Resiliencia y Revelaciones
Los días siguientes al último mensaje amenazante fueron una prueba de resistencia para todas. La agencia de BTS, alarmada por la seriedad de las amenazas, había reforzado la seguridad en el edificio y en los lugares donde los chicos y las chicas solían reunirse. Sin embargo, el miedo y la incertidumbre eran difíciles de erradicar.
Las chicas habían decidido mantenerse unidas, y los chicos de BTS, cada uno a su manera, se comprometieron a estar cerca y protegerlas. Pero la presión de las amenazas y la atención mediática comenzaba a hacer mella en cada una de ellas.
Arianny, que siempre había sido la voz de la razón, se sentía abrumada. El peso de intentar mantener a todas a salvo y animadas la dejaba agotada. Aquella noche, después de una larga reunión con la agencia, se quedó sola en la sala del apartamento, mirando la ciudad iluminada a través de la ventana. Namjoon, quien la había acompañado a casa, la observó en silencio antes de acercarse.
–Sé que estás cansada –dijo, colocando una mano suave en su hombro–. Pero no tienes que cargar con esto sola.
Arianny suspiró y se volvió hacia él. –No puedo evitarlo, Namjoon. Si algo le pasa a alguna de nosotras… no me lo perdonaría.
Namjoon la miró con ternura y determinación. –Te prometo que no vamos a dejar que eso suceda. No importa lo que se necesite, estamos en esto juntos.
Mientras tanto, Sheyla estaba en su habitación, tratando de lidiar con sus propias emociones. Taehyung se había quedado con ella, insistiendo en que no pasara la noche sola. Sin embargo, el silencio entre ellos se hizo incómodo.
–Siento que… todo esto nos está alejando –dijo Sheyla finalmente, rompiendo el silencio.
Taehyung frunció el ceño y la miró. –No quiero que pienses eso. Estoy aquí porque me importas, porque quiero protegerte.
–Pero eso es lo que me duele, Tae –respondió ella con los ojos llenos de lágrimas–. Me duele que ahora todo se trate de protección, de miedo. Extraño cuando solo éramos tú y yo, sin amenazas ni preocupaciones.
Taehyung tomó sus manos, su mirada seria y llena de emoción. –No dejemos que esto nos cambie. Puede que sea difícil ahora, pero lo superaremos. Y cuando lo hagamos, seremos más fuertes.
En la sala, Maite y Jungkook conversaban en voz baja. Desde que el escándalo había comenzado, Jungkook había estado más atento que nunca. Pero Maite notaba su cansancio, las ojeras que delataban noches en vela.
–No tienes que quedarte cada noche aquí –dijo Maite con un tono suave–. Necesitas descansar, Jungkook.
Él negó con la cabeza, una sonrisa débil en sus labios. –No podría dormir sabiendo que estás preocupada. Eres lo más importante para mí, y no pienso irme hasta que sepa que estás bien.
En otra parte del apartamento, Dayana y Jin estaban sentados juntos, compartiendo un silencio que hablaba más que las palabras. Dayana apretó los labios, intentando contener sus pensamientos, pero finalmente dejó escapar su miedo.
–¿Y si todo esto nunca se calma, Jin? ¿Qué haremos entonces?
Jin le sonrió con ternura, sus dedos rozando los de ella. –Entonces seguiremos adelante, un día a la vez. No dejaré que el miedo dicte lo que sentimos ni lo que somos.
La conversación se interrumpió cuando el timbre del apartamento sonó de repente, resonando en la sala como un recordatorio de la realidad que los acechaba. Todos se miraron, alertas, mientras Jennifer se levantaba para abrir la puerta.
Al otro lado, un hombre vestido de negro con una identificación de la agencia extendió un sobre. –Esto acaba de llegar. La agencia quiere que lo vean de inmediato.
Jennifer lo tomó, su corazón latiendo con fuerza, y cerró la puerta. Las chicas y los chicos se reunieron en la sala mientras ella abría el sobre con manos temblorosas. Dentro había una carta mecanografiada, simple y directa:
Esto es solo una advertencia. No intenten desafiar lo inevitable. Si siguen juntos, todos sufrirán las consecuencias.
El silencio en la habitación se volvió ensordecedor. Las palabras eran un recordatorio brutal de la amenaza que colgaba sobre ellos. Pero mientras el miedo intentaba apoderarse de sus corazones, Arianny dio un paso al frente, su mirada firme y llena de determinación.
–Puede que estemos asustados, pero no estamos solos. Si quieren enfrentarnos, tendrán que hacerlo con todo lo que somos y todo lo que representamos. No nos rendiremos.
Namjoon se colocó a su lado, al igual que los demás chicos y chicas. La decisión estaba tomada: juntos, enfrentarían lo que viniera, sin importar lo difícil que fuera.
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Siete destinos un solo amor BTS
RomanceSiete amigas de distintos rincones de Latinoamérica se embarcan en la aventura de sus vidas al viajar juntas a Corea del Sur. Lo que comienza como un viaje de ensueño para conocer la tierra del K-pop y BTS, se convierte en una historia llena de emoc...