Megumi Fushijuro - Fluff (JJK)

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Estaba destrozada. Habías trabajado tan duro para ese examen, noches sin dormir, repasando hasta el último detalle de cada técnica, teoría y estrategia. La seguridad resobasaba en mí después de tanto esfuerzo, lo aprobaría sin problemas. 

Pero ahí estaba, mirando el examen suspenso ¿Dónde me había equivocado? No encontraba la respuesta, y eso me hacía sentir aún peor. Me esforzaba mucho porque sabía que ser hechicera no era algo que cualquiera pudiera permitirse, quería demostrar que lo tenía dentro de mí... pero ahora sentía que había fallado en todo.

-¿Soy tan feo que te he hecho llorar?- Dijo Gojo tras darte la calificación.

-No es el momento, Satoru- Contestó Nobara por ti viéndote sufrir

Y para empeorar las cosas, Megumi estaba en una misión. Claro, él siemprevestaba ocupado exorcizando maldiciones , y yo aquí, fallando en lo más básico. Lo necesito tanto en este momento-pensaste- sólo querías escuchar su voz tranquila diciéndote que todo iba a estar bien, o que me ayudara a estudiar. 

Justo cuando estaba por perderme en mis pensamientos Nobara y Yuji entraron en la habitación. Me miraron con tristeza y por mucho que intentaron consolarme no había forma. Se limitaron a sentarse a mi lado y escuchar en silencio mientras yo descargaba toda mi frustración y tristeza. 

Nobara sacó su teléfono, envió un par de mensajes.

Confía en nosotros- Dijo antes de irse

No sabía a quién había escrito, pero no tenía ganas de preguntar. Me quedé ahí entre mis lágrimas sin esperarme nada.

Después de un rato, escuché una voz desde la puerta

 ¿Por qué estás llorando sola?- Miré al frente como si fuera un sueño, ahí estaba Megumi. Mis lágrimas volvieron con más fuerza al verlo. No sabía cómo pero había vuelto muy rápido, con su expresión tranquila pero muy cansada su postura segura, observándome con una intensidad que sólo él tenía.

No pude evitar lanzarme a sus brazos y él me abrazó con fuerza, sosteniéndome mientras el dolor y la frustración salían en forma de sollozos. Megumi no dijo nada de inmediato, simplemente me mantuvo cerca, acariciando mi espalda con calma, como si comprendiera perfectamente lo que necesitaba en ese momento.

-Has trabajado mucho- murmuró apartándose un poco para poder mirarme a los ojos-Eres increíble. Un examen no cambia eso, ¿lo sabes?- Sus palabras eran seguras, llenas de convicción, como si él creyera más en mí que yo misma. Ver su caea tan seria, tan sincera, me ayudó a calmarme poco a poco.

 -¿Quieres darte una ducha y olvidarnos de todo esto un rato?- Asentí y él con una leve sonrisa me tomó de la mano y me guió.

Me ayudó a sacarme la ropa con calma dándome besos. No llevábamos mucho tiempo saliendo, ni siquiera habíais tenido relaciones todavía. Simplemente las cosas fluían entre vosotros.

Dejó su uniforme a un lado y entró conmigo bajo el agua. Colocó su mano en mi cintura y besó mu hombro mojado. 

Cuando terminamos me dijo que me quedara esperando en mi habitación. Lo vi salir y regresar unos minutos después con una pequeña bandeja de sushi, yo amo el sushi. Nos sentamos en el suelo, compartiendo aquella cena sencilla mientras hablábamos de cosas del día, dejándonos llevar por la calma de esa noche. A pesar del catastrófico día, teníamos un fin de semana libre de misiones que acababa de empezar.

Ya casi no quedaban palabras entre nosotros, solo el silencio tranquilo que llenaba la habitación. Él me atrajo con suavidad hacia el colchón y me recosté sintiendo su brazo rodeándome. Megumi puso su mano sobre mi cintura y me acercó un poco más a su pecho, hasta que nuestras respiraciones encontraron un mismo ritmo. No tenía intención de soltarme, esa era su manera de decir que pase lo que pase estaría ahí. Su olor, su calor, lo sentía tan cerca que cualquier preocupación sobre el examen se había desvanecido.

Pasaron unos minutos y la calidez de su pecho y su mano acariciando mi espalda comenzaron a calmarme de verdad. Estaba a punto de cerrar los ojos cuando escuché su voz susurrante, en un tono casi inaudible

—Sé cuánto te esforzaste. A mí me parece increíble todo lo que haces, aunque esta vez no haya salido perfecto.

No supe qué responderle, pero algo en mí se deshizo en cuanto sus palabras llegaron a mi pecho. Moví mi cabeza un poco y lo miré, tratando de ver sus ojos en la penumbra de la habitación. Él apenas sonrió, sin dejar de acariciarme con sus dedos, en ese momento sentí que nada más importaba.

Megumi acercó su frente a la mía, quedando tan cerca que su aliento cálido tocaba mi piel. Poco a poco, mis ojos se fueron cerrando mientras él acariciaba suavemente mi pelo, un gesto que lograba calmar cada pensamiento de mi cabeza. Sus movimientos eran tan lentos, tan cuidadosos, que ni siquiera me di cuenta de cuándo finalmente el sueño me venció.

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Otro más de Megumi porque lo amo.

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