Capítulo #13

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Amistades en Peligro

A pesar de la determinación de las chicas y los chicos de BTS de enfrentar juntos las dificultades, las tensiones acumuladas comenzaron a desbordarse. Cada una estaba enfrentando sus propios problemas, y la presión comenzaba a hacer mella en sus relaciones y en su grupo de amigas.

Todo comenzó una tarde en el apartamento. Las chicas habían planeado una noche de películas para relajarse y dejar atrás el drama de la fama y las miradas indiscretas. Sin embargo, los nervios estaban a flor de piel, y lo que debía ser una noche de risas y descanso terminó en una confrontación inesperada.

Dayana y Maite, quienes hasta ese momento habían sido muy cercanas, comenzaron a discutir cuando Dayana mencionó, de forma casual, que Jin no había respondido sus mensajes en días. La frustración de Dayana era evidente, y aunque trató de expresar sus sentimientos, la conversación rápidamente escaló.

–Quizás… es que no deberías ser tan insistente, Dayana –dijo Maite con un tono neutral, sin percatarse del efecto de sus palabras.

Dayana la miró, sorprendida y ofendida. –¿Perdona? ¿Estás diciendo que soy insistente? Solo intento mantener la comunicación con Jin, no creo que eso sea malo.

Maite, un poco a la defensiva, cruzó los brazos. –No lo es, pero… a veces siento que te obsesionas demasiado. Nosotras no estamos aquí para controlarlos. Ellos también tienen sus vidas y responsabilidades.

Dayana, herida y molesta, levantó la voz. –¡Qué fácil es decirlo cuando todo parece perfecto entre tú y Jungkook! ¡Pero no tienes idea de lo difícil que es para mí! Jin y yo apenas podemos vernos, y tú no haces más que criticarme.

–¡No te estoy criticando! –respondió Maite, alzando también la voz–. Solo estoy diciendo que todos estamos pasando por esto y deberíamos aprender a relajarnos un poco.

Dayana no pudo contenerse y explotó. –Tú siempre crees que tienes la razón, Maite, pero no todos somos como tú. ¡No todos tenemos una relación perfecta, ni queremos fingir que todo está bien cuando no lo está!

El silencio cayó sobre el apartamento mientras las demás chicas miraban la escena, sorprendidas y sin saber cómo intervenir. La tensión era palpable, y la expresión de Maite mostraba que las palabras de Dayana la habían herido profundamente.

Sheyla intentó calmar las aguas. –Chicas, por favor, todas estamos pasando por momentos difíciles. No vale la pena pelear entre nosotras. Somos amigas, y deberíamos apoyarnos.

Sin embargo, Dayana, aún molesta, no retrocedió. –¿Sabes qué? Quizás no debería haber venido aquí. Quizás fue un error pensar que podríamos manejar esto juntas. Parece que algunas de nosotras solo estamos aquí para juzgar a las demás.

Maite, conteniendo las lágrimas, se levantó del sofá. –Si eso es lo que piensas, Dayana, entonces no sé qué más decirte. Yo solo quería ayudarte.

Sin decir más, Maite salió del apartamento, cerrando la puerta con fuerza. Las demás se quedaron en silencio, procesando lo que acababa de suceder. Ninguna de ellas había imaginado que la situación se volvería tan complicada, y ver a dos de sus amigas peleando de esa manera las afectaba profundamente.

Arianny fue la primera en romper el silencio. –Esto se está saliendo de control. Si seguimos así, vamos a perder lo más importante: nuestra amistad. Vinimos aquí juntas, y deberíamos seguir juntas.

Jennifer asintió, aunque sus ojos reflejaban preocupación. –Es normal que tengamos diferencias, pero lo que necesitamos ahora es apoyarnos. No podemos dejar que la presión nos separe.

Sheyla, tratando de calmar la situación, sugirió que hablaran con Maite y Dayana por separado, dándoles espacio para desahogar sus emociones sin juzgar.

Más tarde esa noche, Sheyla fue a buscar a Maite, quien se había refugiado en la azotea del edificio. La encontró sentada en silencio, mirando las luces de la ciudad, con una mezcla de tristeza y frustración en sus ojos.

–¿Estás bien? –preguntó Sheyla, sentándose a su lado.

Maite suspiró, sin mirarla. –No lo sé. Me duele que Dayana piense así de mí. Solo intentaba ayudarla, pero parece que hice todo lo contrario.

Sheyla la miró con empatía. –Todas estamos bajo mucha presión, Maite. Dayana solo está asustada de perder a Jin. Pero eso no significa que no valore tu apoyo. Tal vez solo necesita tiempo para entenderlo.

Maite asintió, aunque aún parecía dolida. –Tienes razón. Quizás solo debo darle espacio. Pero espero que ella entienda que no la juzgo, solo quiero que esté bien.

Mientras tanto, en el apartamento, las demás chicas hablaron con Dayana, tratando de ayudarla a ver la situación desde otra perspectiva.

–Maite solo quería apoyarte –dijo Pilar suavemente–. No creo que te estuviera juzgando. Tal vez solo eligió mal las palabras.

Dayana suspiró, asintiendo con remordimiento. –Sé que tiene razón en parte, pero me duele sentir que mi relación con Jin está tan lejos de ser lo que quisiera. Sé que Maite no lo hizo con mala intención, pero fue difícil escucharla.

Jennifer puso una mano sobre su hombro. –Entonces, ¿por qué no hablas con ella mañana? Explícale cómo te sientes y dale la oportunidad de entenderte. No pierdas una amistad tan importante por algo que se puede arreglar.

Al día siguiente, en el parque cercano, Dayana y Maite se encontraron en un lugar tranquilo. Ambas estaban nerviosas, pero también decididas a hablar y aclarar las cosas.

–Lo siento si fui demasiado dura –comenzó Dayana–. Solo que… tengo miedo de perder a Jin. Y a veces siento que tú tienes todo bajo control, que todo es perfecto para ti, y eso me hace sentir insegura.

Maite suspiró, sintiéndose comprendida. –Dayana, nada es perfecto para mí. También tengo mis inseguridades, y no siempre sé cómo manejar la presión. Solo quería ayudarte, pero entiendo que mis palabras fueron duras.

Ambas se miraron en silencio, dejando que la empatía y la comprensión hablaran por ellas. Después de un momento, se abrazaron, aliviadas de no haber perdido su amistad en medio de la tormenta.

Siete destinos un solo amor BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora