Lo vas a dejar irse? —pregunta Volkov sin apartar la vista de la carretera, él va conduciendo.
—¿A quién?
—A Fred o..., como sea que se llame realmente. —Lo mira de reojo y Greco agacha la cabeza, dudando.
—¿Supongo? Me ha mentido... —Volkov asiente pero luego suspira.
—Bueno, ¿qué más da cómo se llame? Parece realmente jodido por todo esto y que no le hables..., al final, es solo un nombre, no creo que te enamoraras de él porque se llamara Fred, ¿verdad?
Y a Greco le gustaría responder, decir algo en contra pero solo se queda callado porque aunque el sentimiento de traición persiga Volkov tiene razón, es solo un nombre a fin de cuentas, ¿no?
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Holii, bueno, el viernes no pude subir capítulo porque no me dio tiempo pero ya lo tenéis aquí.
Además os aviso de que ya queda poquito para el final de esta historia, aunque aún no está escrito ya lo tengo pensado todo :3
En fin, nos vemos en el siguiente capítulo ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨
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Puppets ~Volkacio~
FanfictionHoracio y Gustabo están huyendo del pasado, más concretamente del FBI que quería obligarlos a hacer algo totalmente en contra de sus pensamientos. Los Santos es una ciudad para un nuevo inicio, la ciudad que lo inició todo, Fred y Michael Hope viven...